Sinopsis
En los albores del siglo XX, Barcelona empezaba a cambiar. Mientras el modernismo adornaba sus calles más opulentas, en los barrios pobres los obreros luchaban por sus derechos y por una sociedad más justa.
Dalmau Sala, un joven pintor, se verá atrapado entre su pasión por el arte y el amor de una mujer bella y combativa en esta espléndida novela que recrea con maestría unos años apasionantes, marcados por la tensión social y el anticlericalismo, en una ciudad capaz de rebelarse contra el poder de la tradición.
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Los primeros compases están dedicados a conocer al protagonista, Dalmau Sala, y el vínculo que su familia tiene con el anarquismo en una ciudad, Barcelona, que se empeña en crecer y romper con parte de su pasado urbanístico mientras que el proletario y las clases altas continúan manteniendo un pulso que ya es habitual entre sus habitantes, acostumbrados a dirigir todas las miradas de sus males hacia la capital madrileña y sus políticas, independientemente del régimen con el que se gobierne.
Las mujeres son desde el primer momento de este relato las grandes impulsoras de la lucha obrera, haciendo un llamamiento a las huelgas, formando piquetes para convencer a obreros y pequeños comerciantes e incluso llevando a sus niños a las revueltas. Un protagonismo que está representado por Montserrat y Emma quienes se convierten junto a Dalmau en el verdadero motor sobre el que gira una trama que va de lo político a lo social y nos deja a su paso un lienzo repleto de guiños costumbristas de la época.
La novela está narrada por distintas voces que de una forma coral van describiendo un sinfín de situaciones, pequeñas historias que a ratos nos llegan desordenadas o mediante flashbacks en las que he percibido el sello literario del autor, esa forma tan suya de no dejar en el olvido los detalles por mínimos que estos puedan parecer.
Si por un lado atendemos a las reivindicaciones con las que se pretendía conseguir una vida más digna para los trabajadores, un mayor control sobre los abusos de los patronos o la separación de poderes, Iglesia y Estado; por el otro somos testigos de los primeros días del modernismo, con el que se quería romper con las normas establecidas en la arquitectura: formas alejadas de la rectitud y mayor uso de los elementos decorativos como la cerámica con los que se buscaba ritmo y movimiento. Por lo que el escenario que nos espera por delante es el de una ciudad industrial llena de cambios.
También llega hasta estas páginas la figura de los trinxeraires, niños desamparados, huérfanos o abandonados, que vivían en la calle cometiendo todo tipo de fechorías, y a los que Dalmau dibuja logrando captar la tristeza; una serie de diez retratos donde refleja el alma de cada uno de ellos y por lo que recibe, tras una exposición que cambiará su vida, el nombre de "El pintor de almas". Entre ellos se encuentra Maravillas, una joven que cobra un papel principal en la novela y que muestra otra escala de la sociedad, la de quienes tienen que buscarse la vida incluso por debajo del nivel de maleantes y prostitutas.
El personaje principal y de mayor atractivo es el de Dalmau Sala, el hijo de un anarquista ejecutado que tendrá que encontrar su camino: primero junto al maestro y jefe de la fábrica de azulejos, don Manuel Bello, y después, tras una serie de acontecimientos que le harán estar en lo más alto para desde allí quedar atrapado entre el alcohol y la morfina. Un alma que también está en peligro y que necesitará encontrar para seguir peleando por el amor de una mujer, otro de los ingredientes de esta apasionante novela donde se dan cita los sentimientos.
Los capítulos transcurren mostrando las dos caras de la burguesía, la católica, siempre dispuesta a tender la mano al necesitado y la hipócrita, con la que muestra todo su odio. Según avanzamos sentimos de qué manera se nos acelera el pulso con las injusticias, participamos en la acción derivada de cada episodio, en los que se va formando la venganza de unos y otros; bohemios, burgueses adinerados, anarquistas o republicanos.
Una trama con mucho trasfondo histórico, las revueltas que alimentaron los sucesos que se vivieron en Barcelona durante la Semana Trágica en el verano del año 1909; el papel que desempeñaron las mujeres en una década complicada; y la postura que mantuvo la Iglesia, quienes, a su manera, también robaban almas.
Una novela más que recomendable y que estoy convencido no os puede decepcionar.
Tengo a este autor totalmente abandonado. Pinta muy bien esta novela. A ver si me animo a volver a él.
ResponderEliminarBesotes!!!