Sinopsis
En una polvorienta estación de autobuses de la Ciudad de México, un hombre espera la llegada de una persona de su pasado a quien no ve desde hace diez años. Inquieto, pasa el tiempo rememorando con amargura los acontecimientos que lo llevaron hasta el otro lado del océano, que casi lo hicieron perder el amor de su vida… y le robaron el futuro.
Sus recuerdos lo transportan a enero de 1939, días antes de la entrada del ejército rebelde en Barcelona. La República agoniza, la guerra está perdida y la ciudad es una sombra de lo que una vez fue. En estas condiciones llega la orden del Komintern de arrasar la ciudad, destruir las vías de comunicación y los centros neurálgicos de energía, agua y transporte, con el objetivo de no dejar nada en pie para el enemigo, sin importarles las miles de víctimas colaterales que dicha orden pudiera causar. Será él, Miquel Serra i Pàmies, miembro del PSUC y conseller de la Generalitat, el encargado de llevar a cabo esta orden de tierra quemada. Pero Miquel, aliado con Corbacho, un sargento veterano del ejército republicano natural del barrio madrileño de Lavapiés, se jugará la vida y el amor para boicotear estos planes y salvaguardar la ciudad.
La historia de un héroe inesperado que salvó Barcelona.
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Han pasado muchos años desde el final de la guerra civil y nos encontramos en la ciudad de México. Miquel Serra i Pàmies espera en una estación de tren la llegada de una mujer a la que prometió buscar cuando todo acabara y poder empezar un futuro alejados del ruido de las bombas, de la incertidumbre de volverse a ver; recordar y olvidar juntos.
En la espera irá rememorando aquellos días en los que se conocieron, aquella absurda orden llegada de Moscú que tenía que cumplir, a pesar de no estar de acuerdo, por ser una salvajada y porque las vidas inocentes que morirían quemando Barcelona no compensaría el que el frente nacional se encontrase una ciudad devastada, oliendo a humo y con todos sus servicios principales destruidos.
Sus recuerdos nos trasladan a principios del año 1939, cuando era el conseller de Obras Públicas de la Generalitat y dedicaba sus jornadas a contemplar el final de la República, de lo poco que se podía hacer por salvarla de los fascistas y como Barcelona, una ciudad alegre y bulliciosa, iba tomando el color gris que más tarde impondría la dictadura.
En muchos aspectos, parece como si la vida en Barcelona solamente se hubiese visto alterada por el sonar lejano de las bombas y alguna incursión aérea, porque la población seguía disfrutando de sus calles, del ambiente social que les representa y de la vida nocturna que no paró hasta la entrada de los nacionales. Las descripciones del autor resultan atractivas para el lector consiguiendo que nos introduzcamos en la novela, nos contagiemos del ritmo y nos pongamos en la piel de los personajes.
El dramatismo de la guerra se ve reflejado en todos los que participan en esta trama, o mejor dicho, en este acontecimiento histórico del que no se habla en los libros de texto. La historia personal por la que atraviesan es un reflejo fiel de lo que pasaron muchísimas otras en todo el Estado. Amas de casa, soldados, desertores, prostitutas, profesores, periodistas, políticos..., se dan cita en una especie de obra teatral radiofónica en la que unos y otros alzan su voz y se entremezclan. Unos con mejor humor, otros con peor destino.
La novela también se acerca al género negro con la inclusión de Lazarev, un enviado ruso que impone su criterio ante los republicanos comunistas españoles. Su perfil se caracteriza por carecer de escrúpulos, sobre todo en lo relacionado con las mujeres, a las que utiliza y doblega llenando la trama de inquietantes escenas con las que vivimos el terror y la ansiedad de sus víctimas. Un tremendo thriller que se suma al caótico momento que vive Miguel empeñado en parar la barbarie para la que ha sido destinado.
De fondo, pero como parte importante del relato, se pone en escena a los máximos dirigentes, las desavenencias entre las diferentes formaciones de izquierda, Companys, Tarradellas y Negrín, que pensaban más en evacuar la ciudad y retirarse, ante la inevitable entrada de los fascistas, que en organizar su defensa; papel que le toca representar a un joven Santiago Carrillo que se encontrará con la desoladora imagen de la impotencia y el ánimo vencido de las milicias del ejército. Una situación que se repitió en muchos puntos de la península y que dejaron solos a los que todavía creían en salvar la República Española. Entre líneas se acierta a componer una historia diferente a la que nos han contado; posiblemente más real.
