domingo, 8 de julio de 2012

El asesino hipocondríaco - Juan Jacinto Muñoz Rengel (2012)


Sinopsis contraportada

El señor Y. debe cumplir su último encargo como asesino profesional, pero para conseguirlo tendrá que superar un grave obstáculo: no le queda más que un día de vida.

En realidad, el enigmático asesino a sueldo que responde a las iniciales M.Y. lleva años muriéndose, desde el mismo momento en que vino a este mundo. Le persiguen tantas enfermedades que cualquiera podría considerarlo un milagro médico. Ahora, por encargo de un cliente misterioso que se mantiene en la sombra, debe matar al escurridizo Eduardo Blaisten antes de que le asalte una apoplejía terminal o una úlcera gangrenosa o un empeoramiento de su Síndrome de Espasmo Profesional.

Su incomprensible mala suerte irá frustrando uno tras otro todos sus intentos de homicidio, y estableciendo una mágica conexión entre sus propias penalidades y los grandes males físicos, psicológicos e imaginarios, que torturaron a Poe, Proust, Voltaire, Tolstói, Molière, Kant y al resto de los hipocondríacos ilustres de la historia de la literatura y el pensamiento.

Una inteligente y divertidísima novela que aúna intriga, obsesión, asesinato y amor incondicional por la literatura.


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Sin saber muy bien con que tipo de lectura me voy a encontrar, y esperando una novela negra diferente, me encuentro con el perfil de un asesino a sueldo, más centrado en sus enfermedades y diagnósticos, que con un profesional de la mejor novela policíaca.

El protagonista, un culto y meticuloso enfermo crónico, se desmenuza a sí mismo y, nos descubre las paranoias de grandes escritores, filósofos, pensadores y personajes de otros siglos; justificando tal vez su personalidad y descubriéndonos un sinfín de males que padece, dando cabida a innumerables patologías, algunas incluso sin diagnosticar por ningún médico a fecha de hoy.

La imagen de la portada, me hace ponerle cara a este deforme personaje, en su apariencia tanto física como sicológica, y hace que su estado neurótico me contagie y me haga compadecerle.

Entre el absurdo, lo cómico de sus andanzas, lo meticuloso y chapuzas que puede ser al mismo tiempo; es agradable leer sobre sus conocimientos de las vidas de Voltaire, Lord Byron, Mary Shelley o Joseph Carey Merrick (El Hombre Elefante, a quién cataloga de "hermano de penalidades e infortunio").

Sin duda, esta es una novela diferente, para leer con humor y con calma, e incluso recuperar dentro de un tiempo, aunque solo sea para disfrutar con todos esos hipocondríacos que aparecen en sus páginas.
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2 comentarios :

  1. Tengo dudas sorbe este libro, porque hay tal variedad de opiniones que no sé si termino de animarme. Gracias por tu aportación, me empuja un poquito más. Besillos

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  2. Estoy con Marilú, hay reseñas para todos los gustos. Sin embargo, le tengo muchas ganas porque me crea curiosidad.
    Saludos

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