Sinopsis
Valladolid, 1155: Alfonso VII, el emperador, reúne a su corte para comunicar una decisión trascendental. A su muerte, el reino quedará dividido: Sancho, su primogénito, reflexivo y débil, heredará Castilla, mientras que Fernando, su impulsivo hijo menor, ceñirá la corona de León.
Con este punto de partida, José María Pérez, Peridis, recrea amenísimamente en esta novela un medievo fascinante, protagonizado por reyes y nobles, leales y traidores. Y también por las mujeres que los acompañaban: Teresa, la prudente, la inclasificable Cecilia, la ingenua Estefanía, Raquel, la hermosa judía... Y por las gentes del común: canteros, artesanos, religiosos, campesinos o comerciantes que mientras iban construyendo un reino para sus señores y para mayor gloria del Dios cristiano, fueron dejando memoria de sus anhelos y fatigas en la piedra de las iglesias y catedrales, a quienes el autor ha dedicado buena parte de su vida.
Premio de Novela Histórica Alfonso X el Sabio, 2014
Premio de Novela Histórica Alfonso X el Sabio, 2014
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Fernando, el hijo del emperador Alfonso VII y destinado a ser el el rey de León y de Galicia, se educa bajo la tutela del conde Fernando de Traba y los cuidados que su hija Teresa le profesa desde bien niño. Ambos completan su educación gracias a un peregrino que resulta ser un cardenal y del que extraerán algunas historias y leyendas que se repetirán en el futuro. De su mano visitan Compostela, donde pueden comtemplar los avances arquitectónicos, así como escuchar al joven cantero Mateo los pormenores y secretos de la basílica, iniciando así una larga amistad entre todos.
Después de algunas críticas en cuanto al estilo de esta novela, por alejarse de la formalidad acostumbrada en el género, quiero decir, que a mí también me sorprendió desde el comienzo este cambio. Pero lo que es indiscutible, para mi gusto, es la calidad de la narración y como sabe el autor captar nuestra atención en el transcurso de la trama, haciéndo la novela muy asequible para los lectores poco habituados a este género pero a los que también gusta conocer relatos históricos de nuestro pasado.
Con Castilla muy cerca y la presencia de las Casas de los Lara y de los Castro en todo el entorno de este periodo, vemos pasar a sus personajes, que irremediablemente han de separarse para encontrarlos después a lo largo de esta aventura. El reparto realizado por el emperador Alfonso VII no satisface a ninguna de las partes, ni a los nobles seguidores de sus herederos, lo que dará pie a continuas disputas; manejadas con gran soltura por el autor y sin presentarnos grandes enredos.
También están presentes, la magia del manuscrito del Beato de Liebana, así como otras reliquias a las que se aferraban los nobles en busca de herederos al trono y a sus linajes, o que simplemente satisfacían a la Iglesia para albergarlas en sus monasterios y catedrales.
Uno de los episodios que más he disfrutado ha sido cuando Alfonso, hijo y heredero natural de Sancho de Castilla, toma todo el protagonismo y de nuevo Teresa consigue colocar las piezas en el tablero. Juego, el ajedrez, del que aprendió Alfonso el arte de sus movimientos y que supo utilizar para sus propósitos.
Como también lo hizo de las enseñanzas que recibió, especialmente los planteamientos de la historia del caballo de Troya, que le sirvieron para entrar en Toledo y recuperar su autoridad. Su coronación y sus aventuras amorosas parecían repetir la historia que el buen cardenal había vaticinado, hasta que su unión con Leonor de Plantagenet comenzó a marcar el nuevo rumbo de la unidad hispánica.
Fruto del recuerdo de su hija y el empeño de ésta para que contase la historia de aquellos que ya no podían escribirlas, Peridis echa mano de su niñez, en la que recorría con alma de aventurero la casa familiar en Aguilar de Campoo y las ruinas de Santa María la Real. Un juguete, como él dice, que le sirvió para perseguir las piedras labradas de los canteros y que con los años, y tras documentarse incansablemente, ha querido compartir con nosotros.
Una novela para disfrutar leyendo, perderse en la historia del siglo XII, contemplar con alegría los grabados que acompaña el inicio de las siete partes y, de paso, acercarnos al complejo mundo de la monarquía española de una manera diferente, con un estilo muy personal y en el que algunos momentos se deja ver su gran sentido del humor, que tanto le caracteriza.
Después de algunas críticas en cuanto al estilo de esta novela, por alejarse de la formalidad acostumbrada en el género, quiero decir, que a mí también me sorprendió desde el comienzo este cambio. Pero lo que es indiscutible, para mi gusto, es la calidad de la narración y como sabe el autor captar nuestra atención en el transcurso de la trama, haciéndo la novela muy asequible para los lectores poco habituados a este género pero a los que también gusta conocer relatos históricos de nuestro pasado.
