Sinopsis
"Perdemos la memoria de las palabras, pero no la memoria de las emociones"
Una llamada inesperada lleva a Adam, un profesor árabe de Historia, a regresar a su tierra natal después de veinticinco años de exilio. Todo sigue igual, no ha pasado el tiempo por los lugares que frecuentó. Aquel paraíso perdido de la montaña blanca va asociado a los nombres de sus amigos de juventud, el Círculo de los Bizantinos, que pretendían cambiar el mundo y fueron ellos los que terminaron cambiando por una guerra que los separó y llevó a cada uno por distintos caminos. Pero quién es él para juzgarlos cuando vivió un exilio dorado mientras ellos se vieron abocados a una situación sin elección posible. Con la ayuda de la siempre bella y rebelde Semiramis, Adam intenta reunirlos. A los que quedan vivos.
"Más vale equivocarse en la esperanza que acertar en la desesperación"
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Con la llamada que recibe Adam, narrador de esta historia, en la que se le comunica que su amigo Mourad se encuentra enfermo y quiere despedirse de él, iniciamos un viaje de retorno desde París al Líbano; aunque el país de destino es un dato que no se da en la novela y que he supuesto tras una lectura en la que el autor contribuye con su experiencia personal. Antes de llegar a su destino Mourad se muere, por lo que no pueden reconciliarse tras lo sucedido en una disputa que tuvo lugar durante los acontecimientos políticos de su país y que acabaron en una guerra de todos contra todos, una prolongación de la guerra del Yom Kipur (guerra árabe-israelí) del año 1973.
Mientras llega la hora del entierro, al que en el último momento decide no acudir, Adam se deja llevar por el recuerdo de los compañeros del pequeño círculo estudiantil que formó en la universidad años atrás. Escondido en el hotel de su amiga Semiramis, escribe un diario mientras repasa las cartas y correos electrónicos que ha intercambiado con sus amigos durante el tiempo que llevan separados y por los que podemos apreciar su relación así como los puntos de vista que tenían en muchos aspectos, pero sobre todo en lo tocante a la política y la religión.
Unos relatos donde va exponiendo desde cuentas pendientes con reencuentros inesperados a una historia de amor que ha tardado demasiado en producirse; de qué manera vivieron la emigración aquellos que se exiliaron, sus respectivas historias familiares, el camino que tomó cada uno y las consecuencias posteriores; o la emocionante historia de Albert, con la que nos acercamos a parte del conflicto armado.
De fondo, nos adentramos en otros hechos, los que se respiran en el ambiente y que tienen que ver con casos de corrupción o con el fanatismo religioso y la diversidad de cultos. Lo que nos lleva a un interesante análisis acerca del Estado de Israel realizado desde dos puntos de vista antagónicos, el árabe y el resto del mundo, unos soportando sus ataques y otros dándoles su apoyo tras el éxodo de la Segunda Guerra Mundial.
Amin Maalouf pone en sus personajes buena parte de sus vivencias personales, reconstruye su pasado y reflexiona ante la oportunidad de reconciliación mediante unos textos emotivos que hablan de muchas cosas, pero donde se da voz a las personas y a la forma tan diferente de pensar y de sentir que cada cual tiene, allá de donde sea; porque, como comentaba al principio, la no ubicación de un escenario abre el relato a cualquier comunidad.
Una lectura tranquila que ha merecido la espera.
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Interesante libro este de Amin Maalouf que hoy traes a tu blog, amigo porlomenix. El escenario me resulta de lo más atractivo. La "veo" ya en formato cine, si es que aún no ha sido llevada a la pantalla.
ResponderEliminarFeliz Año, amigo