sábado, 11 de mayo de 2019

Historia de un canalla - Julia Navarro (2016)

Historia de un canalla - Julia Navarro (2016)
Sinopsis

Soy un canalla y no me arrepiento de serlo.
He mentido, engañado y manipulado a mi antojo sin que me importaran las consecuencias.
He destruido sueños y reputaciones, he traicionado a los que me han sido leales, he provocado dolor a aquellos que quisieron ayudarme.
He jugado con las esperanzas de quienes pensaron que podrían cambiar lo que soy.
Sé lo que hice y siempre supe lo que debí hacer.
Esta es la historia de un canalla. La mía.

Thomas Spencer sabe cómo conseguir todo lo que desea. Una salud delicada es el precio que ha tenido que pagar por su estilo de vida, aunque no se lamenta por ello. Sin embargo, desde su último episodio cardíaco, una sensación extraña se ha apoderado de él y, en la soledad de su lujoso apartamento de Brooklyn, se suceden las noches en que no puede evitar preguntarse cómo habría sido la vida que conscientemente eligió no vivir.

El recuerdo de los momentos que le llevaron a triunfar como publicista y asesor de imagen, entre Londres y Nueva York en los ochenta y noventa, nos descubre los turbios mecanismos que en ocasiones emplean los centros de poder para conseguir sus fines. Un mundo hostil, gobernado por hombres, en el que las mujeres se resisten a tener un papel secundario.

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Sé que me estoy muriendo y quiero aprovechar mis últimas horas de vida para confirmar lo que muchos venían diciendo a gritos desde que era niño, "Soy un canalla". Así podría resumirse el principio de esta novela, una declaración de intenciones para las próximas páginas en las que el protagonista actúa de narrador y se muestra tal y como fue por medio de unas memorias en las que no esconde nada y, lejos de justificarse, se enorgullece.

Porque Thomas Spencer se expone a un juicio en el que desgrana cada una de las fechorías que cometió, los desplantes a sus familiares y amigos, su obsesivo juego del control sobre las personas y una cantidad tal de desprecio hacia el prójimo que difícilmente es objeto de compasión o de simpatía por quien le padece. Tampoco de quienes tenemos la oportunidad de leer su relato, una lectura con la que según avanzamos nos inmunizamos ante la maldad e intentamos buscar las razones o los detonantes de su comportamiento; en definitiva, nos vemos atrapados dentro de una novela psicológica en la que jugamos al noble arte de escuchar antes de dar nuestro diagnóstico.

"Sé lo que hice y también sé lo que debería haber hecho". Esta frase se repite a lo largo del relato y refleja perfectamente las dos caras de la moneda: los hechos, tal y como sucedieron; y ese atisbo de arrepentimiento con el que Thomas ironiza y muestra su lado más hipócrita. Al leerle, el lector se imagina una sonrisa sarcástica que muestra a un ser orgulloso de su maldad. Y es que Thomas se acostumbró a salirse con la suya desde la infancia, durante la juventud perfeccionó su estrategia y cuando llegó a la edad adulta ya no había quien le parase los pies; un manipulador en el que todos precisan apoyarse para conseguir sus fines.

Otra de las lecturas que tiene la novela se centra en los escenarios donde se desarrolla la trama, con especial hincapié en el modo de entender la vida: Nueva York, donde las grandes familias imponen las reglas y los círculos son demasiado cerrados; Londres, una ciudad imposible para hacer amigos; y Madrid, todo lo contrario a las otras dos y donde Thomas por fin puede ser otra persona, alejarse de sus miedos y relajarse sin desconfiar de quien le rodea.

Su historia como publicista no tiene desperdicio y se podría calificar como el completo manual del caradura: un estudiante al que se le regala la carrera pero que tiene la suerte de saber hablar en público, engañar y un don especial para convencer al interlocutor. Un manipulador de nacimiento que ve aumentar su prestigio y su poder con cada nueva actuación. La novela dedica una parte extensa a hablarnos del marketing para políticos, desde cómo vestir a qué decir, o como desprestigiar al rival. El juego de los creadores de opinión está servido y se leen con interés los diversos ejemplos aportados por la autora; todos dan bastante que pensar y te das cuenta de lo fácil que resulta confundir y dividir a la opinión pública; cómo se crea una noticia y se difunde mediante los mecanismos de desinformación y de manipulación.

Las mujeres son una pieza clave para poder diseccionar el personaje de Thomas, con una relación de odio hacia su madre que se va complicando a lo largo de la novela y una extraña sensación que planea sobre la misma "no es la primera vez que eres el último en ver a una chica viva". Él no es un asesino, pero a su paso va dejando un reguero de mujeres muertas que le ponen bajo sospecha. Un ingrediente más para saborear todo cuanto acontece y estar prevenidos para lo que pudiese suceder. La dosis justa de intriga para seguir leyendo sin perdernos detalle, entre líneas, realizando nuestras suposiciones y viviendo con intensidad la vida de un buen número de personajes.

Entre todas ellas destaca Esther, su compañera de estudios y única mujer por la que siente admiración, tanta que depende de ella como de si una droga se tratase hasta el punto enfermizo de querer casarse, no por amor sino por la necesidad de tener a alguien coherente a su lado. La relación entre ambos forma una parte importante de la trama siendo ésta necesaria para el reto de entender a Thomas; un niño que ha crecido sin el afecto de su madre.

Y para los que queráis algo diferente a un best-seller mascado y fácil de digerir, sabed que en esta novela están presentes el género negro, "El arte de la guerra" de Sun Tzu y Maquiavelo, personaje del Renacimiento italiano para el que todo valía si el beneficio merecía la pena. Tres elementos que se suman al buen hacer narrativo de Julia Navarro poniendo a prueba nuestra empatía para conseguir que seamos capaces de aguantar hasta el final sin apresurarnos a emitir un veredicto; del que solamente adelanto, que nos provocará una sonrisa al tiempo que nos hace plantearnos de nuevo la vida de este canalla, pues siempre hay alguien que le puede superar.
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