Sinopsis
Isabel de Castilla fue la reina guerrera que culminó la Reconquista y favoreció el viaje a Cristóbal Colón a América, pero poco sabemos de sus primeros años, del aislamiento de su infancia junto a una madre mentalmente inestable, o de cómo desde muy joven se vio obligada a vivir en la corte de su hermanastro, donde los nobles se disputaban el favor del excéntrico rey mientras su envidiosa esposa planeaba destruir a todos sus rivales, entre ellos Isabel y su hermano menor, Alfonso.
Isabel será retenida contra su voluntad, sospechosa de traición durante una revuelta contra el rey, y su decisión de casarse con Fernando de Aragón -del que queda prendada nada más conocerlo, alumbrando una historia de amor que durará toda su vida- conmociona a buena parte de la nobleza castellana. Estos hechos serán determinantes para que emerja como la nueva heredera de Castilla, embarcándose en una cruenta lucha por un trono que nunca antes había deseado.
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De vez en cuando resulta interesante dejarse caer por alguna novela de ficción o ensayo histórico escrito por autores de fuera de nuestras fronteras. La visión que ellos dan depara alguna sorpresa y nos regala un punto de vista alejado del ardor patrio; un detalle que puede resultar excelente para las biografías más desconocidas y faltas de un empujón, pero no en el caso que nos ocupa, para el que es preferible un ejercicio de autocrítica, no todo es tan idílico. Me ha parecido que el trato que da el autor al personaje de Isabel, uno de los más importantes de nuestra historia, es bastante dulce, que no se moja lo suficiente y que el rigor histórico es mucho más fiable entre nuestros autores. Demasiados ajustes en el tiempo e invenciones que al lector de novela histórica no nos agrada; en defensa del autor, decir, que avisa de este punto en la introducción.
No obstante, la novela engancha. Los sucesos que se van produciendo desde la muerte de Juan II de Castilla, "el inútil", nos introducen de lleno en la Edad Media y especialmente dentro de la dinastía de la Casa de los Trastámara para asistir a un Juego de Tronos entre tres hermanos, Enrique IV, Alfonso e Isabel de Castilla, a los que se unirá Juana la Beltraneja, la hija bastarda de Enrique IV según apuntan aquellos que defienden la más que probable paternidad del noble Beltrán de la Cueva, así como la justificación del apelativo del rey a quien se conocía como "el impotente"; una biografía a la que no me importaría dedicarle algo de mi tiempo.
La figura de Isabel es el eje principal de esta novela y sobre ella se va perfilando el carácter que más adelante veremos cobrar fuerza, pues el destino que estaba escrito para ella resultó ser muy diferente al que su condición de mujer e hija menor le correspondía; el convento o un enlace matrimonial ventajoso para las arcas de Castilla eran las dos opciones para las que se preparó desde niña. Quiso su padre morirse cuando tan solo tenía tres años dejando como heredero a su hermano Enrique IV de Castilla; una continuación monárquica que muchos de los nobles no aceptaron de buena gana, lo que supuso que se empezara a fraguar una guerra interna que se convirtió en el enfrentamiento de los hermanos por ver quien reinaba en el tablero de Castilla.
Antes, iremos poniendo todas las piezas: los miembros de la familia real, sus hombres y mujeres de confianza, y los nobles y los miembros de la Iglesia con más influencia. Una partida donde todo vale, sucediéndose una serie de traiciones, complots y la constante amenaza de una guerra civil.
Junto a Fernando, acudimos a la parte más conocida de toda esta historia y no por eso menos interesante. Un protagonismo que comparten a lo largo de toda su vida y donde nos muestran la base de su unión, mucho más allá del matrimonio, y que marcaría la transición de la Edad Media a la Edad Moderna. A veces un cuento de hadas que se viene abajo con las infidelidades de Fernando, haciendo tambalearse los cimientos de lo que estaban construyendo; un camino complicado en el que supieron salir victoriosos en la mayoría de las ocasiones.
Fray Tomás de Torquemada irrumpe en la vida de Isabel siendo uno de los artífices del Santo Oficio y su lucha encarnizada por hacer prevalecer una única religión, la católica, frente a judíos; y sembrar la semilla para la Reconquista total aprovechando las luchas internas en Granada; también para acabar con los vicios de la corte, la nobleza y la Iglesia, alejados todos ellos de las necesidades reales del pueblo. De nuevo, una interpretación demasiado partidista de los hechos que pretende poner a la Inquisición como la salvadora de nuestros males, pasando por alto la traición que se realizó contra los judíos a los que se utilizó durante siglos para después robarles ante su expulsión.
