Gran Soufflé - Lola Piera Lozano (2011)

Sinopsis

Arturo Calviá ha dedicado su vida a levantar el prestigioso restaurante L´Espatarrat y está a punto de ver la culminación de su carrera con una importantísima comida para altos mandatarios internacionales en la que la peculiar Ministra de Interior ejerce de anfitriona, pero la madrugada anterior ocurre un trágico acontecimiento; un conocido crítico gastronómico desaparece. A partir de ese momento los hechos van sucediendose a una velocidad trepidante, conforme los pintorescos personajes de la trama hacen acto de aparición, como el cocinero y sus meteóricos cuadros de ansiedad, el sommelier daltónico, su jefe de sala con alma de gánster o su ex, una fanática de la filosofía zen que consigue sacarle de sus casillas. Estos son los ingredientes de un gran soufflé que crece y crece poniendo en peligro los cimientos de su negocio y por el que ha luchado toda su vida. La guinda del soufflé es Atilino Machancoses, un compendio de todo lo que no debería ser un policía.

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El sólo hecho de imaginarme a Lola y sus amigos, creando una historia hilarante en una tranquila tarde de verano y hacerme partícipe de ese buen humor, me puso en predisposición para saborear la trama que me proponía la autora. Porque si algo hay en esta obra son una serie de acontecimientos que se van hilando, o cocinando, al ritmo lento de los fogones y con la elegancia de una buena mesa; en definitiva, una locura disparatada que va tomando forma a partir de unos hechos insignificantes pero que se van complicando según avanzamos sus páginas.

Arturo, explorador, descubridor y revolucionario aventurero del mundo de la cocina, pone todo su arte en la elaboración de los mejores platos de su restaurante L´Espatarrat (despatarrado), ayudado por un equipo que encabeza el jefe de sala Alejandro Fornés de quien nadie conoce su vida fuera de su siempre atenta y pulcra presencia.

Un sumiller de origen surafricano de nombre Fredo y Salvador un joven cocinero riojano, forman el tándem que saben llegar a buen puerto cada una de las celebraciones que se dan cita en el restaurante.

Los cuatro se verán envueltos en un desgraciado accidente, cuando el crítico gastronómico Jean Marie Boucher acude de incógnito a realizar una crítica, y después de solicitar algunos platos de la carta, degustar y anotar todo aquello que no le gusta, se empeña en visitar las instalaciones.

A partir de aquí los sucesos se van encadenando, y además de esta fatídica visita tendrán que torear con un evento de altos mandatarios europeos que tras la inauguración de unas modernas instalaciones para la policía europea, acudirán a sus salones a una distendida comida que acabará descontrolada; y si esto fuera poco el mismo día su ex-mujer se empeña en que conozca al novio de su hija, un miembro okupa perteneciente al movimiento indignado.

Al mismo tiempo llegan noticias preocupantes desde Francia, un conocido crítico ha desaparecido y la investigación en principio sin ningún interés para la policía española, recae en Atilino Machancoses, un oscuro y despistado policía acostumbrado al papeleo y poco hábil con las dotes de investigación.

Atilino hace como puede su trabajo y al final acaba por casualidad el mismo día, en el lugar más concurrido de la ciudad. Si hasta aquí has disfrutado y te has reído, espera y guarda alguna carcajada para el final, porque todos los personajes te harán sonreír hasta que conozcas el desenlace en esta novela negra que tan bien sabe poner la nota de humor.

Gracias Lola

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