Sinopsis
El cáncer actúa sin que te percates, sin compasión, sin pedir permiso alguno. Detrás de mi enfermedad hubo intensas vivencias que he querido conservar y compartir a través de estas páginas.
Además de escribir, mi gran pasión es la música. La estudié, la interpreté y la sigo disfrutando a día de hoy como una parte importante de mi vida. He considerado que podría ser bonito explicar esta experiencia desde un punto de vista diferente, sin pretender dar consejos a nadie, ni insistir en la desgastada lista de recomendaciones. Los grandes conciertos para piano han sido mis compañeros de este extraño viaje y se han convertido en mi soporte para atreverme a revelar cómo me sentí en aquellas circunstancias.
En este libro solidario quiero agradecer la ayuda que recibí, aportando mis palabras y recuerdos personales a la lucha de todos contra el cáncer.
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No es necesario que María José insista, sabe muy bien que los que amamos la música estamos siempre dispuestos a dejarnos acompañar por unas notas, y yo no encuentro una mejor ocasión para escucharlas que la lectura de su novela, la cual presiento triste pero al mismo tiempo llena de esperanza; pues al fin y al cabo, la enfermedad del cáncer está ahí pero también la fuerza y la sonrisa para afrontarla. Después de leer a María José no me cabe la menor duda de que ella ha conseguido la fórmula.
Sus relatos nos hablan de los sentimientos que tuvo durante los meses de duras sesiones y cómo se apoyó en lo que el cáncer no le consiguió arrebatar, la música clásica. A través de una serie de conciertos para piano nos va narrando cada una de sus batallas, en las que, al igual que las composiciones están llenas de altibajos, de momentos que evocan el romanticismo y de otros tempos que reciben nombres tan sugerentes como Allegro, Andante, Adagio...
Las anécdotas de esta aventura musical le sirven para compararlas con su lucha, y entre esas similitudes presenciamos la compenetración entre director de orquesta y pianista o el protagonismo del solista. Momentos que coinciden con su decisión de coger el toro por los cuernos, mirarle a los ojos y decirle aquí estoy yo. Tampoco se olvida de la orquesta, esos familiares y amigos tan importantes para que cada interpretación suene de forma diferente; como el cáncer, no todos son iguales.
María José nos demuestra que la mejor ayuda no está escrita y que está en cada uno de nosotros, porque de eso se trata, de no asumir la enfermedad y resignarse a ella sino de tener siempre las "luces encendidas", con todo el derecho del mundo a enfadarte y con la locura justa para sonreír ante las cosas pequeñas, para aprender y para llorar; para no tener que empezar una nueva vida sino para continuar con la tuya.
"Por supuesto que no hay una fórmula para el éxito excepto, tal vez, aceptar incondicionalmente la vida y todo lo que trae consigo". (Arthur Rubinstein)
María José consigue transformar la tristeza en alegría, las lágrimas en risas, la emoción en paz y la música en palabras; tocando cada tecla a su tiempo.
Gracias, por compartir conmigo una parte de ti y de tu vida; me uno a la orquesta.
Sus relatos nos hablan de los sentimientos que tuvo durante los meses de duras sesiones y cómo se apoyó en lo que el cáncer no le consiguió arrebatar, la música clásica. A través de una serie de conciertos para piano nos va narrando cada una de sus batallas, en las que, al igual que las composiciones están llenas de altibajos, de momentos que evocan el romanticismo y de otros tempos que reciben nombres tan sugerentes como Allegro, Andante, Adagio...
Las anécdotas de esta aventura musical le sirven para compararlas con su lucha, y entre esas similitudes presenciamos la compenetración entre director de orquesta y pianista o el protagonismo del solista. Momentos que coinciden con su decisión de coger el toro por los cuernos, mirarle a los ojos y decirle aquí estoy yo. Tampoco se olvida de la orquesta, esos familiares y amigos tan importantes para que cada interpretación suene de forma diferente; como el cáncer, no todos son iguales.
María José nos demuestra que la mejor ayuda no está escrita y que está en cada uno de nosotros, porque de eso se trata, de no asumir la enfermedad y resignarse a ella sino de tener siempre las "luces encendidas", con todo el derecho del mundo a enfadarte y con la locura justa para sonreír ante las cosas pequeñas, para aprender y para llorar; para no tener que empezar una nueva vida sino para continuar con la tuya.
"Por supuesto que no hay una fórmula para el éxito excepto, tal vez, aceptar incondicionalmente la vida y todo lo que trae consigo". (Arthur Rubinstein)
María José consigue transformar la tristeza en alegría, las lágrimas en risas, la emoción en paz y la música en palabras; tocando cada tecla a su tiempo.
Gracias, por compartir conmigo una parte de ti y de tu vida; me uno a la orquesta.
Qué bonita y emotiva reseña! Me gusta, me gusta. Este libro me lo llevo, que no lo conocía.
ResponderEliminarBesotes!!!
Parece un libro de los que dejan huella. Una experiencia personal que puede ayudar a otros. Gracias a la autora por compartirla.
ResponderEliminarUn abrazo