Sinopsis
Algo estremecedor ha sucedido. Algo que requiere la mente del mejor criminólogo. El suyo es un enemigo siniestro, silencioso, que continuamente desafía. Cada hallazgo revela un mal más oscuro que lleva consigo un mensaje.
Algo estremecedor ha sucedido. Algo que requiere la mente del mejor criminólogo. El suyo es un enemigo siniestro, silencioso, que continuamente desafía. Cada hallazgo revela un mal más oscuro que lleva consigo un mensaje.
Goran Gavila, jefe de un equipo de criminólogos, se enfrenta a uno de los homicidios más misteriosos y perturbadores de su carrera: seis brazos derechos que conducen a cinco cuerpos. Pero ¿a quién pertenece el sexto? Mila Vasquez, una investigadora especializada en la búsqueda de personas desaparecidas, se une a las pesquisas. Los métodos del asesino no se parecen a nada de lo que han visto antes y cada vez que creen estar acercándose al culpable, en realidad se adentran más y más en un juego de pesadillas, aceptando un continuo desafío que los obligará a mirar hacia la oscuridad que todos llevan en su interior.
UN ASESINO EN SERIE DISPUESTO A CAMBIAR LAS REGLAS DEL JUEGO
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Creo que no me equivocaré cuando a partir de ahora me pregunten por mi definición del género thriller y les recomiende buscar la respuesta disfrutando de esta novela, pues si algo tiene la trama que nos ocupa es un ritmo constante desde las primeras líneas y varios puntos de atención que propician no poder despegarse de su lectura al quedar atrapado en todos y cada uno de los relatos que se van sucediendo. Desde la incógnita por la identidad del preso bajo vigilancia psiquiátrica, del que solo tenemos constancia por los informes médicos, a la intriga por saber si llegaremos a tiempo de ver con vida a alguna de las niñas que han desaparecido a lo largo de una semana.
La trama principal queda suspendida para darnos a conocer a la investigadora Mila Vasquez. Para su presentación el autor despliega toda la artillería y compartimos con ella una intervención policial donde la vemos en acción. Su intuición y los riesgos que corre nos ponen sobre aviso de lo que será capaz de conseguir más adelante y por qué ha sido elegida para formar parte del equipo de investigación. Un grupo hermético, que parece estar en un continuo ajuste de cuentas entre sí, del que tendrá que soportar el rechazo e incluso las malas maneras. Los motivos de sus comportamientos quedarán resueltos a lo largo de la novela formando un aliciente más por el suspense que añade al caso.
En el momento en que aparecen los brazos amputados de las niñas compruebas que el autor apuesta fuerte, que lo que queda por descubrir puede ser más atroz, más depravado e incluso más terrorífico. Cuando van apareciendo los cuerpos, descubrimos, a través de los astutos ojos de la inspectora, una serie de pistas que nos conducirán hacia nuevos escenarios, totalmente controlados por el asesino, que nos contarán la historia que ha preparado el asesino en serie. Un juego al que dedica mucho tiempo y que considera un desafío para sus contrincantes, los investigadores de la policía de todas las especialidades que harán infinidad de conjeturas para estrechar el cerco a su organizada y meticulosa forma de cometer los crímenes.
El personaje de Mila Vasquez tiene todo el protagonismo de la novela, una heroína que lejos de achantarse y verse relegada a un segundo plano se centra en su principal y única tarea, que será encontrar a la sexta chica desaparecida, y, tras una serie de episodios que ponen los pelos de punta y nos dejan sin aliento, vemos como toma el control y nos impresiona con sus deducciones y por el hecho de comenzar a cerrar más de una boca entre sus nuevos compañeros. Un pasado tormentoso, del que aún le quedan secuelas y por lo que se inflige dolor físico, nos transporta a su lucha particular entre el bien y el mal.
En el lado del mal, un asesino que perfecciona sus métodos según se va sintiendo más cómodo, que se crece con cada nueva victoria frente a la ineficacia de la policía y a quienes despista, se adelanta y juega cuanto quiere. Todo tan perfecto que parecen enfrentarse a una legión de asesinos bien disciplinados; cuando comienzan a presenciar aparentes suicidios de quienes creían, y nosotros, que son el culpable. Un juego en el que el asesino nos involucra, como si supiese que también nosotros vamos a estar ahí esperando un paso en falso al otro lado del papel.
