Sinopsis
¿Qué ocurre cuando se hurga en las heridas del pasado?
«El próximo funeral será el tuyo» es una de las amenazas que recibe Rebeca Turumbay, profesora de arte en la universidad y empleada de la fundación del Teatro-Museo Dalí de Figueres, a los pocos días de llegar a Cárcar, el pueblo en el que ha decidido pasar las vacaciones. Es allí donde nació su abuelo Ángel Turumbay, y ella va con la intención de conocer algo más sobre su historia, de la que nunca le han hablado. Pronto averigua que algo turbio rodea a la figura de su abuelo, y que quizá tenga que ver con el silencio que se cierne sobre el asesinato de la joven Celia Urbiola en el año 1945.
Rebeca pondrá en peligro su vida para esclarecer este antiguo crimen y para ello deberá enfrentarse sola a un macabro juego, en el que nada ni nadie es lo que parece.
Unos entrañables ancianos serán sus mejores aliados y junto a ellos, con la ayuda de Víctor, un joven periodista local, irá desentrañando la verdad sobre los terribles hechos del «crimen de Cárcar» en el que muchos de los habitantes del pueblo, de una manera u otra, estuvieron involucrados.
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En su debut como novelista, Estela Chocarro nos propone un viaje al pasado acompañando a Rebeca, una joven que irá descubriendo la historia familiar que su madre nunca le contó: un crimen del que su abuelo fue declarado culpable. Cuando llega a Cárcar, el pueblo navarro donde se va a desarrollar la trama, muchos vecinos se sorprenden al conocer a la nieta de Ángel Turumbay, guardan silencio y procuran esquivarla temerosos de hablar más de la cuenta.
Ante este clima de misterio, y el saber que está inspirado en una antigua crónica social, es fácil caer rendido. No queda otra que ponerse cómodo y devorar una novela que se me ha hecho corta; es lo que pasa cuando tanto los personajes como los pequeños trozos de historias que van contando dibujan con tanto acierto el hermetismo de los pequeños pueblos de nuestra geografía. La memoria histórica de nuestros mayores debería ser un bien de interés cultural.
A las preguntas de Rebeca, y a las escasas y escuetas respuestas, se le une el empeño de alguien porque no salgan de nuevo a la luz los hechos que sucedieron hace más de medio siglo. Esta situación hace que la novela, que hasta ahora recopilaba información, pase a convertirse en un thriller donde a cada paso que da la protagonista le sigue una amenaza, una invitación a marcharse del pueblo, e incluso un atentado y una persecución.
Entre silencios y palabras a medias son varios los personajes sobre los que dirigimos nuestras sospechas, haciendo aumentar la intriga y el número de sobresaltos al desconfiar de todos; algo normal dentro del ambiente cerrado y prudente que han sabido atesorar los pueblos de antaño. Un escenario costumbrista que refleja a la perfección una parte de nuestra historia más reciente y que, junto con el comportamiento coral de sus habitantes, hace que la novela sea algo más que un caso de investigación donde resolver varios misterios. A través de dos líneas temporales y una narrativa sencilla iremos conociendo los distintos secretos familiares alrededor de la trama, hasta dar con las claves que resolverán todos los interrogantes que se han ido planteando a lo largo de la misma, en un desenlace con giros que no esperamos.
Una historia paralela, con copias y falsificaciones de cuadros de Dalí, abre el camino a nuevos episodios donde Rebeca, una experta en arte que también desarrolla otras habilidades, tendrá que investigar; un personaje que ya estoy deseando volverme a encontrar en su segunda entrega "Nadie ha muerto en la catedral", donde estoy convencido que la autora habrá sabido pulir su estilo y dar más fuerza a su protagonista.
Ante este clima de misterio, y el saber que está inspirado en una antigua crónica social, es fácil caer rendido. No queda otra que ponerse cómodo y devorar una novela que se me ha hecho corta; es lo que pasa cuando tanto los personajes como los pequeños trozos de historias que van contando dibujan con tanto acierto el hermetismo de los pequeños pueblos de nuestra geografía. La memoria histórica de nuestros mayores debería ser un bien de interés cultural.
A las preguntas de Rebeca, y a las escasas y escuetas respuestas, se le une el empeño de alguien porque no salgan de nuevo a la luz los hechos que sucedieron hace más de medio siglo. Esta situación hace que la novela, que hasta ahora recopilaba información, pase a convertirse en un thriller donde a cada paso que da la protagonista le sigue una amenaza, una invitación a marcharse del pueblo, e incluso un atentado y una persecución.
Entre silencios y palabras a medias son varios los personajes sobre los que dirigimos nuestras sospechas, haciendo aumentar la intriga y el número de sobresaltos al desconfiar de todos; algo normal dentro del ambiente cerrado y prudente que han sabido atesorar los pueblos de antaño. Un escenario costumbrista que refleja a la perfección una parte de nuestra historia más reciente y que, junto con el comportamiento coral de sus habitantes, hace que la novela sea algo más que un caso de investigación donde resolver varios misterios. A través de dos líneas temporales y una narrativa sencilla iremos conociendo los distintos secretos familiares alrededor de la trama, hasta dar con las claves que resolverán todos los interrogantes que se han ido planteando a lo largo de la misma, en un desenlace con giros que no esperamos.
Una historia paralela, con copias y falsificaciones de cuadros de Dalí, abre el camino a nuevos episodios donde Rebeca, una experta en arte que también desarrolla otras habilidades, tendrá que investigar; un personaje que ya estoy deseando volverme a encontrar en su segunda entrega "Nadie ha muerto en la catedral", donde estoy convencido que la autora habrá sabido pulir su estilo y dar más fuerza a su protagonista.
Pues otro libro que me apunto, que tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarBesotes!!
Qué bien que te haya gustado. En mi opinión es una trilogía que va de menos a más. Muchos besos.
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