Los perros siempre ladran al anochecer - Andrés Pérez Domínguez (2015)

Sinopsis

Clara y Jorge acaban de mudarse a una urbanización porque la convivencia con los vecinos del edificio donde vivían era insoportable. Esperan que ahora todo sea diferente, pero arrastran un secreto oscuro del que no pueden librarse y, aunque sus nuevos vecinos los acogen con entusiasmo, pronto descubrirán cosas terribles de su pasado que abrirán una grieta insalvable entre ellos.

Los perros siempre ladran al anochecer es un relato de suspense que se lee de un tirón y que al mismo tiempo arroja luz sobre la condición humana, las dudas que lastran la existencia y la dificultad de enterrar el ayer para empezar de nuevo.

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Hay veces que un relato corto se agranda por lo que contiene en su interior. Las situaciones tan cercanas de los protagonistas son las mismas que, en algunos casos, nosotros mismos padecemos o hemos oído en voz de alguien. Los problemas con los vecinos no son algo nuevo, quién más y quién menos ha pensado en más de una ocasión en dejarlo todo, dar un portazo y escapar, no volver la vista atrás y emprender con ilusión un nuevo camino.

Pero, no es tan sencillo. Los recuerdos que te impulsaron a tomar decisiones y las similares condiciones con las que te encuentras en tu nuevo hogar, pueden ser iguales o peores a las vividas con tanto desasosiego.

Estas son algunas de las razones que influyen en la pareja de protagonistas, Clara y Jorge, de este pequeño relato; y son también las condiciones a las que de nuevo tienen que enfrentarse ante unos nuevos vecinos que pareciendo los mismos no olvidan ni perdonan parte de su pasado.

La narrativa de Andrés, como ya pudimos comprobar en novelas como "El violinista de Mauthausen", sorprende por su sencillez y su manera de irte involucrando en los escenarios por donde transita, el poder de concentración que consigue atraparte en la historia, y la simplicidad de las cosas que nos cuenta.

El título y la portada, impactantes y que sugieren algo tenebroso y oculto, son perfectos para describir las cosas que, independientemente de donde te halles, no cambian nunca; incluso en otras ciudades y diferentes vecinos, o con distintas temperaturas y sonidos.

Andrés, inspirado en unas declaraciones escuchadas en la radio y con algún apunte de su biografía personal, cuando Jorge nos habla de su profesión como dibujante, saca adelante una novela que concentra en pocas páginas rumores, celos y envidias. Si bien estos hubiesen dado para una novela más larga y cerrada, también es cierto que su estructura invita a leerla de un tirón y a reflexionar rápidamente sobre algunos aspectos que en ella se nos describe.

Sin duda, un aperitivo antes de su nueva publicación, fruto de esa "fábrica de historias escondida en alguna parte de mi cabeza", que dice el autor en su blog.

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