Anno Domini 476. El Imperio romano está llegando a su fin. Dividido en dos partes y devastado por las invasiones de los bárbaros, son ya pocos los territorios donde se mantiene el dominio de aquel Estado que gobernó el mundo durante tantos siglos. Rómulo Augusto, con trece años, es el emperador de Occidente tras haber sobrevivido a la aniquilación de su familia. El general germánico Wulfila lo hace prisionero y lo leva a la isla de Capri junto con su preceptor Ambrosino. Sin embargo, no todos se han rendido a las fuerzas bárbaras: un grupo de valientes soldados leales a Roma le rescatan e inician un viaje a través de toda Europa, huyendo de sus enemigos, hasta llegar a los confines del imperio, al territorio de los druidas, Britania, donde encontrarán un destino inesperado.
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Las memorias de Myrdin Emreis, un druida conocido por los romanos por el nombre de Meridio Ambrosino y que pasó a la historia como el mago Merlín, son un ejercicio de sus propios recuerdos de Britania aderezados con imágenes o con relatos que llegaron hasta él por medio de quienes lucharon por media Europa. En uno de sus viajes, cuando se disponía a pedir auxilio al emperador de Roma, se cruzó en su camino la familia de Flavio Orestes; así conoció y se hizo preceptor de su hijo Rómulo Augusto.
La trama, mezcla de ficción y realidad, nos va dejando una interminable sensación de que aquello que creíamos fruto de la fantasía literaria está basado en hechos históricos del último cuarto del siglo V, cuando el Imperio Romano de Occidente se debilitó dando inicio a su desaparición.
El nuevo emperador de Occidente Rómulo Augusto pasó a la historia entre sus enemigos con el nombre de Augústulo, el pequeño Augusto. Su juventud le hizo ser presa de quienes deseaban acabar con su familia y de un grupo de valientes guerreros que le acompañaron en su huida hasta Britania. Un trayecto plagado de aventuras que el autor ha sabido plasmar para que traslademos a imágenes cada uno de los ataques que sufren o las estrategias que les llevan a burlar a su enemigo principal, el general germánico Wulfila al mando de las tropas bárbaras de Odoacro, quien se autoproclamó rey de Italia.
El druida Ambrosino y Aurelio, un soldado romano de la Nova Invicta, son los encargados de proteger a Rómulo Augusto a la muerte de Flavio Orestes. Sabedores de que con su muerte puede cambiar el destino de Roma ambos se convierten en adalides del joven. El protagonismo de los dos personajes se va alternando durante la novela: mientras Ambrosino le instruye preparándole para ser César; Aurelio recupera a sus compañeros de antiguas batallas, sometidos a participar en juegos de lucha donde les espera una muerte segura, y a Livia, una guerrera venida de Venecia que le hace recordar tiempos pasados. Juntos emprenderán todo tipo de suertes enfrentándose a Wulfila y a Wortigern, un caudillo britano que se hizo rodear de mercenarios.
El manuscrito que realiza Ambrosino le sirve a Rómulo Augusto para pasar las horas de encierro impuestas por Odoacro. A través de su historia conoceremos su paso por Britania, la ayuda que pidió al emperador y que nunca llegó, las condiciones de vida de un territorio inhóspito y los continuos ataques de los nativos que reclamaban lo que les pertenecía. Una clase de historia con pinceladas de las mejores leyendas con las que disfrutar, más si cabe, del género histórico.
El descubrimiento de la espada de Julio César da un giro a la novela y nos introduce en el mito artúrico. Codiciada por todos, será un nuevo ingrediente que añadir a la lectura que irá dando forma a la profecía que Ambrosino le recuerda constantemente a Rómulo:
La trama, mezcla de ficción y realidad, nos va dejando una interminable sensación de que aquello que creíamos fruto de la fantasía literaria está basado en hechos históricos del último cuarto del siglo V, cuando el Imperio Romano de Occidente se debilitó dando inicio a su desaparición.
El nuevo emperador de Occidente Rómulo Augusto pasó a la historia entre sus enemigos con el nombre de Augústulo, el pequeño Augusto. Su juventud le hizo ser presa de quienes deseaban acabar con su familia y de un grupo de valientes guerreros que le acompañaron en su huida hasta Britania. Un trayecto plagado de aventuras que el autor ha sabido plasmar para que traslademos a imágenes cada uno de los ataques que sufren o las estrategias que les llevan a burlar a su enemigo principal, el general germánico Wulfila al mando de las tropas bárbaras de Odoacro, quien se autoproclamó rey de Italia.
El druida Ambrosino y Aurelio, un soldado romano de la Nova Invicta, son los encargados de proteger a Rómulo Augusto a la muerte de Flavio Orestes. Sabedores de que con su muerte puede cambiar el destino de Roma ambos se convierten en adalides del joven. El protagonismo de los dos personajes se va alternando durante la novela: mientras Ambrosino le instruye preparándole para ser César; Aurelio recupera a sus compañeros de antiguas batallas, sometidos a participar en juegos de lucha donde les espera una muerte segura, y a Livia, una guerrera venida de Venecia que le hace recordar tiempos pasados. Juntos emprenderán todo tipo de suertes enfrentándose a Wulfila y a Wortigern, un caudillo britano que se hizo rodear de mercenarios.
El manuscrito que realiza Ambrosino le sirve a Rómulo Augusto para pasar las horas de encierro impuestas por Odoacro. A través de su historia conoceremos su paso por Britania, la ayuda que pidió al emperador y que nunca llegó, las condiciones de vida de un territorio inhóspito y los continuos ataques de los nativos que reclamaban lo que les pertenecía. Una clase de historia con pinceladas de las mejores leyendas con las que disfrutar, más si cabe, del género histórico.
El descubrimiento de la espada de Julio César da un giro a la novela y nos introduce en el mito artúrico. Codiciada por todos, será un nuevo ingrediente que añadir a la lectura que irá dando forma a la profecía que Ambrosino le recuerda constantemente a Rómulo:
"Llegará un joven del mar meridional con una espada trayendo paz y prosperidad. El águila y el dragón volverán a volar sobre la gran tierra de Britania". |
La escasa documentación de la época ha impulsado a historiadores y arqueólogos a construir una historia a medida, desmintiendo algunos hechos políticos y creando mitos y leyendas que pueden acercarse bastante a la realidad. El espíritu aventurero de la novela, su fácil comprensión y la puesta en escena la hacen merecedora de ser recomendada a quienes buscan nuevas fuentes de entretenimiento o se les queda pequeño el mapa de nuestra historia; seguro que después de su lectura os entran ganas de profundizar en el tema.
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Lleva tiempo este libro entre mis pendientes. A ver cuándo me animo!
ResponderEliminarBesotes!!!