Sinopsis
¿Puede una noche marcar el destino de todos los que la vivieron? Han pasado más de veinte años desde que Diego Letamendia, estrella del rock en declive, actuó por última vez en su pueblo natal, Illumbe. Esa fue la noche del final de su banda y su grupo de amigos, y también la de la desaparición de Lorea, su novia. La policía nunca logró esclarecer lo ocurrido con la chica, que fue vista saliendo a toda prisa de la sala de conciertos, como si huyera de algo o de alguien. Después de aquello, Diego emprendió una carrera de éxitos en solitario y jamás regresó al pueblo.
Cuando uno de los miembros de la banda muere en un extraño incendio, Diego decide volver a Illumbe. Han pasado muchos años y el reencuentro con los antiguos amigos es difícil: ninguno de ellos sigue siendo la persona que fue. Mientras, crece la sospecha de que el incendio no fue accidental. ¿Es posible que todo esté relacionado y que, tanto tiempo después, Diego pueda encontrar nuevas pistas sobre lo que pasó con Lorea?
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Amistad a prueba de crímenes
Un accidente de carretera a finales de los años 90 marca el inicio de esta trama en la que Diego Letamendia, Diego León para el mundo de la música, es el protagonista que la conduce, primero como víctima al ser atropellado por un joven que, como él, venía de fiesta: y posteriormente como investigador tras la muerte de un compañero de su antigua banda en un incendio; Bert, el chico de los teclados.
Diego, que en su día manifestó que le habían secuestrado, se enfrentó a una persecución mediática que le señaló como culpable y por la que tuvo, entre otras cosas, que alejarse de las redes sociales.
Seguramente, regresar a su pueblo no sea la mejor idea, pues todavía quedan en él personajes que se la tienen jurada y con quienes inevitablemente se encontrará. Una vez instalado en Illumbe todo se va complicando a partir de que Bert se le aparezca en sus sueños para decirle que busque la verdad en el estudio de grabación de su casa, una pesadilla que se vuelve real cuando la novia del fallecido le habla de la sospecha de asesinato. Cuando vuelve a recibir, veinte años después, un corazón de papel con un mensaje, es consciente de que puede encontrarse de nuevo con su pasado.
La estancia, que había previsto corta, se alarga para dar paso a una investigación que además provocará el encuentro con sus amigos y conocidos para ir componiendo los pasos de aquel fatídico día y esclarecer, de una vez por todas, el caso que quedo sin resolver; aquel en el que su novia, Lorea Vallejo, desapareció después del concierto que dio su banda Deabruak.
A través de las pequeñas historias que surgen de los recuerdos podemos reconstruir los días previos a la desaparición de Lorea, al tiempo que salen a la luz pequeños secretos a los que nadie dio importancia durante la investigación, y conocemos por qué aquella amistad quedó interrumpida.
Para mí, el punto fuerte de esta lectura está en que todos los personajes parecen sospechosos, todos tenían un motivo en el pasado y parecen volver a tenerlo en el presente: amor, celos, venganza..., que los hace estar en primera línea del punto de mira, tanto de quien narra como del lector que siempre anda intentando resolverlo todo desde la primera página.
El apoyo de Diego en sus compañeros y amigos, y la intervención de la ertzaina Nerea Arruti para investigar el caso nos atrapa en una trama refrescante que nos transporta a los años 90. El lenguaje claro y directo del autor y un desenlace muy bien escondido ponen el punto final a este thriller musical que es también un homenaje a todos esos grupos de rock anónimos.
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