Sinopsis
Octubre de 1914. Una guerra estancada. Un mundo que ha perdido la razón. España es el mayor país europeo que todavía se mantiene neutral. Alain Santini, diplomático francés, y Fritz Springer, oficial de la inteligencia alemana, viajarán a Madrid con el mismo fin: conseguir que España rompa una neutralidad que a sus países les está costando miles de vidas diarias.
En la trasnochadora ciudad ambos súbditos tendrán que poner a prueba su capacidad para manejar situaciones novedosas que se escaparán continuamente de su control, y tendrán que aprender a negociar, a engañar, a intrigar y a amar con un único objetivo: conseguir que Alfonso XIII abandone su indolente imparcialidad.
Entreacto en el Apolo nos llevará por los intrincados vericuetos de la alta política, de los bajos manejos palaciegos, de los intereses cruzados, de las engañosas pasiones, de los amores hipócritas y también de la lealtad y del patriotismo, donde no sabremos ni cuál será el siguiente acto de una función que está a punto de levantar el telón ni cuál será el papel que, como lectores, tendremos que interpretar.
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La obra literaria de Carlos Díaz Domínguez es sinónimo de espías y en esta ocasión tampoco podían faltar, incluso echa el resto y sus personajes juegan al contraespionaje; situación que hace aumentar el interés por el verdadero papel que desempeñan en esta trama. Conseguir que el rey Alfonso XIII abandone la neutralidad en la primera guerra mundial y se decida por dar apoyo a uno de los bandos: la Entente Cordiale junto a Francia, Inglaterra y Rusia, o la triple alianza impulsada por Alemania.
La novela aborda distintos géneros, por lo que es difícil que la mayoría de los lectores no se sientan atraídos por alguno de sus episodios y se vean impulsados a conocer el resto para, por un lado descubrir una parte de nuestra historia, y por otro meterse de lleno en un thriller de espionaje, una novela policíaca o ver como actúan las flechas de cupido.
En el plano histórico nos encontramos con la figura de Alfonso XIII como centro de atención donde irremediablemente apuntarán todas las subtramas de la novela, unas veces por sus aventuras amorosas, y otras por su afición a los automóviles o sus vicios cinematográficos. Hijo póstumo de Alfonso XII, la vida del monarca estuvo condicionada por las mujeres desde su nacimiento, su madre, la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena, sus tías y ahora su mujer, la reina consorte Victoria Eugenia de Battenberg. En el momento del conflicto, en el que la mayoría aplaude su posición neutral, las dos reinas ejercen una presión constante al defender y solicitar el apoyo para un bando diferente.
Victoria Eugenia de Battenberg, descendiente británica, lucha a diario contra las infidelidades de su marido, una descendencia poco afortunada y las continuas peleas con su suegra, natural de Austria. El enfrentamiento dialéctico tiene en medio a un rey sin otra opción que la de mantenerse pacificador. En el terreno político se encuentra en la misma situación teniendo que mediar entre la conciencia de no enviar a la población hacia una muerte segura y los partidarios de participar en la guerra; principalmente empresarios, que hacen grandes negocios de exportación con los países en guerra y políticos, como el conde de Romanones con intereses en el norte de África.
Con el género de espionaje es con el que nos metemos de lleno en la trama a través de dos personajes que acuden a Madrid para inclinar la balanza a su favor: Alain Santini, diplomático francés, tiene el firme propósito de influir en la decisión de neutralidad de Alfonso XIII y de que España se una como aliado a la Entente Cordiale; con intereses contrarios aparece en escena Fritz Springer, militar reclutado por los servicios secretos alemanes para infiltrarse en el corazón de la capital española y tender una trampa a Alfonso XIII con la que poder hacerle chantaje para que cambie su postura frente a Europa.
Mientras que el perfil refinado de Alain Santini nos traslada a una ciudad aristocrática el de Fritz Springer impone la acción; ambos recorren las calles del Madrid de principios del siglo XX donde los primeros automóviles se disputaban la calzada con los coches de caballos y los teatros competían con las primeras salas de cine. Un viaje en el tiempo muy tentador.
La novela policíaca está representada por el comisario Alfredo Peris, quien tendrá que lidiar con varios crímenes sin resolver y la sospecha de un nuevo atentado contra el rey. Sus investigaciones nos trasladan a otro Madrid que sobrevive y que tiene miedo de que sus hijos sean llevados a una guerra que no es de ellos.
