Sinopsis
Estocolmo. Una familia es asesinada a sangre fría. El único superviviente de la masacre es Joseph, que tiene tan sólo quince años. Joona Linna, el detective encargado de la investigación, convence a Erik Maria Bark, médico experto en tratamientos de shock y traumas, para que someta al chico a una sesión de hipnotismo y así desvelar qué ocurrió en su casa la noche anterior. Pronto descubren que Joseph tiene una hermana, Evelyn, que vive fuera de la ciudad; ahora su prioridad es encontrarla, ya que Joona está convencido de que el asesino quiere acabar con toda la familia.
El hipnotista es una estremecedora e inquietante novela negra que, a la vez que construye un fascinante rompecabezas, destapa los aspectos más desconocidos y sorprendentes de la sociedad sueca. Un certero e inusual retrato de la Suecia contemporánea que no dejará indiferente a ningún lector
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Resulta muy difícil no sentirse atraído por el argumento que nos presenta esta novela, e imposible no tenerla en el punto de mira después de tantas y tan buenas críticas como he ido leyendo en los medios literarios durante años, sobre todo en los blogs, imprescindibles para hacerse una idea de lo que representa el fenómeno a cuatro manos Lars Kepler. En la trama que nos ocupa, primera de la serie del detective de la policía, Joona Linna, uno no sabe si se va a encontrar con una novela negra y de misterio, como anuncian en las webs de ventas, con un thriller, género al que pocos se refieren, o con una novela policíaca al uso, como apuntan la mayoría.
A poco que nos adentramos en este misterioso caso, comprobamos que todo gira en torno a una investigación policial que se pone en marcha tras el asesinato de una familia y de la que solo parece existir una superviviente, a quien es preciso encontrar pues temen que el asesino la esté buscando para completar el crimen. Identificado y atrapado, el asesino se ve sometido a una sesión de hipnosis donde esperan que revele el paradero de la joven así como otros asuntos que la policía precisa saber. Para llevarla a efecto entra en juego el médico psiquiatra, Erik Maria Bark, verdadero protagonista de esta entrega o al menos el principal centro de atención a lo largo de la misma.
Y es que la trama más interesante, además de la investigación principal, está en los recuerdos que aporta el hipnotista, sobre todo, los que se refieren a las sesiones de hipnosis a las que sometía, diez años atrás y de forma voluntaria, a un grupo de personas con diferentes problemas mentales o de ansiedad. Fruto de las vivencias de cada uno de ellos, el médico consiguió reconstruir algunos de sus miedos y frustraciones, tratando los traumas y sus experiencias de forma grupal; pero algo salió mal, provocando en ellos un estado que desencadenó en violencia e intentos de suicidio. Después de aquellos hechos, que le apartaron de sus prácticas, Erik vive en una continua amenaza; lo que no sospecha es que se está urdiendo una venganza que también mantendrá en vilo al detective Joona Linna.
Todo se complica con el secuestro del hijo de Erik, Benjamín, lo que implica un grado más de tensión a la novela, la cual se ve reforzada por casos paralelos que el lector no sabe muy bien a donde le van a llevar pero que sospecha que de alguna u otra manera todo tendrá un nexo en común. Y es que, además de ser marca de la casa, tanto de los autores como de la novela negra escandinava, el clima creado es propicio para especular continuamente y querer, como buenos aficionados al género, adelantarnos al desenlace.
Pero todavía es pronto, aun queda un gran giro final con más ritmo del esperado, aunque insuficiente para ponerle la etiqueta de thriller, y donde el detective Joona Linna deja claro que él siempre tiene razón y que no podemos perder la pista a su intuición. Yo, al menos, ya tengo en mi estantería la continuación "En la mente del hipnotista" y tampoco dudaré en ir descubriendo todo cuanto escriban, merece la pena.
A poco que nos adentramos en este misterioso caso, comprobamos que todo gira en torno a una investigación policial que se pone en marcha tras el asesinato de una familia y de la que solo parece existir una superviviente, a quien es preciso encontrar pues temen que el asesino la esté buscando para completar el crimen. Identificado y atrapado, el asesino se ve sometido a una sesión de hipnosis donde esperan que revele el paradero de la joven así como otros asuntos que la policía precisa saber. Para llevarla a efecto entra en juego el médico psiquiatra, Erik Maria Bark, verdadero protagonista de esta entrega o al menos el principal centro de atención a lo largo de la misma.
Y es que la trama más interesante, además de la investigación principal, está en los recuerdos que aporta el hipnotista, sobre todo, los que se refieren a las sesiones de hipnosis a las que sometía, diez años atrás y de forma voluntaria, a un grupo de personas con diferentes problemas mentales o de ansiedad. Fruto de las vivencias de cada uno de ellos, el médico consiguió reconstruir algunos de sus miedos y frustraciones, tratando los traumas y sus experiencias de forma grupal; pero algo salió mal, provocando en ellos un estado que desencadenó en violencia e intentos de suicidio. Después de aquellos hechos, que le apartaron de sus prácticas, Erik vive en una continua amenaza; lo que no sospecha es que se está urdiendo una venganza que también mantendrá en vilo al detective Joona Linna.
Todo se complica con el secuestro del hijo de Erik, Benjamín, lo que implica un grado más de tensión a la novela, la cual se ve reforzada por casos paralelos que el lector no sabe muy bien a donde le van a llevar pero que sospecha que de alguna u otra manera todo tendrá un nexo en común. Y es que, además de ser marca de la casa, tanto de los autores como de la novela negra escandinava, el clima creado es propicio para especular continuamente y querer, como buenos aficionados al género, adelantarnos al desenlace.
Pero todavía es pronto, aun queda un gran giro final con más ritmo del esperado, aunque insuficiente para ponerle la etiqueta de thriller, y donde el detective Joona Linna deja claro que él siempre tiene razón y que no podemos perder la pista a su intuición. Yo, al menos, ya tengo en mi estantería la continuación "En la mente del hipnotista" y tampoco dudaré en ir descubriendo todo cuanto escriban, merece la pena.
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