Sinopsis
Los cisnes no tienen alma, los violines sí parte de un breve cuento para niños en el que Cuqui, una preciosa coneja belier, encuentra a su gran amor: Arturo.
La novela se inicia inmediatamente después con los personajes ya humanizados con sus miedos e inseguridades, siguiendo el hilo de la historia. En ella, Teodora, una anciana melómana, arisca y autoritaria con la joven, conectará rápidamente con la protagonista y se dedicará a adentrarla progresivamente en el mundo de la música. Así, entre otras cosas, Cuqui aprenderá la diferencia que hay entre un concierto y una sinfonía, descubrirá que Chopin era polaco y no francés, y que no hay que tratar con ligereza a Erik Satie o la Rapsodia sobre un tema de Paganini.
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Después de leer el cuento que nos propone María José y en el que nos habla de los celos que pueden producir la belleza de otro ser, y el daño que se les puede hacer a las personas que tenemos a nuestro alrededor con nuestra maldad, me doy cuenta de las veces que juzgamos sin mirar y de los escudos que nos ponemos, desde pequeños, para resguardarnos de nuestros propios miedos y temores. Un cuento redactado con un lenguaje sencillo que nos permitirá, sin duda, hacerlo llegar a un público infantil de una manera amena y didáctica.
Pero como todo cuento, éste también se hace mayor y se convierte en una fábula donde los animales que la protagonizan se transforman en humanos, pero sin dejar de lado el mundo fantástico que nos regala la autora y donde los sentimientos y las preocupaciones se entremezclan tomando vida por medio de sus personajes.
La envidia, la soledad y la necesidad de comunicación son algunas de las cosas que se perciben en esta novela. También, y de una manera más notable, el poder de la solidaridad se muestra como una de las herramientas que la humanidad tiene para recibir muchas más cosas, sin pretenderlo, de las que ofrece.
El rechazo que en un principio obtiene la conejita Cuqui, se ve recompensado con el amor gracias al esfuerzo, dedicación y trabajo, y al aprendizaje que realiza de las piezas musicales que va diariamente escuchando y comprendiendo de la mano de Teodora. Un homenaje de María José a su madre que le enseñó jugando a reconocer e identificar con paciencia un buen número de obras clásicas.
Una buena manera para los que tenemos un poco olvidado a los clásicos y nos perdemos entre sus títulos e interpretes, y un ejercicio muy divertido con el que también podemos enseñar a los más pequeños. A modo de diario, se nos ofrece una selección que a mí particularmente me ha gustado y que me gustaría compartir con vosotros mediante el siguiente enlace:
Os recomiendo esta lectura para que descubráis el alma de los violines, un alma que no pesa veintiún gramos y que no desaparece cuando dejan de existir.
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Reto
Aunque este libro ya lo he leido, he disfrutado mucho recordándolo gracias a tu reseña, que por cierto te odio por hacerla mejor que la mía!! Jajajaja
ResponderEliminarBesucos
Gracias por la recomendación, ha sido una lectura diferente a las habituales y la he disfrutado,
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Qué bonito se ve este libro! No me sonaba de nada, pero muy bien apuntado que me lo llevo. Que además parece que puedo disfrutarlo junto a mi hija.
ResponderEliminarBesotes!!!
Seguro que a tu hija también le gusta y lo podéis disfrutar juntas, y si además lo acompañas de la música del enlace lo harás completo,
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Me ha llamado de primeras la portada y después de leerte no me importaría hacerme con él. Me ha gustado la historia.
ResponderEliminarEspero que puedas leerlo y haber acertado,
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Coincido con albanta. La cubierta me encanta y aunque parezca algo superficial es uno de los motivos por los que me apetece leer un libro. Además lo que cuentas me resulta muy interesante. Besos.
ResponderEliminarDentro tiene una historia de las que se leen con placer,
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El título atrae mucho, y veo que el interior merece la pena.
ResponderEliminarMe anoto.
Un beso!
Descubrir el alma de los violines es todo un reto que te hará pensar, espero que al final puedas disfrutarlo,
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