El paciente - Juan Gómez-Jurado (2014)

Sinopsis

El prestigioso neurocirujano David Evans se enfrenta a una terrible encrucijada: si su próximo paciente sale vivo de la mesa de operaciones, su pequeña hija Julia morirá a manos de un psicópata.

Para el Dr. Evans se inicia una desesperada cuenta atrás cuando descubre que el paciente que debe morir para que su hija viva no es otro que el presidente de Estados Unidos.

Con su habitual maestría en la literatura de intriga, Juan Gómez-Jurado atrapa irremediablemente al lector. Una novela apasionante, emotiva e inquietante, que se desarrolla en 63 frenéticas horas, que no da respiro en su lectura y que plantea un dilema moral imposible que puede cambiar el curso de la Historia.

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La primera página del diario del doctor David Evans lo deja muy claro al hablarnos desde el corredor de la muerte. Por lo que dos cosas están claras: ha habido al menos un asesinato y a él le han declarado culpable. Qué habrá sucedido para llegar a esa situación, es la pregunta que todos los que empezamos a leer nos hacemos, pero no vamos a tardar mucho en saberlo. Y no porque el autor nos lo desvele pronto, sino porque la lectura nos atrapa de tal manera que su extensión se nos hace corta.

Al principio conoceremos el carácter del doctor, una persona jovial y sencilla que ama su profesión pero que se enfrenta continuamente a los directivos del hospital donde trabaja, siempre preocupados por los gastos. En cambio él se salta los protocolos y opera cuando el paciente lo necesita, sin importarle que no pueda hacer frente a la intervención. Caso con el que arranca la novela y donde conoceremos a unos personajes que condicionarán el final de la trama.

Y aquí llega el plato fuerte; el secuestro de la hija del doctor y el chantaje para que deje morir al presidente de los Estados Unidos cuando le opere del tumor que tiene en la cabeza. La pregunta es irremediable: ¿tú que harías? Está claro lo que todos pensamos pero no tanto como conseguiríamos nuestro objetivo principal, que nuestra hija viva.

Cada uno de los episodios que transcurren en la novela están llenos de acción, ya sea el momento angustioso de asistir a un pandillero herido de bala o a una charla desquiciada con su suegro; con el que de paso comento que se lleva fatal desde el día en que murió su hija, la mujer del doctor Evans. Cualquier escena está cargada de tensión y las recreaciones llegan a dejarnos sin aliento; sobre todo desde que el secuestrador empieza a enviarle mensajes advirtiéndole para que no se ponga en contacto con nadie.

La angustia de saberse vigilado se convierte en paranoia y se vuelve más angustiosa según avanzamos, donde veremos como se va complicando un complot en el que intervienen los bosnios, el grupo cercano del presidente y Kate, la cuñada del doctor y agente del Servicio Secreto del gobierno.

Los personajes quedan en un segundo plano y están al servicio de la trama, haciendo que ésta cobre todo el protagonismo y no resten importancia a la intriga, si bien, se encuentran perfectamente perfilados y el autor no ha dejado nada al azar; intuyo el gran trabajo que ha debido suponer la creación de los mismos.

Encontrarnos cada vez más cerca de conocer al secuestrador y los crímenes que ha cometido durante sus vida, los motivos que le han hecho preparar el atentado del presidente de manera tan inusual y meticulosa, así como asistir a un desenlace para el que nos falta respiración; implica quitarnos horas de sueño, pero no importa, la narración y el suspense nos hacen olvidarnos del tiempo.

Decir a estas alturas que la novela engancha es quedarme corto, no pudiendo llevar la contraria a todos los lectores que, antes que yo y con gran acierto, la han recomendado.

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Retos

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