Sinopsis
El 14 de julio de 1881, en Fort Sumner (Nuevo México), Pat Garret acabó con la corta vida de Billy el Niño, que nunca cumpliría veinticinco años. Desde entonces su leyenda no ha dejado de crecer, especialmente entre los hispanos de Estados Unidos, que siempre lo protegieron y ayudaron; no en vano, el Chavito hablaba el español arcaico de Nuevo México.
Enmarcada en una naturaleza dura y grandiosa, los paisajes de Nuevo México y Arizona, La balada de Billy el Niño narra uno de los últimos episodios de un salvaje oeste que agonizaba a finales del siglo XIX, pero que no deja de ser un relato sobre las constantes de la condición humana: el amor, la libertad, la dignidad, la amistad, la traición, la muerte.
Además, Alfonso Domingo ha incorporado a la narración una serie de documentos inéditos que ofrecen una nueva luz sobre la gran escapada, los últimos días de Billy el Niño y los motivos de su asesinato.
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No hay mejor manera de comenzar una lectura que con un ritmo trepidante, intuyendo que la acción va a continuar a lo largo de toda la aventura, cosa que compruebo según avanzo en una lectura que solamente me da descanso en las paradas obligatorias, donde el autor me introduce en el espacio de la historia de los Estados Unidos y sus días posteriores a la guerra del condado de Lincoln (Nuevo México).
A diferencia de las viejas películas y las novelas del oeste, que me han acompañado durante toda mi vida, y en las que las tramas se centran en los personajes, y el momento histórico siempre queda oculto sin tener apenas protagonismo; aquí nos encontramos con una novela de ficción histórica que gracias a la documentación manejada se convierte casi en un ensayo en el que las diferentes voces narradoras confluyen para crear su biografía.
Los diversos detalles literarios nos acercan a comprender la figura de Billy el Niño, que desde diferentes puntos de vista coinciden en presentar a un joven con carisma que jugaba con los niños, se hacía querer por quienes le rodeaban, atraía a las mujeres por su simpatía y rebeldía, y se ganaba el respeto tanto de sus amigos como de sus enemigos, aunque estos eran los únicos que le temían.
Desde la llegada a la cárcel de Lincoln, en medio de grandes medidas de seguridad y detenido por el que antiguamente había sido no sólo su amigo sino también su cómplice robando ganado, el sheriff Pat Garret, uno no deja de sentir simpatía por Billy y espera de él que aproveche cualquier posibilidad para fugarse y seguir vagando libremente como lo había hecho desde niño cuando llegó de Nueva York. Una huida a ninguna parte, porque en realidad le tenía apego a su gente, más que a la tierra, porque alguna extraña razón le hacía volver sobre sus pasos: quizás el estar enamorado de la muerte.
"¡Quién sabe cuándo nos volveremos a ver! ¡Si me matan tendrán que hacerlo con balas, porque no dejaré que me cuelguen!"
Venganzas y disputas por territorios, que involucraron tanto a los indios como a los primeros terratenientes del viejo oeste, luchas que acabaron con apaches mescaleros y navajos, sometidos y desplazados a reservas y cuando no esclavizados; y que convirtieron en un negocio el poder por el control de los indios, lo que supuso nuevas guerras como la del condado de Lincoln.
No hay descanso. La música parecía ser el único punto de unión entre todas las razas y nacionalidades que habitaban la frontera y con la que se olvidaban de todas las diferencias sociales que pudieran existir, y el baile transmitía la alegría necesaria para vivir un día más o por haberlo vivido; y en este terreno, y gracias a su sentido del humor y su buena predisposición para el baile, Billy era el triunfador, más que con su rifle y sus pistolas.
A diferencia de las viejas películas y las novelas del oeste, que me han acompañado durante toda mi vida, y en las que las tramas se centran en los personajes, y el momento histórico siempre queda oculto sin tener apenas protagonismo; aquí nos encontramos con una novela de ficción histórica que gracias a la documentación manejada se convierte casi en un ensayo en el que las diferentes voces narradoras confluyen para crear su biografía.
Los diversos detalles literarios nos acercan a comprender la figura de Billy el Niño, que desde diferentes puntos de vista coinciden en presentar a un joven con carisma que jugaba con los niños, se hacía querer por quienes le rodeaban, atraía a las mujeres por su simpatía y rebeldía, y se ganaba el respeto tanto de sus amigos como de sus enemigos, aunque estos eran los únicos que le temían.
Desde la llegada a la cárcel de Lincoln, en medio de grandes medidas de seguridad y detenido por el que antiguamente había sido no sólo su amigo sino también su cómplice robando ganado, el sheriff Pat Garret, uno no deja de sentir simpatía por Billy y espera de él que aproveche cualquier posibilidad para fugarse y seguir vagando libremente como lo había hecho desde niño cuando llegó de Nueva York. Una huida a ninguna parte, porque en realidad le tenía apego a su gente, más que a la tierra, porque alguna extraña razón le hacía volver sobre sus pasos: quizás el estar enamorado de la muerte.
