Muerte en las islas - Jean-Luc Bannalec (2014)

Sinopsis

Arenas blancas y aguas turquesa cristalinas: el archipiélago de las Glénan, enfrente de la costa bretona, es lo más parecido a un paraíso tropical... hasta que el mar deposita en una de sus playas tres cadáveres.

La serie del comisario Georges Dupin se ha convertido, en apenas tres años, en una de las sorpresas editoriales en Alemania, con 1.000.000 de ejemplares vendidos de sus dos primeros libros -El misterio de Pont-Aven y Muerte en las islas-, una serie de televisión, la publicación en varios países y un renovado entusiasmo por la Bretaña francesa, que ha visto incrementar las visitas de turistas a los escenarios de las novelas.

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Las novelas policíacas tienen el poder para el lector de encerrar el espacio donde transcurren. Nuestra visión de conjunto se adapta en la medida que el autor juega con nosotros, desplazándonos por los escenarios y abriéndonos las posibilidades de éxito en la consecución del caso que nos mantiene despiertos. Si además esto ocurre en una isla, o entre siete y veinte, según las cifras de los lugareños; sabemos que no tenemos escape, que todo lo que haya ocurrido se encuentra delimitado por un espacio que se me antoja pequeño y claustrofóbico.

La novela no tiene más separaciones que la de sus tres capítulos, que corresponden a los tres días que dura la investigación, por lo que su lectura es imposible de dejar en un punto, todo tiene continuidad y no existen saltos en el tiempo. Los únicos descansos son las pequeñas anécdotas que se van contando y que te van cerrando más el círculo, añadirle una tierra donde son frecuentes los temporales y que se queda sin cobertura para telefonía, y daros por enganchados.

Nunca me había encontrado con un comisario tan movido, y no es que los demás no lo sean, pero Dupin encadena una acción con otra sin darte tiempo a respirar. El teléfono suena, atiende, cuelga, continúa con una reunión, distribuye las tareas entre sus agentes, suena de nuevo el teléfono, una nueva idea, se encamina a algún lugar, un par de preguntas, vuelve sobre sus pasos, recibe otra llamada...; no para, y eso te lo contagia.

Las islas de Glénan, en la costa bretona, son un mundo aparte donde parece haberse parado el reloj, un punto en la nada. El mar y sus embarcaciones, la pesca y los tesoros escondidos; un remanso de paz que solamente se ve enturbiado cuando aparecen tres cadáveres en la playa. Accidente, tan habituales en aquel lugar, o asesinato; nada es descartable. El comisario Dupin comienza a tirar de los hilos más insignificantes. Los palos de ciego son su estrategia habitual, pero todos a su alrededor saben que al final todo cobrará sentido y que su sexto sentido no habrá trabajado en balde.

Entre cafés, entrecot y bogavante, establecen en el Quatre Vents, único restaurante de la isla, su cuartel general; por él desfilarán todos los habitantes y visitantes de la isla e irán conformando la trama de lo que oficialmente se ha convertido en un triple asesinato. Ahora toca buscar las causas y quién o quiénes son los asesinos.

Tesoros en el fondo del mar, proyectos urbanísticos, patentes para la fabricación de productos farmaceúticos y asuntos que llevan muchos años pendientes entre los habitantes de las islas, se mezclan en la resolución de este caso que parece no tener fin, y en la que todos los personajes parecen sospechosos, tanto para el comisario como para los que nos veamos atrapados en su lectura.

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Reto
Enero 2015 - Mes de la Novela Negra - Libros que hay que leer