El haiku de las palabras perdidas - Andrés Pascual (2011)

Sinopsis

Haiku: poema japonés de diecisiete sílabas; destello fugaz que nos muestra la esencia de las cosas.

Nagasaki, Agosto de 1945. Kazuo, un muchacho occidental afincado en Japón, y Junko, la bella hija de una diseñadora de arreglos florales, han acordado encontrarse en una colina para sellar su amor adolescente con un haiku que esconde un secreto sobre su relación. Minutos antes de que llegue la hora de la cita, la bomba atómica convierte la ciudad en el peor de los infiernos.

Tokio, febrero de 2011. Emilian Zäch, un arquitecto suizo, asesor de Naciones Unidas y defensor de la energía nuclear, cuya vida está desmoronándose, conoce a una galerista de arte japonesa obsesionada con encontrar al antiguo amor de un familiar.

A través de estas dos historias paralelas y de su sorprendente encuentro final, Andrés Pascual teje una conmovedora trama sobre la importancia de asimilar las tragedias del pasado para afrontar los retos del presente y escribir nuestro propio destino. 

Un estremecedor canto a la paz, la espiritualidad y el amor.

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El primer sabor que me ha dejado esta lectura, ha sido la tranquilidad y la paz con la que lo he leído, y no por ser la época estival más propicia, si no porque la manera de escribir y la narración de Andrés así me lo han transmitido.

Daba lo mismo el punto en el que transcurriese el relato, en todos y cada uno de sus capítulos he sentido algo, sin tener la necesidad de devorarlo para saber más, todo lo contrario, saboreando cada frase y releyendo con placer si era el caso.

Los momentos que compartimos en Japón, ya sean los previos al desastre de la caída de la bomba atómica en Nagasaki, los propios de la desolación una vez que cae y arrasa a la población, o los presentes cuando asistimos a la busqueda del pasado; tienen algo en común: estamos ante un país sin prisas, sin rencor y ante todo, con ganas de mirar hacia delante, donde los recuerdos y las tradiciones son el eje que sustenta a la familia, sin sentir tristeza por ello.

La busqueda de un pasado perdido y de un poema incompleto, son el eje principal de esta historia, que se apoya en hechos históricos de la segunda guerra mundial, y que también sirve a los protagonistas para conocerse a si mismos, sobretodo a Emilian, que se enfrenta a su pasado, a decisiones tomadas y a valores encontrados gracias a la joven japonesa Mei, con la que comprende como utilizarlos.

No deja pasar el escritor, la oportunidad de enriquecernos con cultura japonesa, sin cansar al lector y haciendo que se disfrute y se agradezca, al tener conocimiento de ella, pues sabe manejar en que momento introducir pequeños relatos para acompañar la narración.

Consigue también Andrés que queramos conocer más de esa gran nación y de sus gentes, incluso que nos entren ganas de viajar y conocer in situ todo lo que el nos propone; quizás por esa paz, que como he mencionado al principio, nos transmite.

Si de algo me arrepiento, es de haberlo tenido en mi estantería tanto tiempo, desde que me lo envió el autor; pero quizás su momento era este, con la paz del verano; un libro que todo los lectores deberían disfrutar.

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Lectura conjunta organizada por Jesús del Blog "La Caverna Literaria"