Y por fin el Teatro Apolo. Lugar donde convergen todos los personajes y testigo mudo de lo que no se representaba en el escenario: de las visitas del rey a los camerinos, de las conspiraciones urdidas entre actos, de asesinatos encubiertos, de espías camuflados..., de anarquistas a los que les vale más el rey vivo que muerto.
Una novela que se degusta por la época en la que se desarrolla, tan poco explotada por nuestros escritores, y por unos personajes que de forma coral interpretan la vida que rodeó al rey Alfonso XIII.
La novela aborda distintos géneros, por lo que es difícil que la mayoría de los lectores no se sientan atraídos por alguno de sus episodios y se vean impulsados a conocer el resto para, por un lado descubrir una parte de nuestra historia, y por otro meterse de lleno en un thriller de espionaje, una novela policíaca o ver como actúan las flechas de cupido.
En el plano histórico nos encontramos con la figura de Alfonso XIII como centro de atención donde irremediablemente apuntarán todas las subtramas de la novela, unas veces por sus aventuras amorosas, y otras por su afición a los automóviles o sus vicios cinematográficos. Hijo póstumo de Alfonso XII, la vida del monarca estuvo condicionada por las mujeres desde su nacimiento, su madre, la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena, sus tías y ahora su mujer, la reina consorte Victoria Eugenia de Battenberg. En el momento del conflicto, en el que la mayoría aplaude su posición neutral, las dos reinas ejercen una presión constante al defender y solicitar el apoyo para un bando diferente.
Victoria Eugenia de Battenberg, descendiente británica, lucha a diario contra las infidelidades de su marido, una descendencia poco afortunada y las continuas peleas con su suegra, natural de Austria. El enfrentamiento dialéctico tiene en medio a un rey sin otra opción que la de mantenerse pacificador. En el terreno político se encuentra en la misma situación teniendo que mediar entre la conciencia de no enviar a la población hacia una muerte segura y los partidarios de participar en la guerra; principalmente empresarios, que hacen grandes negocios de exportación con los países en guerra y políticos, como el conde de Romanones con intereses en el norte de África.
Con el género de espionaje es con el que nos metemos de lleno en la trama a través de dos personajes que acuden a Madrid para inclinar la balanza a su favor: Alain Santini, diplomático francés, tiene el firme propósito de influir en la decisión de neutralidad de Alfonso XIII y de que España se una como aliado a la Entente Cordiale; con intereses contrarios aparece en escena Fritz Springer, militar reclutado por los servicios secretos alemanes para infiltrarse en el corazón de la capital española y tender una trampa a Alfonso XIII con la que poder hacerle chantaje para que cambie su postura frente a Europa.
Mientras que el perfil refinado de Alain Santini nos traslada a una ciudad aristocrática el de Fritz Springer impone la acción; ambos recorren las calles del Madrid de principios del siglo XX donde los primeros automóviles se disputaban la calzada con los coches de caballos y los teatros competían con las primeras salas de cine. Un viaje en el tiempo muy tentador.
La novela policíaca está representada por el comisario Alfredo Peris, quien tendrá que lidiar con varios crímenes sin resolver y la sospecha de un nuevo atentado contra el rey. Sus investigaciones nos trasladan a otro Madrid que sobrevive y que tiene miedo de que sus hijos sean llevados a una guerra que no es de ellos.
Y por fin el Teatro Apolo. Lugar donde convergen todos los personajes y testigo mudo de lo que no se representaba en el escenario: de las visitas del rey a los camerinos, de las conspiraciones urdidas entre actos, de asesinatos encubiertos, de espías camuflados..., de anarquistas a los que les vale más el rey vivo que muerto.
Una novela que se degusta por la época en la que se desarrolla, tan poco explotada por nuestros escritores, y por unos personajes que de forma coral interpretan la vida que rodeó al rey Alfonso XIII.
La he terminado hace unos días y la he disfrutado mucho. Una buena mezcla de géneros, como bien señalas. Y engancha bastante.
ResponderEliminarBesotes!!!
La acabé el sábado y me ha encantado. Como bien dices bebe de muchos géneros y el autor demuestra el dominio que tiene de la narración y el conocimiento de la Historia que atesora. Una muy buena novela.
ResponderEliminarUn beso
Creo que es una de las novedades que más promete¡¡ Un abrazo
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