Con Castilla muy cerca y la presencia de las Casas de los Lara y de los Castro en todo el entorno de este periodo, vemos pasar a sus personajes, que irremediablemente han de separarse para encontrarlos después a lo largo de esta aventura. El reparto realizado por el emperador Alfonso VII no satisface a ninguna de las partes, ni a los nobles seguidores de sus herederos, lo que dará pie a continuas disputas; manejadas con gran soltura por el autor y sin presentarnos grandes enredos.
También están presentes, la magia del manuscrito del Beato de Liebana, así como otras reliquias a las que se aferraban los nobles en busca de herederos al trono y a sus linajes, o que simplemente satisfacían a la Iglesia para albergarlas en sus monasterios y catedrales.
Uno de los episodios que más he disfrutado ha sido cuando Alfonso, hijo y heredero natural de Sancho de Castilla, toma todo el protagonismo y de nuevo Teresa consigue colocar las piezas en el tablero. Juego, el ajedrez, del que aprendió Alfonso el arte de sus movimientos y que supo utilizar para sus propósitos.
Como también lo hizo de las enseñanzas que recibió, especialmente los planteamientos de la historia del caballo de Troya, que le sirvieron para entrar en Toledo y recuperar su autoridad. Su coronación y sus aventuras amorosas parecían repetir la historia que el buen cardenal había vaticinado, hasta que su unión con Leonor de Plantagenet comenzó a marcar el nuevo rumbo de la unidad hispánica.
Fruto del recuerdo de su hija y el empeño de ésta para que contase la historia de aquellos que ya no podían escribirlas, Peridis echa mano de su niñez, en la que recorría con alma de aventurero la casa familiar en Aguilar de Campoo y las ruinas de Santa María la Real. Un juguete, como él dice, que le sirvió para perseguir las piedras labradas de los canteros y que con los años, y tras documentarse incansablemente, ha querido compartir con nosotros.
Una novela para disfrutar leyendo, perderse en la historia del siglo XII, contemplar con alegría los grabados que acompaña el inicio de las siete partes y, de paso, acercarnos al complejo mundo de la monarquía española de una manera diferente, con un estilo muy personal y en el que algunos momentos se deja ver su gran sentido del humor, que tanto le caracteriza.
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Es una época histórica que no suelo leer, pero no pinta mal
ResponderEliminarun besito
Últimamente he leído mucho de esa época y cada vez me gusta más, estaban muy entretenidos en toda la península,
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No lo descarto para más adelante que ahora mismo no es el género que más me apetece leer
ResponderEliminarBesos
Apúntalo bien, que con esta novela seguro que vuelven a entrarte ganas,
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Ya tenía fichadito este libro, que he visto buenas reseñas de él. Me alegra ver que también lo has disfrutado.
ResponderEliminarBesotes!!!
Espero que te puedas hacer con él y que también lo disfrutes,
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No es una novela que me llame de forma espeical.
ResponderEliminarEntonces lo mejor es elegir otra que te tiente de verdad,
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Por ahora no me apetece demasiado una novela de este género. Veo que tu las disfrutas un montón, ánimo.
ResponderEliminarBs.
Cuanto más leo más me sorprendo, el género histórico es una fuente que nunca se agota,
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Anotada queda. Hace tiempo que no leo una novela ambientada en el medievo. Besos
ResponderEliminarSencilla y muy agradable de leer, espero acertar con la recomendación,
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Yo es que no soy mucho de novela histórica, pero me alegro de que lo hayas disfrutado :)
ResponderEliminarBesos!
Esta novela sería buena para cambiar de género,
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Yo no lo disfruté, de hecho ha sido uno de mis mayores chascos, si no el mayor, de este año. Una pena porque el género histórico siempre ha sido mi favorito.
ResponderEliminarBesos.
Tu reseña fue una de las que me pusieron en guardia, aun así me he dejado llevar por la forma literaria y ha conseguido engacharme y entretenerme,
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A pesar de ser histórica tú reseña suena fenomenal y ya va siendo hora de que lea cosas para adultos, donde habré oido yo esto?! Jahakaja
ResponderEliminarSigue disfrutando y aconsejándonos estupendísimas novelas!!
Besucos
Algo de misterio me vendría bien de vez en cuando, aunque en el género histórico también lo encuentro,
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¡Hola!
ResponderEliminarA este libro le tengo muchísimas ganas. La novela histórica es un género que, de entrada, suele gustarme. Espero poder hacerme con él pronto.
Magnífica reseña.
Nos leemos. =)
Espero que puedas disponer de él y disfrutarlo,
Eliminarsaludos
He leído alguna crítica no tan positiva. En casa lo leyó mi marido y se le hizo muy cuesta arriba. Cada lector es un mundo. La verdad es que a mí me llamaba la atención pero al final lo he postergado hasta sine die. Besos.
ResponderEliminarEs diferente a lo que acostumbramos a leer, pero la historia que cuenta, y como lo hace, merece la pena,
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