Sinopsis
"No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre valiente"...
Con estas palabras empieza El capitán Alatriste, la historia de un soldado veterano de los tercios de Flandes que malvive como espadachín a sueldo en el Madrid del siglo XVII. Sus aventuras peligrosas y apasionantes nos sumergen sin aliento en las intrigas de la Corte de una España corrupta y en decadencia, las emboscadas en callejones oscuros entre el brillo de dos aceros, las tabernas donde Francisco de Quevedo compone sonetos entre pendencias y botellas de vino, o los corrales de comedias donde las representaciones de Lope de Vega terminan a cuchilladas. Todo ello de la mano de personajes entrañables o fascinantes: el joven Íñigo Balboa, el implacable inquisidor fray Emilio Bocanegra, el peligroso asesino Gualterio Malatesta, o el diabólico secretario del rey, Luis de Alquézar.
Acción, historia y aventura se dan cita en estas páginas inolvidables.
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Siglo XVII. Reinado de Felipe IV. Siglo de Oro.
Militar al servicio del rey, Don Diego Alatriste y Tenorio cambió de destino cuando se le hizo insoportable el modo de batallar en Valencia, y marchó rumbo a Flandes, donde el ejercito español defendía su plaza desde 1516 y su empeñó le llevó a la "Guerra de los Ochenta Años". Así a las ordenes del comandante Ambrosio Spínola luchó como sargento hasta que le quitaron sus galones por un encuentro que mantuvieron su espada y un Alférez.
En su última escaramuza le apodaron el Capitán por salir ileso de una batalla en la que compartió espada con Lope de Balboa y tantos amigos con los que ahora comparte mesa y espada.
Su aspecto valiente y militar, su ancha capa y su sombrero, le dan el aspecto necesario para ganarse la vida sirviendo en asuntos varios, que no le competen pero le aportan un sustento. Trabajando para sí mismo y por lo que contenga la mejor bolsa que se le pueda pagar en tabernas y antros de mala muerte y poniendo su espada toledana y su daga vizcaína al servicio de quien lo necesite.
Muerto su compañero, su viuda le envía a su hijo Íñigo de Balboa que entra como criado y paje al servicio de Alatriste, y aloja a éste en la habitación donde habita encima de la Taberna del Turco, lugar donde se dan cita para comentar todo aquello que acontece en el reino y sacarle punta a los versos ácidos de Francisco de Quevedo.
Las aventuras aquí contadas por Íñigo, no ocultan los más mínimos acontecimientos que viven entre las extrañas gentes de un Madrid corrupto, pobre y sucio, con militares venidos a menos que ahora se esconden en las esquinas asaltando a despistados, o contando sus primeras impresiones cuando se queda prendado de una menina de la reina Isabel de Borbón de ojos azules y, largos y rubios tirabuzones.
Angélica, sobrina de Luis de Alquézar, secretario privado del rey, le hará comprender que ante las mujeres hay que estar prevenido, pero para aprenderlo le faltan todavía unos cuantos años y unas cuantas aventuras.
"Pero nadie nace enseñado; y a menudo, cuando gozas de las debidas enseñanzas, es demasiado tarde para que éstas sirvan a tu salud o a tu provecho".
De Quevedo y Lope de Vega aprenderá a usar las letras, y las largas tertulias donde conocerá a Velázquez y a tantos otros le ayudarán en un futuro, mientras tanto irá conociendo las costumbres y fiestas de Madrid, como los toros en la Plaza Mayor, las obras de teatro en los corrales de comedias o los usos de los distintos mentideros como el de San Felipe el Real o el del Convento de las Descalzas Reales; contribuyendo así la novela a reflejar con acierto la imagen perfecta de una época.
La trama principal de esta primera entrega de las aventuras del capitán Alatriste comienza con un encargo de su amigo Martín Saldaña: una emboscada para dar un susto a un par de viajeros, pero la Santa Inquisición está en medio del trato y esto será un inconveniente que tendrá sus consecuencias.
La presentación del italiano Gualterio Malatesta en escena, nos dará a conocer a otro de los personajes que nos acompañarán durante la serie, y que contribuirá a mostrarnos el lado más turbio de la clase alta europea.
La aparición de nombres de calles y plazas de Madrid, y lugares como los mentideros o la casa de las siete chimeneas hacen que se siga cada paso de lo escrito como un verdadero paseo, en el que incluso me he visto embozado con mi capa y cubierto con mi amplio sombrero cuando he oído el grito de ¡Agua va!
Militar al servicio del rey, Don Diego Alatriste y Tenorio cambió de destino cuando se le hizo insoportable el modo de batallar en Valencia, y marchó rumbo a Flandes, donde el ejercito español defendía su plaza desde 1516 y su empeñó le llevó a la "Guerra de los Ochenta Años". Así a las ordenes del comandante Ambrosio Spínola luchó como sargento hasta que le quitaron sus galones por un encuentro que mantuvieron su espada y un Alférez.
En su última escaramuza le apodaron el Capitán por salir ileso de una batalla en la que compartió espada con Lope de Balboa y tantos amigos con los que ahora comparte mesa y espada.
Su aspecto valiente y militar, su ancha capa y su sombrero, le dan el aspecto necesario para ganarse la vida sirviendo en asuntos varios, que no le competen pero le aportan un sustento. Trabajando para sí mismo y por lo que contenga la mejor bolsa que se le pueda pagar en tabernas y antros de mala muerte y poniendo su espada toledana y su daga vizcaína al servicio de quien lo necesite.
