Respirar por la herida - Víctor del Árbol (2013)

Sinopsis

Quizás Dios juega a los dados con nuestro destino, desperdigando las piezas de un rompecabezas que siempre vuelve a unirse de un modo u otro. Acaso sea el azar el que nos arrebata aquello que más amamos, pero puede que todo lo que nos ocurre sea simplemente el resultado de nuestros propios actos.

Estas son las preguntas que atormentan a Eduardo, un pintor para quien nada tiene sentido tras la muerte de su mujer y su hija, hasta que una famosa violoncelista, Gloria Tagger, le encarga el mayor reto de su vida: pintar el retrato de Arthur, un empresario de pasado incierto. Aceptar ese encargo desencadena una espiral de emociones y acontecimientos trágicos que succiona inevitablemente a cuantas personas le rodean. Con cada pincelada, Eduardo va abriendo puertas que habría sido mejor mantener cerradas, pero que, una vez abiertas, nada ni nadie podrá volver a cerrar.

Con una trama perfectamente urdida y una intensidad descarnada de dolor y culpa, pero también de ansia de vivir, Respirar por la herida desborda los límites de sus protagonistas con una precisión y una psicología digna del maestro en que se ha convertido ya su autor, Víctor del Árbol.

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Quizá sea verdad el tema de los dados y el autor me hace un guiño en su prefacio, invitándome a escuchar el mismo tema que el protagonista, Eduardo, cuando se dirige al lugar del accidente con un ramo de dalias en la mano y una botella de whisky medio vacía que rueda en el coche bajo su asiento. "Blue in Green" - Miles Davis

Tres páginas han bastado para saber que voy a tomarme esta lectura con más calma de lo normal, saboreando cada situación que el autor narre y dejándome llevar de su mano a donde el disponga.

"El jazz, el blues, el soul conformaban la banda sonora de su infancia, aunque su padre había tenido que morirse y dejarle aquella colección como herencia para que aprendiera a valorarla".

Cuando Eduardo sale de la cárcel y conoce a Olga, no sabe porqué acepta su proposición para vender sus pinturas ni si quiere seguir pintando. Tampoco sabe si desea vivir o dejarse morir acurrucado entre el tabaco y el alcohol. Su vida no tiene ningún aliciente desde la muerte de su mujer y su hija y su único refugio ahora es el dolor; la música que antaño le regaló su padre le acompaña de fondo.

"...todos llevamos en nuestro interior a todos los hombres posibles. El porqué permitimos vivir a unos y ahogamos a los demás es un misterio sin resolver."

Estas palabras dichas por el personaje de Arthur, son aplicables a cada uno de los que desfilan por estas páginas, incluso son de aplicación para todos nosotros. Cada uno vamos dando forma a nuestra existencia y elegimos en cada momento quien queremos ser y que vida queremos vivir; aunque a veces vivamos la que nos toca sin intentar sacar a otro yo de nuestro interior.

"Hay lugares para todo en este carnaval. La gente quiere vivir otras vidas que imagina, pero pocos tienen el arrojo de atreverse a vivirlas".

Ahora ha sido el turno de Guzmán, un ser con muchas vidas, que ha sabido superarse a si mismo y reinventarse cuantas veces lo ha necesitado, pero que habita en la misma podredumbre que el resto.

"Puede que todo sea una simple moneda lanzada al aire, un juego en el que nunca sabes de qué lado caerá la suerte".

Revisando esta frase he recordado que fue una reseña que leí, la culpable de querer leer esta obra. Las alusiones a Dios y a Alá, y la constante incertidumbre de que hagamos lo que hagamos lo estaremos haciendo porque alguien ha decidido que esa es la jugada marcada por los dados, son preguntas lanzadas al aire en un intento de encontrar la verdad, de saber si todo lo que nos rodea tiene algún sentido o si por el contrario da lo mismo.

Y como si alguien hubiese movido ficha, Eduardo recibe el encargo de retratar a un rico empresario financiero con un pasado turbio: otro ser que guarda misterios sin resolver. Gloria Tagger es quien paga el trabajo pero sus intenciones no están claras, su descendencia judía, su pasado como violoncelista y su matrimonio con un productor de cine, encierran las claves de las incógnitas que nos vamos encontrando en el relato.


"Todo el mundo tiene cicatrices. Pero no todo el mundo las merece".

Otra frase para la reflexión, que a medida que avanza la novela más de acuerdo estoy con ella. Casi he perdido la cuenta de los personajes presentados por el autor, cada uno con su pasado, con su razón de ser y con  sus cicatrices, y todos llevándolas como pueden: unos las merecen, otros no. Lo que está claro es que Víctor ha puesto todo su empeño en que queden bien definidos y retratados.

"Quien quiera que escriba nuestros guiones ahí arriba tiene un sentido del humor muy retorcido". 

Si tenéis la suerte de acercaros a este libro, no dejéis pasar la oportunidad de leer una novela negra con todos los ingredientes que creo dan sentido a este género. El ambiente de humo, alcohol y jazz lo pusimos al principio; los protagonistas están siendo definidos; la trama nunca termina y cada capítulo lo vuelve más oscura si cabe. El círculo se va cerrando al tiempo que se amplía, todo el mundo tiene un pasado y nadie desea que salga a la luz.

"Abrimos las puertas que queremos abrir para que la luz vaya entrando poco a poco".

Igual que las heridas no se cierran de golpe, ni las cicatrices desaparecen, necesitamos tiempo para que todo se cure, para poder respirar.

"Pero si sé que no se puede caminar hacia adelante mientras miras hacia atrás".

Por fin encontramos la clave. Una frase que se puede convertir en un mantra, y que todos deberían repetir para salir del pasado que les atrapa, en busca de un sentido a su vida y un futuro para ella.

Eduardo es tan solo uno más de los naúfragos que buscan su tabla, todos aferrados a él para intentar conseguir que sus heridas cicatricen, pero todos al fin y al cabo sin poder respirar por sus respectivas heridas. Heridas que necesitan respirar cada vez que se abren.

Sé que me he dejado llevar por las citas y que he hablado poco del argumento, pero ésta es una novela para saborear y dejarse llevar conociendo a los personajes y la trama tan bien trabajada que una vez más ha sabido desarrollar Víctor. Aconsejo para su lectura alguno de los títulos musicales que acompañan a Eduardo en la búsqueda de sí mismo para poder respirar:

Peter White - Another Rainy Day
Dexter Gordon - It´s Your or No One
Charlie Parker - All the things you are
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