Sinopsis
La enigmática muerte del escultor Antonio Susillo es el último eslabón de la cadena de maldiciones que sufrió la infanta María Luisa Fernanda de Borbón, hermana de Isabel II, desde que se estableció con su familia en el palacio de San Telmo de Sevilla, convertido en verdadera Corte Chica del reino de España durante una generación.
Su mirada femenina nos adentra en un siglo agitado y tumultuoso, plagado de revueltas, pronunciamientos y conspiraciones a los que algunos casos no fue ajeno su propio esposo, el duque de Montpensier, eterno aspirante al trono. Estas memorias apócrifas desvelan la clave de aquellos acontecimientos sucedidos en el siglo XIX y que sin embargo, como si de otra maldición se tratara, han marcado la historia de España hasta nuestros días.
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El arranque de la novela no puede ser más prometedor al iniciarse con la muerte del escultor Antonio Susillo, las circunstancias y todo lo que le rodea nos atrae con ansiedad para seguir una investigación llena de misterio. Pero para descubrir la maldición a la que sucumbió debemos adentrarnos en la narración de Luisa Fernanda de Borbón, mujer del duque de Montpensier; lo que parecía un relato de misterio con un crimen de por medio se transforma en una novela histórica.
La historia de Antonio Susillo se nos presenta como una vida repleta de tormentos que iremos conociendo a pequeños sorbos, configurando el personaje y destapando uno de los misterios de San Telmo. Aquí, el empeño de la infanta Luisa Fernanda por esclarecer la verdad aporta a la trama la dosis de intriga necesaria para fijarnos en los detalles más insignificantes, intentando adelantarnos a la relación que les unió.
Como lector me he visto un poco perdido en sus primeras páginas pues no encontraba la relación entre la muerte del escultor y las memorias de Luisa Fernanda, pero a medida que he avanzado he ido comprendiendo que se trataba de un actor con una trama secundaria que lo único que hace es corroborar el resto del texto: la maldición que el palacio de San Telmo de Sevilla supuso para sus habitantes y, porque no decirlo, para la historia de España y la monarquía de los borbones durante el siglo XIX.
La extraña pareja formada por Antonio de Orleans, hijo del rey de Francia Luis Felipe I, y por Luisa Fernanda de Borbón, hermana de la reina de España Isabel II, tiene todos los ingredientes para no aburrirnos con su biografía, pues ésta está ligada a una aventura continua que les llevó al exilio cuando se proclamó la Segunda República tras la revolución francesa de 1848. De Inglaterra pasaron a España y de aquí, con las sospechas de la reina Isabel II por las intrigas políticas del duque que pretendía el trono, a Lisboa y de nuevo a Sevilla donde se instalaron definitivamente.
Gracias al acondicionamiento del Palacio de San Telmo, los duques impulsaron el comercio y la actividad económica al contagiar a la nobleza y a la burguesía, esto unido a la asistencia que daba la infanta a los más necesitados contribuyó a que a la ciudad de Sevilla se la conociese con el sobrenombre de la Corte Chica.
Es de Sevilla de donde más se recrea el ambiente del siglo XIX en España, tan diferente a Madrid y a otras provincias, pero donde también se pasan necesidades debido al débil manejo de la economía desde la Corte. En los social se palpa en la narrativa un cambio de registro que se deleita con los colores, la alegría y una actividad política que se enfrenta al estancamiento y quieren dar paso a las nuevas ideas, una vez más, que llegan desde el otro lado de nuestras fronteras.
Los personajes bailan al son de las recuerdos de Luisa Fernanda y, de manera coral y con pequeñas pinceladas, dibujan los convulsos momentos que vivió España, todavía rota desde la invasión francesa.
El documento histórico cuenta los cambios políticos que llevaron, al igual que a nuestros vecinos franceses, a la Revolución, que se materializó con el exilio de Isabel II. "¡Se va a armar la gorda!", se convirtió en el grito de los ciudadanos y hoy en día continúa siendo una expresión al uso. Las distintas opciones que tomaron los nuevos gobernantes supusieron más de un quebradero de cabeza ante una España dividida en dos bandos; parece que lo nuestro viene de antiguo. Los líos monárquicos por la descendencia y los intereses extranjeros, principalmente de Francia e Inglaterra, no terminaron hasta la restauración borbónica con Alfonso XII; aunque el rey no pudo acabar con la maldición pues contrajo matrimonio con María de las Mercedes, hija de los duques, dándola continuidad.
Pero no nos olvidemos del misterio que, su narradora Luisa Fernanda, nos hace partícipes, porque a través de él iremos descubriendo estas otras historias y la maldición que todavía sigue latente en el Palacio de San Telmo, hoy sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía.
El estilo narrativo sorprende por salirse de los estándares acostumbrados, y aunque en un principio puede parecer una lectura más compleja de lo habitual el resultado es satisfactorio y su recomendación es inevitable. También porque en ella nos encontraremos con el espíritu de Bécquer, las conspiraciones de los generales Prim y Serrano o la voz del pueblo tan guasona e irónica en los asuntos de Estado.
La historia de Antonio Susillo se nos presenta como una vida repleta de tormentos que iremos conociendo a pequeños sorbos, configurando el personaje y destapando uno de los misterios de San Telmo. Aquí, el empeño de la infanta Luisa Fernanda por esclarecer la verdad aporta a la trama la dosis de intriga necesaria para fijarnos en los detalles más insignificantes, intentando adelantarnos a la relación que les unió.
