Título: El blues del hombre muerto
Título Original: (Dead Man's Blues, 2016)
Autor: Ray Celestin
Editorial: Alianza
Colección: Alianza Negra
Copyright:
© Ray Celestin, 2016
© Alianza Editorial, S.A., 2018
Traducción: Mariano Antolín Rato
Edición: 1ª Edición: Febrero 2018
ISBN: 9788491810117
Tapa: Blanda
Etiquetas: novela, jazz, clubs, Nueva Orleans, policiaca, género negro, blues, música, Chicago, Al Capone, Louis Armstrong, corrupción política, gángsters, ley seca, años 20, siglo XX, detectives, asesinatos, thriller, acción, investigación criminal, secuestros, asesinos a sueldo, ajustes de cuentas, caos, literatura inglesa
Nº de páginas: 528
Argumento:
Los amos y señores del negocio ilegal que proporciona la Ley Seca luchan entre sí por hacerse con el control de Chicago en el primer tercio del siglo XX. Una ciudad que está a punto de saltar por los aires con la llegada de la heroína, y que al igual que Al Capone, otros gánsteres y políticos ha crecido al ritmo de la corrupción.
Un secuestro, un asesinato y los invitados envenenados en una fiesta en el Hotel Ritz, son los primeros compases de la guerra que se ha desatado sembrando las calles de atentados, ajustes de cuentas y asesinos a sueldo que se entrecruzan creando el caos.
La música de Jazz, llegada desde Nueva Orleans, divide una ciudad compuesta por ricos con ganas de divertirse y pobres que alimentan sus sueños.
Opinión:
La novela no puede comenzar de mejor manera, una introducción donde Louis Armstrong llega desde Nueva Orleans para unirse con su trompeta a King Oliver y su banda de Jazz Criollo. El testimonio de su encuentro con Chicago es el relato de aquellos emigrantes que acudían a las grandes ciudades en busca de un futuro y donde se les señalaba por su aspecto, una mezcla de ingenuidad y pobreza que les delataba. En su primer contacto con los clubes de Jazz, observa como la gente enloquece con la música y se deja seducir por el alcohol y las drogas. El ritmo frenético de los bailes, muy diferentes a los del sur donde los movimientos eran más lentos, le transportan en el tiempo comparando los dos escenarios de su vida.
Con este arranque es suficiente para que Ray Celestin nos meta de lleno en cualquier cosa que nos quiera contar, da lo mismo que haya asesinatos, peleas callejeras, gánsteres o historias de amor. Lo que es inevitable, es que estamos en el corazón del Jazz en los años veinte y eso depara que la música suene de fondo mientras leemos haciendo que nuestra imaginación vuele sin descanso; pues una de las cosas que tiene esta novela es el ser extremadamente cinematográfica. Canciones como "Deep Moarning Blues", "Basin Street Blues" o "West End Blues", hacen que subamos el volumen de nuestro reproductor y nos unamos a la fiesta.
Previo a cada capítulo, el autor añade citas o pequeños párrafos sacados de los diarios de la época con los que va tratando el momento histórico de uno de los fenómenos culturales y sociales más importantes del siglo XX en los Estados Unidos. Un complemento que aumenta el valor de esta serie sobre la música vista desde la perspectiva de la novela negra.
Pero no os dejéis confundir ni por mis palabras ni por el título de la novela, que por cierto hace referencia a todo un clásico "Dead Man´s Blues"; la trama en la que pronto nos vamos a ver inmersos nos conducirá, como ya hizo en "Jazz para el asesino del hacha", a una espiral de crímenes cuya investigación está encabezada por Ida Davis y el expolicía Michael Talbot. La pareja de detectives de la agencia Pinkerton tendrán que resolver la desaparición de una joven mientras sortean la guerra del hampa y el asesinato de uno de sus líderes, caso que llevan el inspector de la policía Frank Lynott y el fotógrafo Jacob Russo.
Las fiestas privadas, a las que acudían los jóvenes ricos deseosos de vivir el riesgo y la diversión que proporcionaban el alcohol, las drogas y la música, precisaban de un intermediario de los clubes de jazz, un guía turístico que no hacía distinciones entre blancos y negros. Para conocer este mundo y continuar con la investigación, Ida Davis se pone en contacto con su amigo Louis Armstrong, con el que daremos buena cuenta de la vida que comenzaba cuando caía la noche en las salas, escenarios, bambalinas, burdeles y trastiendas de Chicago.
Dante, un contrabandista que desafía la Ley Seca, acude a la llamada de Al Capone para resolver el intento de asesinato del alcalde de Chicago junto a un selecto grupo de políticos corruptos y de gánsteres que han sido envenenados con botellas de champán. Su adicción a la heroína encierra una historia personal que contribuye a un final lleno de acción y donde, además de resolverse los casos, asistimos al cambio de una ciudad que hasta ese momento había vivido bajo el dominio de Al Capone.
Tres frentes diferentes de atención con los que recorrer las calles de Chicago y empaparnos del mestizaje de culturas, de tradiciones y del clima de pobreza e inseguridad de los bajos fondos. Tres formas distintas de afrontar un crimen en las que se puede apreciar una mezcla de géneros donde la novela negra de detectives compite con la policíaca y estas con el thriller de acción que aporta el papel de los gánsteres.
La excelente documentación de Ray Celestin, tanto en los hechos históricos como en la biografía de Louis Armstrong, y el contexto social en el que sitúa la trama son un magnífico aliciente para dejarse seducir por esta serie dedicada al Jazz y de la que todavía nos queda por disfrutar de dos nuevas entregas que tendrán como escenario otras ciudades de los Estados Unidos y otros títulos con nombre de canción.
