Adalides del progreso - Antonio Gómez Montejano (2011)

Sinopsis

Estamos en el mejor momento del reinado de Alfonso XIII, el rey que llevará a España primero a sufrir una dictadura y después, a la guerra civil. En el Madrid de principios del S. XX un fotógrafo capta por azar la imagen del anarquista que cometió el atentado contra Alfonso XIII el día de su boda. El hecho desencadena una serie de acontecimientos coincidentes con un súbito incremento de muertes aparentemente accidentales. 

Un agente de la sección montada de la Guardia Municipal, sobrino del fotógrafo, lleva a cabo una investigación con la ayuda de un amigo, inspector de la Policía Gubernativa, en un periplo por el Madrid de aquella época caracterizada por la introducción de nuevas invenciones, por sus barrios típicos, sus establecimientos característicos y los tradicionales lugares de entretenimiento. Como trasfondo, figura la relación amorosa del guardia con una joven condicionada por un misterioso pasado, en unos momentos de agitación social en los que proliferan movimientos revolucionarios y sociedades secretas con intereses ocultos.

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A través de la investigación de diferentes acontecimientos que transcurren en Madrid, vamos conociendo de la mano de los personajes de esta novela, la fisonomía de esta ciudad, cuando aún no contaba ni con los servicios mínimos que le correspondían como capital del reino.

Acudiremos a su trasformación, al tiempo que nos veremos inmersos en extraños sucesos y viviremos como si allí estuviésemos, el modo de vida de sus ciudadanos y visitantes.

Gracias, es la primera palabra que se me ocurre, después de leer este relato tan cercano. Descubrir aquellas historias escondidas del Madrid de principios de siglo XX y, saborear el paseo por aquellas calles donde tantas veces caminé, es sin duda, lo que más me ha atraido de su lectura.

El ver descrita la imagen, que en algún sitio vi una vez, de la Plaza de la Cibeles, con sus emblemáticas construcciones en sus cuatro esquinas, y todo el camino hacia la Gran Vía asfaltado de jardín y ocupado por carrozas y carretas, ahora ocupado por los primeros coches y los carros tirados por mulas, transportando la arena de sus excavaciones; te acerca a comprender el trabajo que supuso.

Y de Cibeles a Atocha, y desde aquí a Puerta de Toledo, continuamos camino hasta el Palacio Real y subimos por la calle Mayor hasta la Puerta del Sol; menudo paseo lleno de historia y de gentes.

Madrid no ha parado de cambiar su fisonomía, de crecer y de engalanarse, siempre que vuelvo me sorprende algún rincón con la cara recien lavada.

Gracias de nuevo Antonio, por dedicarme el libro y por rescatar parte de la historia, de personajes como el "Sereno" al que pude conocer cuando viví en la Cava Alta, donde nací, y todo lo que bien describes en esta maravillosa obra; he vuelto, contigo, a visitar Madrid.

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