Sinopsis
Año 1820. Nuevo México.
En la frontera más remota de la América Septentrional, a orillas del Río Grande, un misterioso asesinato aterroriza a la población de la comarca y pone en jaque a las autoridades españolas de Santa Fe de Nuevo México. Incapaz de resolver el entuerto, y ocupado en su lucha contra el movimiento independentista mexicano, el gobernador recurre a los servicios de Leandro Cuervo, un soldado veterano de las guerras comanches que oculta más de un secreto, y su ayudante, el bachiller Juan Orviz, recién llegado de España. Juntos colaborarán en la investigación de un misterioso enigma que los obligará a viajar de los ranchos de Atrisco a las montañas de la Sangre de Cristo, pasando por el peligroso cañón del Muerto.
Tras el éxito de sus dos anteriores novelas el escritor y cineasta Santiago Mazarro regresa a la Norteamérica hispana con un thriller histórico, visceral y repleto de misterios. Una historia vertiginosa que dibuja, con el rigor que caracteriza al autor, una frontera hipnótica en la que nada es lo que parece.
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Las primeras líneas sirven para ponernos sobre aviso del triste destino que tienen reservado dos hermanas, Carlota y Dolores Pino, quienes desoyendo a sus padres se escapan de la finca familiar para vivir las fiestas patronales de Santa Fe de Nuevo México. Tras su desaparición, y pasados unos días, aparecen sus cadáveres con signos inequívocos de haber sufrido algún tipo de ritual; algo que no sorprende y que al mismo tiempo abre un abanico de posibilidades muy grande en cuanto al culpable se refiere. Aún así, las autoridades detienen sin pensárselo mucho a los dos amigos que les acompañaban esa noche.
Ante la falta de efectivos, ocupados en vigilar a los indios, bandidos, revolucionarios o los ataques cada vez más frecuentes de los estadounidenses, la investigación se la encargan a dos soldados que provienen del puesto fronterizo de El Paso: el asturiano Juan Orviz, quien sueña con el permiso para regresar a España y dar por finalizado su destierro; y el capitán de origen mexicano Leandro Cuervo. Ambos, protagonistas de esta novela, con perfiles muy diferentes y un pasado que creen haber dejado atrás pero que les persigue en esta aventura llena de intriga.
Las actividades comerciales al margen de la ley del cabeza de familia y la desaparición del hijo mayor, Álvaro Pino, de quien se cree ha salido en busca de sus hermanas, marcan el inicio de un viaje a lo largo del Río Grande en el que los detectives descubren la manera en la que los nativos han ido adaptando, desde la llegada de los pioneros españoles, sus costumbres y tradiciones a la religión católica, una mezcla que dependiendo de quién la maneje llega a ser peligrosa y que de momento solo les sirve para no ser bienvenidos en ninguno de los lugares donde intentan encontrar la respuesta de quién está detrás del asesinato.
El ritmo empieza a crecer cuando aparecen nuevos testimonios de otras víctimas que fueron encontradas con las mismas marcas que las hermanas, y todos los hilos comienzan a ir en la misma dirección. Momento en el que confluyen en el relato las supersticiones y los cuentos como el de "La llorona", una leyenda del folclore mexicano que habla del alma de una mujer que vaga arrepentida en busca de los hijos que ahogó, que hizo popular la cantante y contadora de historias Chavela Vargas.
Y justo cuando llega el momento de mayor acción, los dos soldados emprenden caminos por separado con su correspondiente línea de investigación. Lo que me ha permitido disfrutar de un thriller de un auténtico western de lo más visual, en el que se nota la experiencia de Santiago Mazarro como guionista y cinematógrafo.
Una novela con demasiados alicientes que no deberías perderte.
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