Otro nuevo doble reinado, al igual que compartieron Enrique y Alfonso, se sucede ahora con Isabel y Juana la Beltraneja, apoyada por los portugueses, motivo por el que entraremos en guerra con nuestros vecinos; una situación que empieza a dejar clara la unidad de Castilla y la influencia de sus reyes para el resto de la península, dando inicio al sueño de una nación bajo una misma fe. El asedio a Boabdil y la toma de Granada completan, junto a la expansión por Europa y América, sentar las bases de los futuros reinados. Causas que consiguen por fin doblegar a los nobles, siempre han sabido ver las oportunidades y arrimarse al sol que más y mejor calienta.
Por lo que podéis apreciar, no hay momento de respiro en esta novela, y eso que tan solo abarca la primera parte de la biografía de Isabel II de Castilla; quizá la más interesante al reunir dentro de este periodo un número amplio de ingredientes bien diferenciados e igual de apasionantes. Un ritmo que el autor transmite consiguiendo que la lectura no decaiga ni aburra en ningún momento.
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No obstante, la novela engancha. Los sucesos que se van produciendo desde la muerte de Juan II de Castilla, "el inútil", nos introducen de lleno en la Edad Media y especialmente dentro de la dinastía de la Casa de los Trastámara para asistir a un Juego de Tronos entre tres hermanos, Enrique IV, Alfonso e Isabel de Castilla, a los que se unirá Juana la Beltraneja, la hija bastarda de Enrique IV según apuntan aquellos que defienden la más que probable paternidad del noble Beltrán de la Cueva, así como la justificación del apelativo del rey a quien se conocía como "el impotente"; una biografía a la que no me importaría dedicarle algo de mi tiempo.
La figura de Isabel es el eje principal de esta novela y sobre ella se va perfilando el carácter que más adelante veremos cobrar fuerza, pues el destino que estaba escrito para ella resultó ser muy diferente al que su condición de mujer e hija menor le correspondía; el convento o un enlace matrimonial ventajoso para las arcas de Castilla eran las dos opciones para las que se preparó desde niña. Quiso su padre morirse cuando tan solo tenía tres años dejando como heredero a su hermano Enrique IV de Castilla; una continuación monárquica que muchos de los nobles no aceptaron de buena gana, lo que supuso que se empezara a fraguar una guerra interna que se convirtió en el enfrentamiento de los hermanos por ver quien reinaba en el tablero de Castilla.
Antes, iremos poniendo todas las piezas: los miembros de la familia real, sus hombres y mujeres de confianza, y los nobles y los miembros de la Iglesia con más influencia. Una partida donde todo vale, sucediéndose una serie de traiciones, complots y la constante amenaza de una guerra civil.
Junto a Fernando, acudimos a la parte más conocida de toda esta historia y no por eso menos interesante. Un protagonismo que comparten a lo largo de toda su vida y donde nos muestran la base de su unión, mucho más allá del matrimonio, y que marcaría la transición de la Edad Media a la Edad Moderna. A veces un cuento de hadas que se viene abajo con las infidelidades de Fernando, haciendo tambalearse los cimientos de lo que estaban construyendo; un camino complicado en el que supieron salir victoriosos en la mayoría de las ocasiones.
Fray Tomás de Torquemada irrumpe en la vida de Isabel siendo uno de los artífices del Santo Oficio y su lucha encarnizada por hacer prevalecer una única religión, la católica, frente a judíos; y sembrar la semilla para la Reconquista total aprovechando las luchas internas en Granada; también para acabar con los vicios de la corte, la nobleza y la Iglesia, alejados todos ellos de las necesidades reales del pueblo. De nuevo, una interpretación demasiado partidista de los hechos que pretende poner a la Inquisición como la salvadora de nuestros males, pasando por alto la traición que se realizó contra los judíos a los que se utilizó durante siglos para después robarles ante su expulsión.
Otro nuevo doble reinado, al igual que compartieron Enrique y Alfonso, se sucede ahora con Isabel y Juana la Beltraneja, apoyada por los portugueses, motivo por el que entraremos en guerra con nuestros vecinos; una situación que empieza a dejar clara la unidad de Castilla y la influencia de sus reyes para el resto de la península, dando inicio al sueño de una nación bajo una misma fe. El asedio a Boabdil y la toma de Granada completan, junto a la expansión por Europa y América, sentar las bases de los futuros reinados. Causas que consiguen por fin doblegar a los nobles, siempre han sabido ver las oportunidades y arrimarse al sol que más y mejor calienta.
Por lo que podéis apreciar, no hay momento de respiro en esta novela, y eso que tan solo abarca la primera parte de la biografía de Isabel II de Castilla; quizá la más interesante al reunir dentro de este periodo un número amplio de ingredientes bien diferenciados e igual de apasionantes. Un ritmo que el autor transmite consiguiendo que la lectura no decaiga ni aburra en ningún momento.
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No soy de novela histórica. Este lo dejo pasar y le doy un descanso a mi lista de pendientes. Muchos besos.
ResponderEliminarPUes me has dejado con ganas, que me gusta el género y parece que es una muy buena novela.
ResponderEliminarBesotes!!!
Una novela histórica muy apetecible,un abrazo
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