Sinopsis
A las puertas de la casa de Miguel de Cervantes ha aparecido el cadáver del hidalgo Gaspar de Ezpeleta, al que han apuñalado. Una vecina beata acusa al escritor y a sus alegres hermanas, las Cervantas, de estar implicados en el asunto y acaban encarcelados. La duquesa de Arjona, gran admiradora de Cervantes, requiere los servicios de la joven Dorotea de Osuna para que acuda a Valladolid e investigue el caso, conocedora de sus habilidades en este campo.
A través de la investigación detectivesca de Dorotea para defender la inocencia del autor de El Quijote asistimos a un retablo de la España del Siglo de Oro: un país agotado por las guerras, anegado de clases ociosas e improductivas, nobles y clérigos, lleno de prejuicios, con una legión de mendigos, veteranos de las guerras tullidos, pícaros, busconas y criadillos. Una auténtica corte de los milagros en la que la mujer se rebela y lucha denodadamente por escapar del papel secundario al que la sociedad la relega.
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Cualquier asunto en el que pudiera haber estado implicado Miguel de Cervantes, bien fruto de la imaginación o, como en este relato, aprovechando la extensa documentación que de él existe, es suficiente para tener, en mi caso, la imperiosa necesidad de acercarme a una novela, descubrir que se encierra entre sus páginas y completar mi biblioteca particular.
Juan Eslava Galán, nos acerca a un episodio acaecido en el Siglo de Oro a través de una investigación por las calles de Valladolid, en aquellos días turbios cuando la capital del reino se estableció lejos de Madrid y un tal duque de Lerma hacía de las suyas especulando y sentando las bases de la corrupción española; porque pícaros siempre hubo.
El contexto histórico nos dibuja la España de Felipe III donde el que más y el que menos se buscaba la vida como podía o, mejor dicho, como le dejaba el vecino. Pues en este país nuestro cuando no hemos tenido que recoger las migajas nos hemos tenido que enfrentar al pecado más temeroso de todos: la envidia. Ese mal que llevó a muchos a la hoguera, a otros a galeras y a la mayoría a vivir detrás de los visillos, unos curioseando y otros escondidos esperando el momento oportuno para salir de casa sin ser vistos. Como resultado otra herencia, la de malmeter, acusar, chismosear...; que al menos ha servido para agrandar un rico diccionario que ahora algunos se empeñan en modificar o ampliar con tan poco criterio, alejándose del castellano que crearon nuestros antepasados.
En cuanto a la trama es de imaginar por donde van los tiros, en este caso puñaladas. Las viejas rencillas que acumula Cervantes desde sus años en el ejército; las beatas que ven con malos ojos que viva con sus hermanas, su hija y su sobrina, las Cervantas, y que estas reciban en su casa a quienes quieran; corruptos influenciables y sicarios de profesión que dan el punto de acción para que todo fluya. Ingredientes más que suficientes para que la investigación recorra varios caminos, aprendamos de esas curiosidades que tanto nos gustan de nuestra España y juguemos a los detectives descartando las mentiras y las pistas falsas.
Todos los personajes circulan en torno a Dorotea de Osuna, una joven que utiliza todos los ardides a su disposición para conseguir la exculpación de Cervantes, reparar el daño que les ha supuesto el arresto, primero en la cárcel y después domiciliario, al haber sido acusado de homicidio, así como la pronta recuperación de ánimo del escritor para que pueda dar continuidad a la obra que todo el mundo admira.
Cabe destacar el fresco del siglo XVII pintado por el autor donde abundan las gentes de distinta condición, el importante papel aportado por las mujeres en esta época con su opinión y sus decisiones, las costumbres de la ciudad, las reglas establecidas y sobre todo el castellano; ese arma arrojadiza que tan bien supo blandir el bueno de Sancho y con la que Juan Eslava Galán ha sabido plasmar un momento histórico como si el mismo Cervantes lo hubiese narrado. El buen comer de los testigos e informantes que no pierden ocasión para ser convidados con frascas de vino y torreznos con morcilla o mojicones mojados (bizcochos) en un buen chocolate, dependiendo el sexo del susodicho; un toma y daca del que se vale Dorotea de Osuna para avanzar en sus averiguaciones y que se ve plasmado en la narración con una acertada expresión de las de antes: "si quieres daca, dame antes toma".