"¡Quién sabe cuándo nos volveremos a ver! ¡Si me matan tendrán que hacerlo con balas, porque no dejaré que me cuelguen!"
Venganzas y disputas por territorios, que involucraron tanto a los indios como a los primeros terratenientes del viejo oeste, luchas que acabaron con apaches mescaleros y navajos, sometidos y desplazados a reservas y cuando no esclavizados; y que convirtieron en un negocio el poder por el control de los indios, lo que supuso nuevas guerras como la del condado de Lincoln.
No hay descanso. La música parecía ser el único punto de unión entre todas las razas y nacionalidades que habitaban la frontera y con la que se olvidaban de todas las diferencias sociales que pudieran existir, y el baile transmitía la alegría necesaria para vivir un día más o por haberlo vivido; y en este terreno, y gracias a su sentido del humor y su buena predisposición para el baile, Billy era el triunfador, más que con su rifle y sus pistolas.
El empeño de un hombre, Lewis Wallace, por hacer cumplir la ley y dar muerte a Billy el Niño, convirtió en mito al ciudadano más famoso de Nuevo México y su recuerdo sigue vivo gracias al desfile anual de Lincoln, que rememora aquellos días. Curiosamente se le conoce más por este hecho que por juzgar a los conspiradores del asesinato de Abraham Lincoln o por ser el autor de Ben-Hur.
Una novela no solamente recomendada a los amantes del viejo oeste, sino también para los que disfrutáis con la historia de los Estados Unidos y de las obras bien narradas.
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Retos
Me ha gustado mucho tu reseña, quizá la lectura de esta novela, aunque histórica, me recuerde a las novelas que mi abuelo leía incansablemente y que yo le "robaba" para leer a escondidas!!
ResponderEliminarQuizá esta sea mi comienzo con la novela històrica!!
Besucos
Gustándote el género y acostumbrada a diferentes formas de narración, esta novela la saborearás con tranquilidad,
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PUes lo tengo en la estantería pendiente, así que me dejas con ganas de que la espera sea corta.
ResponderEliminarBesotes!!!
Nos vamos contagiando en los impulsos lectores, le van a faltar días a este año,
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La he leído y aunque no era de mis temas favoritas me ha gustado hacerlo.
ResponderEliminarLa verdad es que es una novela que se disfruta,
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La verdad es que es un libro que ofrece más de lo que a simple vista parece. A mí me ha encantado conocer al verdadero Billy. Lo reseñaré la semana próxima. Besos.
ResponderEliminarCierto, ofrece mucho más de lo que parece y de lo que podemos contar; a ver que nos cuentas,
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A mí no me terminó de convencer aunque por cuestiones personales ya que reconozco que es un buen libro
ResponderEliminarBesos
Me dejas con la intriga, tendré que esperar a tu reseña,
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Creo que no es un libro para mí. Así que lo dejo pasar.
ResponderEliminarUn saludo.
Siempre nos quedará la música,
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Me he llevado una sorpresa muy grande con este libro, al final he tenido que rendirme ante un gran trabajo y una trama con la que he aprendido mucho.
ResponderEliminarNos ha ocurrido lo mismo, el trabajo de documentación y como lo ha ido encajando en la trama me ha parecido perfecto,
Eliminarsaludos
Veo que tenemos otro gusto en común más: las películas del oeste y todo lo que ello representa. Sin duda, Billy el Niño es un icono del género. Me dio una gran alegría cuando vi que se publicaba esta novela. No creo que tarde en leerla. Saludos.
ResponderEliminarY seguro que te recordará buena sesiones de cine, a algunos se nos nota la edad,
Eliminarsaludos
El viejo oeste no me va mucho, pero sí me gustan mucho las leyendas con fondo real e histórico. Así que tendré en cuenta esta novela puede ser interesante.
ResponderEliminarUn beso.
Es una historia que debería gustar incluso sin atraerte el género del Oeste,
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Esta vez no me lo llevo, me voy a dejar condicionar por el Viejo Oeste, que no me gusta nada, y lo dejo pasar.
ResponderEliminarBesos.
Mucho por leer, seguro que encuentras temas que te apasionen más,
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La ambientación no me gusta nada... Creo que la culpa la tiene mi padre que le encantan las pelis del oeste y a mi han llegado a aburrirme soberanamente!
ResponderEliminarBesos
Creo que esta novela no es para ti,
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Una de vaqueros en toda regla. Yo, qué quieres que te diga, siempre estaba del lado de los pobres indios...
ResponderEliminarBesos,
Se les expulsó de sus propias tierras, pero a sanguinarios no les ganaba nadie; prefiero las de malotes en la frontera mexicana,
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No sé qué decirte... la verdad que el oeste siempre me ha gustado, pero con el tiempo, me gusta ese Oeste de Jim Thompson y esta novela la sigo teniendo en dudas
ResponderEliminarBesos
Igual alguna reseña más te hace decidirte, ya nos contarás si te animas,
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