El encantador de abejas. Jack el Destripador - Ramón Cerdá (2013)

Sinopsis

Año 0, un centurión romano se enfrenta a un ejército de abejas. Año 1888, el Hombre Elefante sigue en el London Hospital; ese mismo año, Jack el Destripador asesina a 5 mujeres y luego desaparece misteriosamente sin que nadie llegue a descubrir su verdadera identidad. Por extraño que pudiera parecer...

¿Puede seguir vivo Jack el Destripador?

¿Puede una misma víctima ser asesinada y descuartizada varias veces?

EL ENCANTADOR DE ABEJAS es la historia de un odio que ha perdurado durante más de 2.000 años y en la que el destino parece haber entrado en un bucle interminable que se repite una y otra vez con fatales consecuencias.

Esta novela, la más sangrienta de las escritas por Ramón Cerdá, podría clasificarse como thriller histórico de terror; una historia que transcurre en cuatro épocas completamente distintas y cuyo nexo de unión son los crímenes cometidos por Jack el Destripador en el Londres victoriano de 1888.

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En el décimo aniversario del nacimiento de esta novela, Ramón ha editado esta novela de nuevo reescribiendo sus páginas y dotándolas de más interés al haberse centrado más en la trama y dejando de lado algunas escenas que aparecían en su primera versión. No por ello la ha hecho menos sangrienta y falta de tensión, quizás ha ganado en intensidad y sus capítulos se recorren entre el descubrimiento de nuevos cadáveres y la incertidumbre de la época en que se desarrolla.

Aunque el género de Terror no está dentro de mis aficiones, me dispongo a dejarme llevar por su manera de narrar y preparado para llevarme alguna sorpresa, pues la ficción histórica si me agrada al transportarme a momentos pasados.

Y esto es lo que ocurre con la trama que nos plantea Ramón, varios asesinos en el tiempo que usan el mismo método o un asesino reencarnado, varias víctimas o la misma reencarnada. Los protagonistas son los primeros que se hacen estas preguntas, son los que dirigen la acción y los que nos descubren parte de la historia: hechos que sucedieron hace muchos años y que todavía están sin resolver, como es el caso de Jack el Destripador.

La investigación llevada por Alberto, un parapléjico que habita en una vieja casa, es el punto de partida de la conexión del resto de personajes. Desde su habitación, vive su vida conectado a Internet y se obsesiona con los hechos que posiblemente se vivieron en ese mismo espacio, dando rienda suelta a su imaginación y deseando encontrar a una persona que se ocupe de poner en practica sus fantasías. De esta manera navega por los chat en busca de la persona adecuada hasta que la encuentra escondido bajo el nick de "Ripper".

Al tiempo se nos van narrando otros tristes episodios, no sólo del más famoso depredador humano de la historia sino también el protagonizado por un centurión que, por orden de Herodes, persiguió a los niños menores de dos años después de que los Magos de Oriente anunciasen el nacimiento del Mesías, o la fascinante historia de "El hombre elefante".

Y en el camino se cruza María, una mujer con extraños sueños en los que evoca vidas pasadas, que en su desesperación y por las ganas de saber que le puede estar ocurriendo visita a Consuelo, una vidente un tanto peculiar que la ayudará a descubrir y poner en orden todos los acontecimientos.

Si habéis llegado hasta aquí, permitirme que os avise de que el thriller no ha terminado, ha dado paso al terror con mayúsculas, y las escenas que Ramón ha suavizado y de las que ya os comenté al inicio de esta reseña, van a comenzar. Preparaos para comprobar como las últimas noticias en las que un rebelde sirio arranca el corazón de un soldado y lo muerde, fue una práctica muy repetida en la antigüedad y sobre la que se ha escrito mucho.

Pero el autor aquí nos sorprende de nuevo, porque consigue hacer que las formas sean solamente un recurso, un argumento más para engancharnos a la lectura, es en la trama donde se supera sabiendo conectar a los personajes y dotándoles de sentido a su existencia; y donde las abejas pueden ser o dar la clave para aclarar el misterio.

Ya he dicho que el género no está entre mis preferidos, pero con narraciones como ésta es imposible no repetir.
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Gracias Ramón