Muerto su compañero, su viuda le envía a su hijo Íñigo de Balboa que entra como criado y paje al servicio de Alatriste, y aloja a éste en la habitación donde habita encima de la Taberna del Turco, lugar donde se dan cita para comentar todo aquello que acontece en el reino y sacarle punta a los versos ácidos de Francisco de Quevedo.
Las aventuras aquí contadas por Íñigo, no ocultan los más mínimos acontecimientos que viven entre las extrañas gentes de un Madrid corrupto, pobre y sucio, con militares venidos a menos que ahora se esconden en las esquinas asaltando a despistados, o contando sus primeras impresiones cuando se queda prendado de una menina de la reina Isabel de Borbón de ojos azules y, largos y rubios tirabuzones.
Angélica, sobrina de Luis de Alquézar, secretario privado del rey, le hará comprender que ante las mujeres hay que estar prevenido, pero para aprenderlo le faltan todavía unos cuantos años y unas cuantas aventuras.
"Pero nadie nace enseñado; y a menudo, cuando gozas de las debidas enseñanzas, es demasiado tarde para que éstas sirvan a tu salud o a tu provecho".
De Quevedo y Lope de Vega aprenderá a usar las letras, y las largas tertulias donde conocerá a Velázquez y a tantos otros le ayudarán en un futuro, mientras tanto irá conociendo las costumbres y fiestas de Madrid, como los toros en la Plaza Mayor, las obras de teatro en los corrales de comedias o los usos de los distintos mentideros como el de San Felipe el Real o el del Convento de las Descalzas Reales; contribuyendo así la novela a reflejar con acierto la imagen perfecta de una época.
La trama principal de esta primera entrega de las aventuras del capitán Alatriste comienza con un encargo de su amigo Martín Saldaña: una emboscada para dar un susto a un par de viajeros, pero la Santa Inquisición está en medio del trato y esto será un inconveniente que tendrá sus consecuencias.
La presentación del italiano Gualterio Malatesta en escena, nos dará a conocer a otro de los personajes que nos acompañarán durante la serie, y que contribuirá a mostrarnos el lado más turbio de la clase alta europea.
La aparición de nombres de calles y plazas de Madrid, y lugares como los mentideros o la casa de las siete chimeneas hacen que se siga cada paso de lo escrito como un verdadero paseo, en el que incluso me he visto embozado con mi capa y cubierto con mi amplio sombrero cuando he oído el grito de ¡Agua va!
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Esta es una serie que tengo pendiente... Pero es que con APR tengo un problema de amor-odio que no consigo superar.
ResponderEliminarBesindios.
Particularmente me engancha todo lo que escribe, aunque reconozco que me esperaba otro tipo de novela con "El asedio" y en alguna declaración no me ha convencido igual que lo hacía al principio cuando le empecé a seguir en "El País",
Eliminarbesucus
Me encantó esta primera novela. El modo de enseñarnos cómo era la vida de los Siglos de Oro y hacerlo de una forma tan amena... Me gustó muchísimo, como el resto de esta saga.
ResponderEliminarBesotes!!!
La verdad es que es una serie que no aburre nada, es todo aventura y los aportes de historia son muy agradables de leer,
Eliminarbesucus
Mi experiencia con Alatriste, siendo positiva, ha ido de más a menos. Cuanto más he avanzado en la saga más lustre ha perdido el protagonista. Eso sí, son libros llenos de actividad
ResponderEliminarBesos
Empieza con mucha fuerza y eso es difícil de mantener, pero queda toda la serie por delante para averiguarlo y ponerle una puntuación final; te seguiré contando mis impersiones (a ti y a todos),
Eliminarbesucus
Por lo que leo parece que es una saga un tanto irregular. Es una deuda que tengo pendiente con Reverte: el leer una de las aventuras de Alatriste. Y parece que lo mejor será empezar por la primera, que parece ser la mejor. Saludos.
ResponderEliminarLa primera es la que te abrirá el apetito para las siguientes, ocurre como en los Episodios Nacionales de Galdós: no todos son igual de perfectos pero no puedes parar hasta leerlos todos,
Eliminarsaludos
Esta serie aún no la he leído, pero he disfrutado con Perez Reverte, tanto con sus novelas, como con las películas que han adaptado.
ResponderEliminarGracias por tu reseña.
Besos y buen fin de semana.
La serie Alatriste es un género totalmente diferente al resto de su obra, pero tienen en común un estilo inconfundible y mucha documentación histórica en la que siempre se apoya,
Eliminarbesucus
Una gran reseña. Tengo pensado volver apuntarme a Círculo de lectores para tener toda la colección con la misma edición, porque sólo tengo este. Es una joya. Gracias por rememorar esta fantástica lectura. Suerte con el reto.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, yo tengo la edición de El País (tapa dura, gran tamaño, punto de lectura y económico), pero después publicó el último de la serie y se queda la colección incompleta; una pena,
Eliminarsaludos
Estos son los libros de Reverte que menos me llaman la atención. No soy fan de Alatriste. Ni siquiera he visto la película. Besos
ResponderEliminarLa película te la puedes ahorrar, porque ahí sí que hay que ser muy fan de Alatriste, para las novelas en cambio te tiene que gustar la época y las aventuras, y si le añades el casco viejo de Madrid resulta completo,
Eliminar¡alma de niño!
besucus
Estupenda reseña, Porlomenix!! Y aún nos quedan unas cuantas aventuras más por disfrutar. Genial!!
ResponderEliminarBesines,
Gracias Carmen, ya le estoy haciendo hueco a la siguiente para publicar en abril; la aventura continúa,
Eliminarbesucus
Tengo pensado leérmelo este año, a ver si a mí también me gusta.
ResponderEliminarUn saludo.
Estaré pendiente de tu reseña; no te pases de parada en el bus,
Eliminarbesucus