El asesino que susurra se mueve con suma facilidad entre los miembros de un equipo que cree conocerse, un ser invisible que llama la atención sobre otros criminales; lobos hambrientos de una manada de los que él es el líder.
Una historia que nos lleva por antiguos orfanatos para destapar una red de pedófilos adinerados y suicidas en serie a quienes les dicen cuando han de morir; a la intriga por cuanto sucede tendremos que añadir el género del terror como un nuevo ingrediente que definitivamente habrá conseguido quitarnos el sueño.
Una mente en la que ya estoy deseando adentrarme con su continuación "El juego del susurrador".
La trama principal queda suspendida para darnos a conocer a la investigadora Mila Vasquez. Para su presentación el autor despliega toda la artillería y compartimos con ella una intervención policial donde la vemos en acción. Su intuición y los riesgos que corre nos ponen sobre aviso de lo que será capaz de conseguir más adelante y por qué ha sido elegida para formar parte del equipo de investigación. Un grupo hermético, que parece estar en un continuo ajuste de cuentas entre sí, del que tendrá que soportar el rechazo e incluso las malas maneras. Los motivos de sus comportamientos quedarán resueltos a lo largo de la novela formando un aliciente más por el suspense que añade al caso.
En el momento en que aparecen los brazos amputados de las niñas compruebas que el autor apuesta fuerte, que lo que queda por descubrir puede ser más atroz, más depravado e incluso más terrorífico. Cuando van apareciendo los cuerpos, descubrimos, a través de los astutos ojos de la inspectora, una serie de pistas que nos conducirán hacia nuevos escenarios, totalmente controlados por el asesino, que nos contarán la historia que ha preparado el asesino en serie. Un juego al que dedica mucho tiempo y que considera un desafío para sus contrincantes, los investigadores de la policía de todas las especialidades que harán infinidad de conjeturas para estrechar el cerco a su organizada y meticulosa forma de cometer los crímenes.
El personaje de Mila Vasquez tiene todo el protagonismo de la novela, una heroína que lejos de achantarse y verse relegada a un segundo plano se centra en su principal y única tarea, que será encontrar a la sexta chica desaparecida, y, tras una serie de episodios que ponen los pelos de punta y nos dejan sin aliento, vemos como toma el control y nos impresiona con sus deducciones y por el hecho de comenzar a cerrar más de una boca entre sus nuevos compañeros. Un pasado tormentoso, del que aún le quedan secuelas y por lo que se inflige dolor físico, nos transporta a su lucha particular entre el bien y el mal.
En el lado del mal, un asesino que perfecciona sus métodos según se va sintiendo más cómodo, que se crece con cada nueva victoria frente a la ineficacia de la policía y a quienes despista, se adelanta y juega cuanto quiere. Todo tan perfecto que parecen enfrentarse a una legión de asesinos bien disciplinados; cuando comienzan a presenciar aparentes suicidios de quienes creían, y nosotros, que son el culpable. Un juego en el que el asesino nos involucra, como si supiese que también nosotros vamos a estar ahí esperando un paso en falso al otro lado del papel.
El asesino que susurra se mueve con suma facilidad entre los miembros de un equipo que cree conocerse, un ser invisible que llama la atención sobre otros criminales; lobos hambrientos de una manada de los que él es el líder.
Una historia que nos lleva por antiguos orfanatos para destapar una red de pedófilos adinerados y suicidas en serie a quienes les dicen cuando han de morir; a la intriga por cuanto sucede tendremos que añadir el género del terror como un nuevo ingrediente que definitivamente habrá conseguido quitarnos el sueño.
Una mente en la que ya estoy deseando adentrarme con su continuación "El juego del susurrador".
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Lectura conjunta Libros que hay que leer - Laky
Nosotras también estamos deseando meternos en harina con la continuación. La verdad es que ha sido una lectura muy impactante, de lo mejor en novela negra. Buena reseña. Bss
ResponderEliminarHola, La novela me ha encantado y estoy deseando continuar la serie. Soy fan del autor. Besinos.
ResponderEliminarEspero leerla pronto.Sin duda Carrisi es un maestro del géenro. Un abrazo
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