En Roma, un hombre se confiesa: «Padre, me acuso de que voy a matar a un hombre…».
Al mismo tiempo Clara Tannenberg, una joven arqueóloga nieta de un poderoso hombre de oscuro pasado, anuncia en el transcurso de un congreso el descubrimiento de unas tablillas que, de ser auténticas, serían la prueba científica de la existencia del patriarca Abraham: se trata de la obra de un escriba que recogió el relato del profeta sobre la creación del mundo, la confusión de las lenguas en Babel y el Diluvio Universal. Una auténtica Biblia de Barro.
Junto a un equipo de arqueólogos, poco antes del inicio de la última guerra del Golfo, Clara pondrá en marcha unas arriesgadas excavaciones que alientan a muchas personas a acabar con su vida y la de su abuelo: desde millonarios traficantes de arte hasta cuatro amigos que no desistirán hasta culminar una implacable venganza.
-----
La aparición de un nombre en un periódico italiano hace saltar la alarma dentro de un grupo de amigos, viejos conocidos con un pacto de venganza que se pone en funcionamiento de manera inmediata al comprobar que su hombre figura entre los asistentes. La pista tiene relación con un congreso que va a tener lugar en Roma sobre arqueología mundial, su tema principal los orígenes de la humanidad. Los personajes que dan inicio a la trama son los que marcan el guion de los acontecimientos pero no en quienes se centra la narración. Sus historias personales acuden al relato en momentos determinados y no tienen un desarrollo que nos despiste de lo verdaderamente importante; algo de agradecer, porque hay que poner la atención en varios focos. El interés por la trama ha crecido en apenas unas pocas páginas; un buen comienzo para desconectar de todo cuanto me rodea.
El monstruo al que hacen referencia se desvanece cuando descubren que se trata de una arqueóloga de nacionalidad iraquí y casada con un hombre cercano al régimen de Sadam Husein, Clara Tannenberg, nieta posiblemente del hombre que llevan años buscando. Ella se convertirá en buena parte en la protagonista de la novela o, al menos, en la persona sobre la que recaerá el centro de cuanto acontece. Todo comienza con la exposición que realiza en una charla sobre Mesopotamia y una petición dentro de su discurso para recuperar lo que ella llama la Biblia de Barro; unas tablillas donde estarían escritas las palabras de Abraham acerca de cómo se había formado el mundo, el relato y los motivos que dieron origen al Diluvio Universal tras el enfado de Dios con los hombres, o la codicia representada en la Torre de Babel.
Apuntes de la Biblia sin entrar en creencias ni supersticiones, los relatos que realiza la autora de esos pasajes están mimados hasta el último detalle para no herir sensibilidades ni incurrir en ningún tipo de polémica. Uno de los personajes de esta historia es Shamas, el joven escriba que copió al dictado el Génesis contado por Abraham durante su viaje hasta la tierra de Canaán.
Ante la situación política mundial y el hecho de que el hallazgo pudiese quedar enterrado o destruido bajo las bombas, urge la necesidad de iniciar las excavaciones de las ruinas de un templo o palacio que podrían modificar el mundo tal y como lo conocemos. Oriente Próximo, durante los días previos a la Guerra del Golfo, es el lugar donde se darán cita los amigos de lo ajeno, asesinos a sueldo y unos cuantos románticos que no quieren perderse lo que podría ser el acontecimiento del siglo, todo ello en medio de una inminente acción militar que acabaría con la dictadura de la zona y abriría la gran maquinaria de los negocios para almas sin escrúpulos que andan al acecho: y no solo para los Estados Unidos con el petroleo, también para quienes el patrimonio artístico de un país, y de la humanidad, solo tiene la importancia de lo que el dinero pueda llegar a pagar.
Los diferentes bandos que vamos descubriendo en la novela dan una magnitud del alcance que puede ocasionar cualquier conflicto, provocado o no, y la cantidad de gente que se implica; en el otro lado de la moneda, aquellos de los que sospechar, gente infiltrada en todos los bandos y niveles que aportan a la trama el punto necesario de tensión para completar un thriller con unas dimensiones fuera de nuestro alcance.
