Sinopsis
Sobre el fango negro de Auschwitz que todo lo engulle, Fredy Hirsch ha levantado en secreto una escuela. En un lugar donde los libros están prohibidos, la joven Dita esconde bajo su vestido los frágiles volúmenes de la biblioteca pública más pequeña, recóndita y clandestina que haya existido nunca.
En medio del horror, Dita nos da una maravillosa lección de coraje: no se rinde y nunca pierde las ganas de vivir ni de leer porque, incluso en ese terrible campo de exterminio, «abrir un libro es como subirte a un tren que te lleva de vacaciones».
Una emocionante novela basada en hechos reales que rescata del olvido una de las más conmovedoras historias de heroísmo cultural.
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El nombre de cualquier campo de concentración en la Alemania nazi siempre es sinónimo de horror por el genocidio que se realizó durante la segunda guerra mundial a manos de personas sin ningún respeto a la vida, por eso al leer esta novela y descubrir el bloque 31 uno cree ver un poco de esperanza en el futuro de las vidas de los niños que lo forman: un bloque de actividades lúdicas donde no se pueden impartir materias escolares y que tienen un cometido diferente al que todos piensan. La parte positiva la tiene el hecho de olvidarte de los sufrimientos que otros padecen alrededor, pero todos saben, y nosotros también, que fuera de esa nave ocurren cosas y que cada uno de ellos puede formar parte de ellas en cualquier momento.
Dita Polachova, la protagonista real de esta historia, es uno de los cuidadores encargados de llevar tranquilidad y juegos a los niños, pero además es la guardiana de los ocho libros que han conseguido esconder a la vista de los nazis, su descubrimiento les causaría demasiados problemas y posiblemente la cámara de gas fuese el más amable de todos, pues Josef Mengele siempre los visita en busca de niños para sus nuevos y escalofriantes experimentos.
Los momentos de tensión de la novela, en los que el miedo entra en el cuerpo y se lee con desprecio sobre el holocausto, tienen su cara amable por medio de los libros; unos en papel y cuidados con mimo por Dita como si una enfermera de libros se tratase, y otros andantes gracias a la sabiduría de las personas. Todo el conocimiento puesto al servicio de los niños en un intento de cambiar algo, como si eso fuese posible.
A Dita la iremos conociendo a ratos, cuando ella cierra los ojos y sueña para encontrarse con momentos felices de su pasado; como también lo haremos con Fredy Hirsch, un atleta responsable de la misión del bloque 31 a quien verá como a un salvador, y a Viktor Pestek, un soldado de las SS. Ambos tienen un pasado misterioso y lleno de dudas, que junto a las historias que nos cuentan sus otros compañeros y a otros habitantes del campo dan a la trama un punto de equilibrio necesario, y con el que comprender mejor algo de esta guerra plagada de dramas en todos los bandos.
Basado en hechos reales, ha sido de gran acierto por el autor tirar del hilo que le inspiró y tras una larga documentación periodística construir unos personajes que acompañan el escenario del bloque 31 de Austwitch, sin apenas darnos cuenta de los horrores que los rodeaban y centrándose en lo bueno que pueden aportar los libros. Mediante una narrativa que llega de forma directa, no podrás dejar de leer hasta conocer el desenlace de cada uno de los protagonistas.
"Volver a tener libros en las manos hace que la vida empiece a encajar, que las piezas de un puzzle que alguien ha roto a patadas vuelvan poco a poco a ponerse en su sitio".
Dita Polachova, la protagonista real de esta historia, es uno de los cuidadores encargados de llevar tranquilidad y juegos a los niños, pero además es la guardiana de los ocho libros que han conseguido esconder a la vista de los nazis, su descubrimiento les causaría demasiados problemas y posiblemente la cámara de gas fuese el más amable de todos, pues Josef Mengele siempre los visita en busca de niños para sus nuevos y escalofriantes experimentos.
