Sinopsis
Un asesino en serie conmociona a la sociedad sueca: graba a mujeres instantes antes de matarlas y cuelga los vídeos en Youtube prácticamente en tiempo real. La policía, acorralada y sin poder localizar a las víctimas a tiempo, se encuentra en un callejón sin salida.
Por ello deciden recurrir al eminente psiquiatra y experto en hipnosis Erik Maria Bark, con el que resolvieron un célebre caso años atrás. Sin embargo, en esta carrera contrarreloj aparecen una serie de pistas desconcertantes y el psiquiatra empieza a ocultar información a la policía.
¿Qué esconde el hipnotista?
Cierra con llave, corre las cortinas, no te muevas: la pareja reina del thriller psicológico te dejará sin aliento.
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Quinta entrega de la serie que se puede considerar una secuela de la primera, "El hipnotista", novela con la que la pareja formada por el matrimonio sueco que está detrás de Lars Kepler se dio a conocer. Aunque se pueden leer por separado os recomiendo leerlas en orden y así disfrutar de la reaparición del inspector Joona Linna y del psiquiatra Erik Maria Bark, los dos protagonistas de aquel caso. También, porque os vais a encontrar con el personaje central de la cuarta entrega "El hombre de arena", Jurek Walter, o más bien, con el hallazgo de su cuerpo, encontrado por la inspectora Saga Bauer; quien ahora podrá emprender el camino para rescatar de su escondite a su compañero Joona Linna.
En ausencia del inspector, Margot Silverman es la nueva jefa de investigación, quien tendrá que afrontar el asesinato de una mujer cuya muerte fue anunciada con antelación con el envío de un vídeo por parte del acosador, un ritual que se irá sucediendo a lo largo del caso; por lo que podemos hablar con seguridad de un asesino en serie.
Mientras que la policía solo tiene acceso a unos escasos momentos de la vida de las víctimas, somos nosotros quienes tendremos más detalles, anticipándonos a sus descubrimientos y viviendo en tiempo real como sucede todo, el modo en el que el asesino las ejecuta y como las desfigura el rostro; una pauta en sus crímenes que se convertirá en su seña de identidad y que los encargados de la investigación analizarán hasta plantearse miles de hipótesis. Ir un paso por delante de ellos nos permite conocer como trabaja la mente de los policías a la hora de buscar pistas; como es habitual unos pondrán el punto de mira en las necesarias y otros se obsesionarán con cerrar el caso cuanto antes.
Ante el atasco de la investigación solicitan la ayuda del psiquiatra Erik Maria Bark para interrogar mediante hipnosis al marido de la última víctima al haber este contaminado la escena del crimen. Después de diez años, el hipnotista se enfrenta a su adicción a las pastillas y al recuerdo de su negligencia al haber ocultado unos datos que tuvieron como consecuencia el que haya un inocente entre rejas, Rocky Kirklund, el único que puede saber quien estuvo detrás del asesinato por el que cumple condena y que ahora está repitiendo las mismas pautas de entonces.
De esa información seremos los únicos confidentes y, lejos de juzgarle, viviremos con él los motivos de su silencio. Todo esto a espaldas de la policía que es incapaz de averiguar de qué hilos tirar.
De forma paralela a la investigación, presenciamos la vuelta del inspector Joona Linna, quien ha estado escondido junto a su familia mientras que el hombre que juró matarle y sus compañeros de la policía le han dado por muerto. En su regreso, y dada la similitud con los crímenes pasados, inicia en la sombra sus averiguaciones. A partir de aquí la novela gana en ritmo, un thriller policíaco que aumenta tanto su intensidad que, a mi parecer, peca en exceso y se descontrola; violencia gratuita que se podían haber ahorrado y que no contribuye al resultado final.
El protagonismo final vuelve a ser para el inspector Joona Linna, quien tendrá que saltarse la ley hasta el punto de que podría recibir por los actos cometidos durante el caso una pena de cárcel; y el psiquiatra Erik Maria Bark. que verá como la policía le persigue y le dispara al creer firmemente que él es el asesino en serie que están buscando.
Una nueva entrega de la serie del inspector Joona Linna que, como siempre, os mantendrá muy atentos; deseando llegar al desenlace y, al mismo tiempo, que no termine.
En ausencia del inspector, Margot Silverman es la nueva jefa de investigación, quien tendrá que afrontar el asesinato de una mujer cuya muerte fue anunciada con antelación con el envío de un vídeo por parte del acosador, un ritual que se irá sucediendo a lo largo del caso; por lo que podemos hablar con seguridad de un asesino en serie.
Mientras que la policía solo tiene acceso a unos escasos momentos de la vida de las víctimas, somos nosotros quienes tendremos más detalles, anticipándonos a sus descubrimientos y viviendo en tiempo real como sucede todo, el modo en el que el asesino las ejecuta y como las desfigura el rostro; una pauta en sus crímenes que se convertirá en su seña de identidad y que los encargados de la investigación analizarán hasta plantearse miles de hipótesis. Ir un paso por delante de ellos nos permite conocer como trabaja la mente de los policías a la hora de buscar pistas; como es habitual unos pondrán el punto de mira en las necesarias y otros se obsesionarán con cerrar el caso cuanto antes.
Ante el atasco de la investigación solicitan la ayuda del psiquiatra Erik Maria Bark para interrogar mediante hipnosis al marido de la última víctima al haber este contaminado la escena del crimen. Después de diez años, el hipnotista se enfrenta a su adicción a las pastillas y al recuerdo de su negligencia al haber ocultado unos datos que tuvieron como consecuencia el que haya un inocente entre rejas, Rocky Kirklund, el único que puede saber quien estuvo detrás del asesinato por el que cumple condena y que ahora está repitiendo las mismas pautas de entonces.
De esa información seremos los únicos confidentes y, lejos de juzgarle, viviremos con él los motivos de su silencio. Todo esto a espaldas de la policía que es incapaz de averiguar de qué hilos tirar.
De forma paralela a la investigación, presenciamos la vuelta del inspector Joona Linna, quien ha estado escondido junto a su familia mientras que el hombre que juró matarle y sus compañeros de la policía le han dado por muerto. En su regreso, y dada la similitud con los crímenes pasados, inicia en la sombra sus averiguaciones. A partir de aquí la novela gana en ritmo, un thriller policíaco que aumenta tanto su intensidad que, a mi parecer, peca en exceso y se descontrola; violencia gratuita que se podían haber ahorrado y que no contribuye al resultado final.
El protagonismo final vuelve a ser para el inspector Joona Linna, quien tendrá que saltarse la ley hasta el punto de que podría recibir por los actos cometidos durante el caso una pena de cárcel; y el psiquiatra Erik Maria Bark. que verá como la policía le persigue y le dispara al creer firmemente que él es el asesino en serie que están buscando.
Una nueva entrega de la serie del inspector Joona Linna que, como siempre, os mantendrá muy atentos; deseando llegar al desenlace y, al mismo tiempo, que no termine.
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No me importaría leerlo si se cruza en mi camino.
ResponderEliminarBesotes!!!!