Al final, un guiño a los encantamientos que padecía don Quijote, donde la realidad se confundía y daba paso a los sueños, completan una novela que atrapa con la investigación de un asesinato, la biografía siempre interesante de Miguel de Cervantes y una variedad de detalles históricos que, como siempre, impulsan al lector a seguir descubriendo un amplio abanico de obras literarias; y si en ellas encontramos algo de regocijo frente a las calamidades que nos va dejando la historia, mucho mejor.
Juan Eslava Galán, nos acerca a un episodio acaecido en el Siglo de Oro a través de una investigación por las calles de Valladolid, en aquellos días turbios cuando la capital del reino se estableció lejos de Madrid y un tal duque de Lerma hacía de las suyas especulando y sentando las bases de la corrupción española; porque pícaros siempre hubo.
El contexto histórico nos dibuja la España de Felipe III donde el que más y el que menos se buscaba la vida como podía o, mejor dicho, como le dejaba el vecino. Pues en este país nuestro cuando no hemos tenido que recoger las migajas nos hemos tenido que enfrentar al pecado más temeroso de todos: la envidia. Ese mal que llevó a muchos a la hoguera, a otros a galeras y a la mayoría a vivir detrás de los visillos, unos curioseando y otros escondidos esperando el momento oportuno para salir de casa sin ser vistos. Como resultado otra herencia, la de malmeter, acusar, chismosear...; que al menos ha servido para agrandar un rico diccionario que ahora algunos se empeñan en modificar o ampliar con tan poco criterio, alejándose del castellano que crearon nuestros antepasados.
En cuanto a la trama es de imaginar por donde van los tiros, en este caso puñaladas. Las viejas rencillas que acumula Cervantes desde sus años en el ejército; las beatas que ven con malos ojos que viva con sus hermanas, su hija y su sobrina, las Cervantas, y que estas reciban en su casa a quienes quieran; corruptos influenciables y sicarios de profesión que dan el punto de acción para que todo fluya. Ingredientes más que suficientes para que la investigación recorra varios caminos, aprendamos de esas curiosidades que tanto nos gustan de nuestra España y juguemos a los detectives descartando las mentiras y las pistas falsas.
Todos los personajes circulan en torno a Dorotea de Osuna, una joven que utiliza todos los ardides a su disposición para conseguir la exculpación de Cervantes, reparar el daño que les ha supuesto el arresto, primero en la cárcel y después domiciliario, al haber sido acusado de homicidio, así como la pronta recuperación de ánimo del escritor para que pueda dar continuidad a la obra que todo el mundo admira.
Cabe destacar el fresco del siglo XVII pintado por el autor donde abundan las gentes de distinta condición, el importante papel aportado por las mujeres en esta época con su opinión y sus decisiones, las costumbres de la ciudad, las reglas establecidas y sobre todo el castellano; ese arma arrojadiza que tan bien supo blandir el bueno de Sancho y con la que Juan Eslava Galán ha sabido plasmar un momento histórico como si el mismo Cervantes lo hubiese narrado. El buen comer de los testigos e informantes que no pierden ocasión para ser convidados con frascas de vino y torreznos con morcilla o mojicones mojados (bizcochos) en un buen chocolate, dependiendo el sexo del susodicho; un toma y daca del que se vale Dorotea de Osuna para avanzar en sus averiguaciones y que se ve plasmado en la narración con una acertada expresión de las de antes: "si quieres daca, dame antes toma".
Al final, un guiño a los encantamientos que padecía don Quijote, donde la realidad se confundía y daba paso a los sueños, completan una novela que atrapa con la investigación de un asesinato, la biografía siempre interesante de Miguel de Cervantes y una variedad de detalles históricos que, como siempre, impulsan al lector a seguir descubriendo un amplio abanico de obras literarias; y si en ellas encontramos algo de regocijo frente a las calamidades que nos va dejando la historia, mucho mejor.
Lleva tiempo este libro en mi lista de pendientes. A ver cuándo me animo!
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues no me importaría leerlo, me llama la atención la ambientación.
ResponderEliminarBesotes