Los momentos de tensión de la novela, en los que el miedo entra en el cuerpo y se lee con desprecio sobre el holocausto, tienen su cara amable por medio de los libros; unos en papel y cuidados con mimo por Dita como si una enfermera de libros se tratase, y otros andantes gracias a la sabiduría de las personas. Todo el conocimiento puesto al servicio de los niños en un intento de cambiar algo, como si eso fuese posible.
A Dita la iremos conociendo a ratos, cuando ella cierra los ojos y sueña para encontrarse con momentos felices de su pasado; como también lo haremos con Fredy Hirsch, un atleta responsable de la misión del bloque 31 a quien verá como a un salvador, y a Viktor Pestek, un soldado de las SS. Ambos tienen un pasado misterioso y lleno de dudas, que junto a las historias que nos cuentan sus otros compañeros y a otros habitantes del campo dan a la trama un punto de equilibrio necesario, y con el que comprender mejor algo de esta guerra plagada de dramas en todos los bandos.
Basado en hechos reales, ha sido de gran acierto por el autor tirar del hilo que le inspiró y tras una larga documentación periodística construir unos personajes que acompañan el escenario del bloque 31 de Austwitch, sin apenas darnos cuenta de los horrores que los rodeaban y centrándose en lo bueno que pueden aportar los libros. Mediante una narrativa que llega de forma directa, no podrás dejar de leer hasta conocer el desenlace de cada uno de los protagonistas.
"Volver a tener libros en las manos hace que la vida empiece a encajar, que las piezas de un puzzle que alguien ha roto a patadas vuelvan poco a poco a ponerse en su sitio".
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Esta es una novela que tengo intención de leer en breve.
ResponderEliminarUn saludo.
Súbela unos puestos, se te hará corta,
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Tu reseña me ha convencido totalmente, tengo que conseguirla y ponerme con ella!
ResponderEliminarBesucos
¡Por fin!, algo histórico en tu lista te vendrá bien, ya me contarás,
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Le tengo unas ganas...Es una temática que me emociona y a la vez me encanta.
ResponderEliminarBesos.
Y el estar basado en hechos reales la hace especial, no te quedes con las ganas,
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Lo tengo en casa desde hace tiempo pero me da algo de pereza ponerme con él.
ResponderEliminar¡Fuera pereza!, nos lo agradecerás cuando lo leas,
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Es un libro que tengo muchas ganas de leer desde que salió ya que este periodo está entre mis favoritos a la hora de seleccionar lecturas
ResponderEliminarBesos
Raro se me hace que no lo hayas leído, tendrás que ponerle remedio y contarnos tus impresiones,
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A mi no me terminó de convencer del todo esta lectura ¬¬
ResponderEliminarBesos!
Sería mal momento o culpa de las expectativas pero seguro que te sigues acordando de buena parte de la novela,
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Una de mis mejores lecturas del año pasado.
ResponderEliminarUn beso!
Y no me extraña, para mí lo ha sido de lo que llevo de año,
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Una novela preciosa, me encantó. Entre tanto horror, supone un soplo de esperanza y optimismo.
ResponderEliminarBesos
La novela está trabajada con mucho tacto en ese sentido, lo cual es de agradecer y la hace diferente,
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Sufrí con este libro tanto como me gustó, es decir, mucho. Una lectura muy recomendable.
ResponderEliminarBesos.
No se falla con su recomendación, salvo casos puntuales, a todo el que lo lee le ha gustado bastante,
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Me lo apunto, parece que está muy bien.
ResponderEliminarUn beso.
Muy recomendable Lourdes, si tienes oportunidad hazte con él,
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Me alegro que te gustara. A mi me encantó. Tanto que leí un ejemplar de la biblioteca y luego tuve que comprármelo. Necesitaba tener cerca a Dita. Besos.
ResponderEliminarNo me extraña, es uno de esos libros para acariciar de vez en cuando,
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Esta entre los libros que quiero leer. Espero hacerlo pronto.
ResponderEliminarBesos
Y yo espero leer una gran reseña entusiasta, ya nos contarás,
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Esta la tengo más que anotada. Veo que todas las reseñas van por el mismo camino. Saludos.
ResponderEliminarYo me resistía a leerla pero al final me ha convencido,
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