sábado, 26 de noviembre de 2016

El pintor de Altamira - Juan Fernández Castaldi y José Luis López Linares (2016)

El pintor de Altamira - Juan Fernández Castaldi y José Luis López Linares


Título: El pintor de Altamira
Título Original: (El pintor de Altamira, 2016)
Autores: José Luis López Linares, Juan Fernández Castaldi
Editorial: Espasa
Colección: Espasa Narrativa

Copyright:
 © Juan Fernández Castaldi y José Luis López Linares, 2016
 © Espasa Libros, S.L.U., 2016
Edición: 1ª Edición: Mayo 2016
ISBN: 9788467047066
Tapa: Blanda
Etiquetas: arqueología, arte, amor, ficción histórica, histórica, novela, París, siglo XIX, pintores, descubrimientos, Galdós, pinturas rupestres, Altamira, Santander, Baudelaire, cuevas, Paul Ratier, negacionismo, Marcelino Sáenz de Sautuola
Nº de páginas: 320


Argumento:

En una de sus muchas incursiones arqueológicas, Marcelino Sáenz de Sautuola descubre junto a su hija las pinturas que, tras muchos años de pleitos por demostrar su autenticidad, llegarían a recibir el sobrenombre de "la Capilla Sixtina del arte rupestre".

Para completar el trabajo de documentación llega a Santander el pintor Paul Ratier, huyendo de un duelo al que no está dispuesto a acudir. Su amada Adèle será participe de los hallazgos y del paso del artista por la ciudad, donde dejó su nombre unido para siempre al de Marcelino y a la Cueva de Altamira.

La defensa de las antiguas creencias religiosas se enfrenta al avance de una era más moderna y a los descubrimientos rupestres.



Opinión:

Desde niños hemos escuchado que en un lugar de Santander existe una cueva cuyas pinturas albergan bisontes de otros tiempos compuestos por colores mágicos y enigmáticos, e historias en torno a los habitantes que poblaron estas tierras. Un salto en el tiempo que creíamos que comenzaba con lo que nos contaba el evangelio y que nos trasladaba de repente a miles de años atrás, poniendo en duda toda la creación que la religión cristiana nos había inculcado.

A través de estas páginas asistimos a una reconstrucción de la época, el abismo cultural entre París, alumbrada por las primeras bombillas en la Exposición Universal, y el norte de España, un lugar mágico, abrupto y lleno de misterio que cobra mayor protagonismo en Cantabria. Dos mentalidades tan diferentes que hombres y mujeres de toda condición social quisieron acercar, aunque otros, defendiendo un estancamiento religioso y su propio beneficio se empeñaron en agrandar.

La novela conlleva dos lecturas, la primera es aquella que nos narra el descubrimiento de unas pinturas en una cueva recóndita, el feliz mundo de una niña que las descubre y el interés arqueológico que su padre, Marcelino Sáenz de Sautuola, tiene por todo hallazgo que sus excavaciones le regalan; la segunda nos muestra el juego de la hipocresía de los que ostentan el poder, la negación de la verdad por no ser ellos quienes realizaron el descubrimiento en sus tierras, y el abandono institucional de nuestro país a quienes no interesó nada más allá de una instantánea del rey Alfonso XII visitando la cueva.

Ante estos hechos, el relato no es otro que el de la lucha permanente para que el valor de las pinturas de la cueva se reconociera por la comunidad científica con sede en París; los trabajos y exposiciones a los que dedicó su tiempo hasta su muerte, y la colaboración del pintor Paul Ratier quien le ayuda con la reproducción y la investigación de la policromía utilizada.

Del pintor conoceremos su vida desde sus primeros pasos, sordo y con un don especial para interpretar aquello que ve y jugar con la paleta descubriendo nuevos colores, su aprendizaje junto a Delacroix y su amistad con Baudelaire. Testimonio de su obra, "Santa Lucía con los ciegos", se puede contemplar en el altar mayor de la Iglesia del mismo nombre en Santander.

En algún momento parece que la trama se centra más en la relación epistolar del pintor con su amada Adèle, pero también es verdad que a través de sus cartas conocemos de primera mano las sensaciones que le transmitía la cueva y los trabajos de investigación que llevaba Marcelino.

Ambos relatos se complementan y entre sus páginas podemos disfrutar del encuentro de Benito Pérez Galdós y José María de Pereda, que retratan con efectividad la época y un momento histórico internacional con muchos cambios por llegar.

Los autores, profesionales de cine y documentales, consiguen elaborar un buen guión histórico apoyándose en una narrativa efectiva. Su lectura nos descubre detalles de las pinturas y nos transmite la emoción con la que sus protagonistas vivieron su empeño por darlas a conocer.
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