Como lector me he visto un poco perdido en sus primeras páginas pues no encontraba la relación entre la muerte del escultor y las memorias de Luisa Fernanda, pero a medida que he avanzado he ido comprendiendo que se trataba de un actor con una trama secundaria que lo único que hace es corroborar el resto del texto: la maldición que el palacio de San Telmo de Sevilla supuso para sus habitantes y, porque no decirlo, para la historia de España y la monarquía de los borbones durante el siglo XIX.
La extraña pareja formada por Antonio de Orleans, hijo del rey de Francia Luis Felipe I, y por Luisa Fernanda de Borbón, hermana de la reina de España Isabel II, tiene todos los ingredientes para no aburrirnos con su biografía, pues ésta está ligada a una aventura continua que les llevó al exilio cuando se proclamó la Segunda República tras la revolución francesa de 1848. De Inglaterra pasaron a España y de aquí, con las sospechas de la reina Isabel II por las intrigas políticas del duque que pretendía el trono, a Lisboa y de nuevo a Sevilla donde se instalaron definitivamente.
Gracias al acondicionamiento del Palacio de San Telmo, los duques impulsaron el comercio y la actividad económica al contagiar a la nobleza y a la burguesía, esto unido a la asistencia que daba la infanta a los más necesitados contribuyó a que a la ciudad de Sevilla se la conociese con el sobrenombre de la Corte Chica.
Es de Sevilla de donde más se recrea el ambiente del siglo XIX en España, tan diferente a Madrid y a otras provincias, pero donde también se pasan necesidades debido al débil manejo de la economía desde la Corte. En los social se palpa en la narrativa un cambio de registro que se deleita con los colores, la alegría y una actividad política que se enfrenta al estancamiento y quieren dar paso a las nuevas ideas, una vez más, que llegan desde el otro lado de nuestras fronteras.
Los personajes bailan al son de las recuerdos de Luisa Fernanda y, de manera coral y con pequeñas pinceladas, dibujan los convulsos momentos que vivió España, todavía rota desde la invasión francesa.
El documento histórico cuenta los cambios políticos que llevaron, al igual que a nuestros vecinos franceses, a la Revolución, que se materializó con el exilio de Isabel II. "¡Se va a armar la gorda!", se convirtió en el grito de los ciudadanos y hoy en día continúa siendo una expresión al uso. Las distintas opciones que tomaron los nuevos gobernantes supusieron más de un quebradero de cabeza ante una España dividida en dos bandos; parece que lo nuestro viene de antiguo. Los líos monárquicos por la descendencia y los intereses extranjeros, principalmente de Francia e Inglaterra, no terminaron hasta la restauración borbónica con Alfonso XII; aunque el rey no pudo acabar con la maldición pues contrajo matrimonio con María de las Mercedes, hija de los duques, dándola continuidad.
Pero no nos olvidemos del misterio que, su narradora Luisa Fernanda, nos hace partícipes, porque a través de él iremos descubriendo estas otras historias y la maldición que todavía sigue latente en el Palacio de San Telmo, hoy sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía.
El estilo narrativo sorprende por salirse de los estándares acostumbrados, y aunque en un principio puede parecer una lectura más compleja de lo habitual el resultado es satisfactorio y su recomendación es inevitable. También porque en ella nos encontraremos con el espíritu de Bécquer, las conspiraciones de los generales Prim y Serrano o la voz del pueblo tan guasona e irónica en los asuntos de Estado.
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Muy buena reseña Jesús. A ver si le doy un empujoncito, pero a mi me está costando bastante la prosa del autor.
ResponderEliminarBesos
me gusta mucho como lo comentas, un poco de historia, otra de misterios, muy prometedor. gracias por tu maravilloso trabajo. saludosbuhos agradecidas.
ResponderEliminarMuy buena reseña, Porlomenix, habrá que hacerle un hueco.
ResponderEliminarBes ucus
No lo descarto, porque en general esos entresijos me encajan, pero me frena que te sintieras perdido al principio, y eso me hace dudar.
ResponderEliminarInsisto, no descarto, pero tampoco me animo ya.
Muchas gracias por tu opinión, un beso.
No sabía que había una Borbón por en medio. La había descartado por falta de tiempo pero después de leerte veré si puedo hacerme con ella y hacerle un hueco.
ResponderEliminarUn beso
Estoy recibiendo opiniones menos entusiastas que la tuya, así que lo tengo descargado pues los peros me pesan
ResponderEliminarBesos
Los inputs que voy recibiendo en general no son demasiado positivos. De momento la dejo pasar. pero me alegro te haya gustado .
ResponderEliminarUn beso ;)
Coincido en todo contigo, de pe a pa... A mí también me ha costado al principio pero luego la lectura ha fluido con naturalidad. Y es cierto que la muerte de Susillo ha quedado en un segundo plano. Sinceramente a mí me hubiera gustado que tuviera más protagonismo pero se trata de una novela histórica que quiere recrear España y concretamente Sevilla a través de las figura de los duques. Gracias por participar y me alegro que te haya gustado. Besos
ResponderEliminarCreo que no es una lectura para todo el mundo porque no todo el mundo lee con paciencia y esta lectura no esta hecha para las prisas. Creo que es un documento de gran valor el libro que nos trae Paco Robles a escena y del que se puede aprender mucho pero hay que tener ansia por aprender y conocer y tener algo de base porque no es un libro que haga fácil la historia.
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