La relación familiar del autor con el protagonista, Miquel Serra i Pàmies era el hermano de su bisabuelo, y su empeño por sacar a la luz una parte de la historia de la guerra civil española que no ha sido tratada desde la ficción ni desde el ensayo, son los principales motivos de esta narración. Unos hechos históricos que, además de la lucha de los que defendieron Barcelona, encierran una historia de amor y un reencuentro.
Un thriller histórico de carácter bélico, opera prima del autor, que supera con nota mis expectativas y que no dudo en recomendaros.
En la espera irá rememorando aquellos días en los que se conocieron, aquella absurda orden llegada de Moscú que tenía que cumplir, a pesar de no estar de acuerdo, por ser una salvajada y porque las vidas inocentes que morirían quemando Barcelona no compensaría el que el frente nacional se encontrase una ciudad devastada, oliendo a humo y con todos sus servicios principales destruidos.
Sus recuerdos nos trasladan a principios del año 1939, cuando era el conseller de Obras Públicas de la Generalitat y dedicaba sus jornadas a contemplar el final de la República, de lo poco que se podía hacer por salvarla de los fascistas y como Barcelona, una ciudad alegre y bulliciosa, iba tomando el color gris que más tarde impondría la dictadura.
En muchos aspectos, parece como si la vida en Barcelona solamente se hubiese visto alterada por el sonar lejano de las bombas y alguna incursión aérea, porque la población seguía disfrutando de sus calles, del ambiente social que les representa y de la vida nocturna que no paró hasta la entrada de los nacionales. Las descripciones del autor resultan atractivas para el lector consiguiendo que nos introduzcamos en la novela, nos contagiemos del ritmo y nos pongamos en la piel de los personajes.
El dramatismo de la guerra se ve reflejado en todos los que participan en esta trama, o mejor dicho, en este acontecimiento histórico del que no se habla en los libros de texto. La historia personal por la que atraviesan es un reflejo fiel de lo que pasaron muchísimas otras en todo el Estado. Amas de casa, soldados, desertores, prostitutas, profesores, periodistas, políticos..., se dan cita en una especie de obra teatral radiofónica en la que unos y otros alzan su voz y se entremezclan. Unos con mejor humor, otros con peor destino.
La novela también se acerca al género negro con la inclusión de Lazarev, un enviado ruso que impone su criterio ante los republicanos comunistas españoles. Su perfil se caracteriza por carecer de escrúpulos, sobre todo en lo relacionado con las mujeres, a las que utiliza y doblega llenando la trama de inquietantes escenas con las que vivimos el terror y la ansiedad de sus víctimas. Un tremendo thriller que se suma al caótico momento que vive Miguel empeñado en parar la barbarie para la que ha sido destinado.
De fondo, pero como parte importante del relato, se pone en escena a los máximos dirigentes, las desavenencias entre las diferentes formaciones de izquierda, Companys, Tarradellas y Negrín, que pensaban más en evacuar la ciudad y retirarse, ante la inevitable entrada de los fascistas, que en organizar su defensa; papel que le toca representar a un joven Santiago Carrillo que se encontrará con la desoladora imagen de la impotencia y el ánimo vencido de las milicias del ejército. Una situación que se repitió en muchos puntos de la península y que dejaron solos a los que todavía creían en salvar la República Española. Entre líneas se acierta a componer una historia diferente a la que nos han contado; posiblemente más real.
La relación familiar del autor con el protagonista, Miquel Serra i Pàmies era el hermano de su bisabuelo, y su empeño por sacar a la luz una parte de la historia de la guerra civil española que no ha sido tratada desde la ficción ni desde el ensayo, son los principales motivos de esta narración. Unos hechos históricos que, además de la lucha de los que defendieron Barcelona, encierran una historia de amor y un reencuentro.
Un thriller histórico de carácter bélico, opera prima del autor, que supera con nota mis expectativas y que no dudo en recomendaros.
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Pues no conocía este libro. Y tiene una pinta buenísima. Me lo apunto.
ResponderEliminarBesotes!!!
Este lo tengo anotado pero me había olvidado de él. Lo refrescaré.
ResponderEliminarUn beso ,)