Sinopsis
¿Quién es Alfredo? Esa será la pregunta que se convertirá en una obsesión para Sagrario Ortiz, una joven periodista a la que un cruce de casualidades llevará a conocer a alguien que se encuentra en la última etapa de su vida: Elvira Pineda. La intensa complicidad surgida entre ambas mujeres provocará que Elvira confíe a Sagrario un asunto familiar de la máxima trascendencia acontecido hace más de treinta años.
El encargo propuesto llevará a la profesional a iniciar un viaje donde ninguna certeza será fiable, y que la conducirá desde Almería a Canarias y al Sáhara, ya que tendrá que adentrarse no solo en el pasado de Elvira, sino también en el de su corta y calculadora familia.
Diamantes de luz helada es una historia de búsqueda, de tesón, de fe en lo que jamás se ha dejado de creer, de compromiso personal, de lealtad, donde se darán cita los sentimientos más enraizados y enfrentados del ser humano, y que nos llevará a formularnos una doble pregunta: ¿Quién es y dónde está en realidad Alfredo?
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La inquietud de Carlos Díaz Domínguez por darnos a conocer importantes acontecimientos de nuestro pasado más reciente nos lleva en esta ocasión hasta el Sáhara, destino final donde conoceremos unos hechos que a muchos les resultan desconocidos y otros tantos, entre los que me incluyo, tenemos esta parte de la historia cogida con pinzas. El silencio y la desinformación producida durante décadas no ha hecho nada más que confundir; pero en política, y más en la actualidad, todo se termina sabiendo.
Y justamente de eso trata la novela, de poner los puntos sobre las íes a través de dos líneas temporales. La principal tiene lugar hace una década y su protagonista es Sagrario, una joven periodista que sufre las primeras consecuencias de la era digital y se une a la desesperación de un buen puñado de personas que están sufriendo la crisis económica; el periodismo ha cambiado su forma de ser entendido y lo que hasta ahora era una vida acomodada, no exenta de sacrificios familiares, se convierte en la incertidumbre por conocer que nos deparará el día de mañana.
La secundaria, y no por eso menos importante, es la investigación en la que está a punto de adentrarse Sagrario cuando conoce a Elvira, la abuela de su novio Miguel, y guardiana de un secreto del que nadie está dispuesto a hablar. Sus recuerdos irán brotando para ser recogidos por Sagrario, quien definitivamente le hace una promesa: encontrar a su hijo Alfredo, Alférez del ejército español del que perdió su rastro cuando hacía las milicias en Gran Canaria.
Dos géneros bien diferenciados, en la actualidad son los sentimientos que surgen entre los personajes de forma diferente, el amor y el desamor, la desconfianza o la complicidad, una lectura que a mí particularmente me ha recordado a las buenas telenovelas de antaño, donde primaban lo familiar y los enredos; en el pasado, un relato histórico marcado de política internacional, de uno de los momentos clave del siglo XX tras la segunda guerra mundial.
De esta manera, nos iremos introduciendo de lleno en un conflicto que tuvo lugar durante el final de la dictadura de Franco y duró hasta el principio de la transición. España, que contaba en el Sáhara Occidental con una provincia más, se ve obligada por la ONU a celebrar un referéndum que decida la autodeterminación requerida por el Frente Polisario. Un tema que puede parecer difícil de entender debido al gran número de países interesados, una zona estratégica ansiada por unos y por otros por diferentes motivos. Unos episodios necesarios para meternos en situación y vivir en primera persona la tensión que padecieron quienes allí se encontraban. Entre ellos Alfredo, con el que la novela vuelve a los sentimientos y nos deja una serie de enigmas que tendrá que resolver Rosario, quien continúa reconstruyendo los hechos a petición de su nueva amiga, Elvira.
Una interesante puesta en escena donde la política nos enseña su cara más estratégica, con países jugando a dos bandas, nadando y guardando la ropa, vendiendo una cosa y realizando lo contrario. Una partida en la que los enemigos se convierten en amigos; los norteamericanos, en contra de los planes expansionistas de Marruecos, terminan por echarles una mano con el paripé de la Marcha Verde; los ingleses que siempre andan en todos los fregados y una España debilitada por la enfermedad del dictador; una olla a presión junto a Mauritania y Argelia.