Queda para el final, que descubramos el germen de toda esta historia y echemos mano de los episodios más tristes que tuvieron lugar durante la segunda guerra mundial, volvamos a acercarnos a Mauthausen y comprobemos, por desgracia una vez más, cómo muchos de los responsables de una crueldad extrema y fanática quedaron impunes y se pasearon por nuestras calles durante años con todos los privilegios que les regaló la dictadura. Un entramado que da para muchas novelas de ficción y demasiados documentos históricos fiables.
Las expectativas del principio se cumplen y, por supuesto, no puedo hacer otra cosa que recomendaros esta novela.
El monstruo al que hacen referencia se desvanece cuando descubren que se trata de una arqueóloga de nacionalidad iraquí y casada con un hombre cercano al régimen de Sadam Husein, Clara Tannenberg, nieta posiblemente del hombre que llevan años buscando. Ella se convertirá en buena parte en la protagonista de la novela o, al menos, en la persona sobre la que recaerá el centro de cuanto acontece. Todo comienza con la exposición que realiza en una charla sobre Mesopotamia y una petición dentro de su discurso para recuperar lo que ella llama la Biblia de Barro; unas tablillas donde estarían escritas las palabras de Abraham acerca de cómo se había formado el mundo, el relato y los motivos que dieron origen al Diluvio Universal tras el enfado de Dios con los hombres, o la codicia representada en la Torre de Babel.
Apuntes de la Biblia sin entrar en creencias ni supersticiones, los relatos que realiza la autora de esos pasajes están mimados hasta el último detalle para no herir sensibilidades ni incurrir en ningún tipo de polémica. Uno de los personajes de esta historia es Shamas, el joven escriba que copió al dictado el Génesis contado por Abraham durante su viaje hasta la tierra de Canaán.
Ante la situación política mundial y el hecho de que el hallazgo pudiese quedar enterrado o destruido bajo las bombas, urge la necesidad de iniciar las excavaciones de las ruinas de un templo o palacio que podrían modificar el mundo tal y como lo conocemos. Oriente Próximo, durante los días previos a la Guerra del Golfo, es el lugar donde se darán cita los amigos de lo ajeno, asesinos a sueldo y unos cuantos románticos que no quieren perderse lo que podría ser el acontecimiento del siglo, todo ello en medio de una inminente acción militar que acabaría con la dictadura de la zona y abriría la gran maquinaria de los negocios para almas sin escrúpulos que andan al acecho: y no solo para los Estados Unidos con el petroleo, también para quienes el patrimonio artístico de un país, y de la humanidad, solo tiene la importancia de lo que el dinero pueda llegar a pagar.
Los diferentes bandos que vamos descubriendo en la novela dan una magnitud del alcance que puede ocasionar cualquier conflicto, provocado o no, y la cantidad de gente que se implica; en el otro lado de la moneda, aquellos de los que sospechar, gente infiltrada en todos los bandos y niveles que aportan a la trama el punto necesario de tensión para completar un thriller con unas dimensiones fuera de nuestro alcance.
Queda para el final, que descubramos el germen de toda esta historia y echemos mano de los episodios más tristes que tuvieron lugar durante la segunda guerra mundial, volvamos a acercarnos a Mauthausen y comprobemos, por desgracia una vez más, cómo muchos de los responsables de una crueldad extrema y fanática quedaron impunes y se pasearon por nuestras calles durante años con todos los privilegios que les regaló la dictadura. Un entramado que da para muchas novelas de ficción y demasiados documentos históricos fiables.
Las expectativas del principio se cumplen y, por supuesto, no puedo hacer otra cosa que recomendaros esta novela.
-----
Lo leí hace tiempo y me resultó entretenido, pero creo que tenías las expectativas muy altas que no lo disfruté como esperaba.
ResponderEliminarBesotes!!!
De ella solo he leído Dime quién soy, me gustó muchísimo, pero no he vuelto a leer nada suyo. Muchos besos.
ResponderEliminar