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"Eran más de las diez de una noche laborable y las calles estaban atestadas, como un sábado en Bourbon Street".
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Los amos y señores del negocio ilegal que proporciona la Ley Seca luchan entre sí por hacerse con el control de Chicago en el primer tercio del siglo XX. Una ciudad que está a punto de saltar por los aires con la llegada de la heroína, y que al igual que Al Capone, otros gánsteres y políticos ha crecido al ritmo de la corrupción.
Un secuestro, un asesinato y los invitados envenenados en una fiesta en el Hotel Ritz, son los primeros compases de la guerra que se ha desatado sembrando las calles de atentados, ajustes de cuentas y asesinos a sueldo que se entrecruzan creando el caos.
La música de Jazz, llegada desde Nueva Orleans, divide una ciudad compuesta por ricos con ganas de divertirse y pobres que alimentan sus sueños.
Opinión:
La novela no puede comenzar de mejor manera, una introducción donde Louis Armstrong llega desde Nueva Orleans para unirse con su trompeta a King Oliver y su banda de Jazz Criollo. El testimonio de su encuentro con Chicago es el relato de aquellos emigrantes que acudían a las grandes ciudades en busca de un futuro y donde se les señalaba por su aspecto, una mezcla de ingenuidad y pobreza que les delataba. En su primer contacto con los clubes de Jazz, observa como la gente enloquece con la música y se deja seducir por el alcohol y las drogas. El ritmo frenético de los bailes, muy diferentes a los del sur donde los movimientos eran más lentos, le transportan en el tiempo comparando los dos escenarios de su vida.
Con este arranque es suficiente para que Ray Celestin nos meta de lleno en cualquier cosa que nos quiera contar, da lo mismo que haya asesinatos, peleas callejeras, gánsteres o historias de amor. Lo que es inevitable, es que estamos en el corazón del Jazz en los años veinte y eso depara que la música suene de fondo mientras leemos haciendo que nuestra imaginación vuele sin descanso; pues una de las cosas que tiene esta novela es el ser extremadamente cinematográfica. Canciones como "Deep Moarning Blues", "Basin Street Blues" o "West End Blues", hacen que subamos el volumen de nuestro reproductor y nos unamos a la fiesta.
Previo a cada capítulo, el autor añade citas o pequeños párrafos sacados de los diarios de la época con los que va tratando el momento histórico de uno de los fenómenos culturales y sociales más importantes del siglo XX en los Estados Unidos. Un complemento que aumenta el valor de esta serie sobre la música vista desde la perspectiva de la novela negra.
Pero no os dejéis confundir ni por mis palabras ni por el título de la novela, que por cierto hace referencia a todo un clásico "Dead Man´s Blues"; la trama en la que pronto nos vamos a ver inmersos nos conducirá, como ya hizo en "Jazz para el asesino del hacha", a una espiral de crímenes cuya investigación está encabezada por Ida Davis y el expolicía Michael Talbot. La pareja de detectives de la agencia Pinkerton tendrán que resolver la desaparición de una joven mientras sortean la guerra del hampa y el asesinato de uno de sus líderes, caso que llevan el inspector de la policía Frank Lynott y el fotógrafo Jacob Russo.
Las fiestas privadas, a las que acudían los jóvenes ricos deseosos de vivir el riesgo y la diversión que proporcionaban el alcohol, las drogas y la música, precisaban de un intermediario de los clubes de jazz, un guía turístico que no hacía distinciones entre blancos y negros. Para conocer este mundo y continuar con la investigación, Ida Davis se pone en contacto con su amigo Louis Armstrong, con el que daremos buena cuenta de la vida que comenzaba cuando caía la noche en las salas, escenarios, bambalinas, burdeles y trastiendas de Chicago.
Dante, un contrabandista que desafía la Ley Seca, acude a la llamada de Al Capone para resolver el intento de asesinato del alcalde de Chicago junto a un selecto grupo de políticos corruptos y de gánsteres que han sido envenenados con botellas de champán. Su adicción a la heroína encierra una historia personal que contribuye a un final lleno de acción y donde, además de resolverse los casos, asistimos al cambio de una ciudad que hasta ese momento había vivido bajo el dominio de Al Capone.
Tres frentes diferentes de atención con los que recorrer las calles de Chicago y empaparnos del mestizaje de culturas, de tradiciones y del clima de pobreza e inseguridad de los bajos fondos. Tres formas distintas de afrontar un crimen en las que se puede apreciar una mezcla de géneros donde la novela negra de detectives compite con la policíaca y estas con el thriller de acción que aporta el papel de los gánsteres.
La excelente documentación de Ray Celestin, tanto en los hechos históricos como en la biografía de Louis Armstrong, y el contexto social en el que sitúa la trama son un magnífico aliciente para dejarse seducir por esta serie dedicada al Jazz y de la que todavía nos queda por disfrutar de dos nuevas entregas que tendrán como escenario otras ciudades de los Estados Unidos y otros títulos con nombre de canción.
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"Eran más de las diez de una noche laborable y las calles estaban atestadas, como un sábado en Bourbon Street".
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Disfruté mucho con la anterior novela, así que tomo buena nota de ésta, que parece que mantiene el nivel.
ResponderEliminarBesotes!!
Esos detalles son un subidon de disfrute para cualquier lector.
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