Sinopsis
Marta Aguilera, una periodista comprometida con su oficio, recibe una noticia que cambiará su destino: un tumor amenaza su salud y apenas le quedan dos meses de vida. Sin nada que perder ni nadie a quien rendir cuentas, Marta siente que la realidad es un lugar amenazante y decide ocupar el tiempo que le queda impartiendo JUSTICIA.
En una carrera contrarreloj por su propia vida y contra la inquebrantable inspectora Daniela Gutiérrez, Marta Aguilera tratará de aplicar su particular ley del talión.
Un thriller impactante y distinto a todos los demás.
Una novela que leerás como si tú mismo fueras el protagonista.
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"... ojo por ojo, diente por diente..."
Cuántas veces habremos dicho o escuchado esta parte de la Ley del talión, una frase hecha que no siempre ha ido acompañada de una futura venganza pero que se pronuncia con el deseo de que al oyente le suceda lo mismo por lo que se le recrimina.
No es el caso de Marta Aguilera, una periodista que decide tomarse la justicia por su mano el día en el que diagnostican un cáncer irreversible y le dan unos pocos meses de vida. Decidida a dejar huella, quizá fruto de la medicación que está tomando o de los cambios de personalidad que el médico le ha advertido que podría padecer, emprende una serie de actos que, lejos de criticar, aplaudiremos; convirtiéndonos en cómplices al fundirnos con la protagonista de este thriller.
Porque si algo tiene esta novela es un ritmo infernal donde no hay reposo para nadie. Víctimas e investigación policial van a la carrera; unos sin saber que les ha tocado el turno para equilibrar la balanza, otros, especialmente la inspectora Daniela Gutiérrez, siguiendo un reguero de cadáveres de cuyos crímenes no encuentra explicación ni pruebas, tan sólo el pálpito de que encierran un mensaje para ella.
El cuerpo sin vida de una niña de siete años, violada y estrangulada, es el primer caso por el que Marta se siente atraída para impartir justicia y coincide con el último trabajo que hará para el periódico entrevistando al pederasta; después de éste, su primer asesinato, habrá pasado una línea que no tiene vuelta atrás y a la que tendrá que añadir el cerco que le va imponiendo la policía. Su única ventaja es que las escasas pistas indican la actuación de un asesino en serie.
Pero la asesina decide dejarles una invitación, la tarjeta de visita de la inspectora Daniela Gutiérrez, para que se involucre. Una implicación que conoceremos a lo largo de la trama y que mantendrá el suspense hasta el final. Dentro de su personaje, que encierra una vida complicada, se une el de su hijo, detenido por tráfico de drogas e influenciado por grupos de extrema derecha. Por si no teníamos suficiente acción asistiremos a varios episodios violentos que también forman parte de la historia y que pertenecen a uno de los motivos que tiene la asesina para impartir justicia.
Nicoleta, una joven rumana que ejerce la prostitución para pagar una deuda que siempre aumenta por la adicción a las drogas que sus captores le obligan a consumir, es el personaje mediante el cual conoceremos el submundo que habita en las calles de Madrid, y que marcará un nuevo objetivo para Marta, decidida a continuar con su particular limpieza. Las mafias de los países del Este y la trata de blancas se dan cita en esta suculenta trama.
Tres historias personales que nos dejan sin aliento gracias a la excelente labor narrativa del autor, que se aprovecha de su experiencia como guionista de televisión para crear el clima de tensión necesario e intrigarnos; tanto, que es difícil separarse de sus páginas salvo para respirar.
La novela tiene mucho de debate social, de ponernos en la piel de la asesina y descubrir hasta donde estaríamos dispuestos a llegar si se nos cruzasen los cables y hubiésemos comenzado la cuenta atrás de nuestra vida. Las distintas voces de los personajes toman posturas enfrentadas y palabras como justicia, moral, ley o venganza se intercalan en el veredicto entre el bien y el mal.
El final se redondea con dos subtramas que no tienen desperdicio: una terrorista puesta en libertad gracias a la doctrina Parot y una guerra entre clanes gitanos de la Cañada Real donde definitivamente conoceremos los estercoleros de nuestro país.
Convertido en un espectador mediático a favor de Talión, nombre con el que han apodado al justiciero en los medios de comunicación, os recomiendo que le conozcáis y juzguéis vosotros mismos.
"Si has matado y no estás pagando por ello, serás el siguiente".
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