En la parte de ficción daremos cuenta de un giro insospechado, muy visual, que de alguna manera viene a congraciarnos con la historia, y a hacernos comprender la importancia de los sentimientos, muy por encima de lazos familiares. Dos géneros que ha sabido diferenciar y manejar el autor con una narrativa cercana y sencilla.
Y justamente de eso trata la novela, de poner los puntos sobre las íes a través de dos líneas temporales. La principal tiene lugar hace una década y su protagonista es Sagrario, una joven periodista que sufre las primeras consecuencias de la era digital y se une a la desesperación de un buen puñado de personas que están sufriendo la crisis económica; el periodismo ha cambiado su forma de ser entendido y lo que hasta ahora era una vida acomodada, no exenta de sacrificios familiares, se convierte en la incertidumbre por conocer que nos deparará el día de mañana.
La secundaria, y no por eso menos importante, es la investigación en la que está a punto de adentrarse Sagrario cuando conoce a Elvira, la abuela de su novio Miguel, y guardiana de un secreto del que nadie está dispuesto a hablar. Sus recuerdos irán brotando para ser recogidos por Sagrario, quien definitivamente le hace una promesa: encontrar a su hijo Alfredo, Alférez del ejército español del que perdió su rastro cuando hacía las milicias en Gran Canaria.
Dos géneros bien diferenciados, en la actualidad son los sentimientos que surgen entre los personajes de forma diferente, el amor y el desamor, la desconfianza o la complicidad, una lectura que a mí particularmente me ha recordado a las buenas telenovelas de antaño, donde primaban lo familiar y los enredos; en el pasado, un relato histórico marcado de política internacional, de uno de los momentos clave del siglo XX tras la segunda guerra mundial.
De esta manera, nos iremos introduciendo de lleno en un conflicto que tuvo lugar durante el final de la dictadura de Franco y duró hasta el principio de la transición. España, que contaba en el Sáhara Occidental con una provincia más, se ve obligada por la ONU a celebrar un referéndum que decida la autodeterminación requerida por el Frente Polisario. Un tema que puede parecer difícil de entender debido al gran número de países interesados, una zona estratégica ansiada por unos y por otros por diferentes motivos. Unos episodios necesarios para meternos en situación y vivir en primera persona la tensión que padecieron quienes allí se encontraban. Entre ellos Alfredo, con el que la novela vuelve a los sentimientos y nos deja una serie de enigmas que tendrá que resolver Rosario, quien continúa reconstruyendo los hechos a petición de su nueva amiga, Elvira.
Una interesante puesta en escena donde la política nos enseña su cara más estratégica, con países jugando a dos bandas, nadando y guardando la ropa, vendiendo una cosa y realizando lo contrario. Una partida en la que los enemigos se convierten en amigos; los norteamericanos, en contra de los planes expansionistas de Marruecos, terminan por echarles una mano con el paripé de la Marcha Verde; los ingleses que siempre andan en todos los fregados y una España debilitada por la enfermedad del dictador; una olla a presión junto a Mauritania y Argelia.
En la parte de ficción daremos cuenta de un giro insospechado, muy visual, que de alguna manera viene a congraciarnos con la historia, y a hacernos comprender la importancia de los sentimientos, muy por encima de lazos familiares. Dos géneros que ha sabido diferenciar y manejar el autor con una narrativa cercana y sencilla.
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Justo lo acabo de terminar y me ha gustado mucho. Y me ha dejado con ganas de saber más de esta parte de nuestra historia.
ResponderEliminarBesotes!!!
Del autor he leído Lágrimas sobre Gibraltar, A las ocho en el Novelty y La menorah de Petra. Todos me gustaron mucho, a ver si vuelvo a leer más novelas suyas, esta tiene muy buena pinta. Besos.
ResponderEliminarNo he leído a este autor todavía, pero he visto muy buenas críticas. Lo tendré en cuenta. Bss
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