domingo, 4 de diciembre de 2016

Patricia Brent, solterona - Herbert George Jenkins (1918)

Patricia Brent, solterona - Herbert George Jenkins (1918)
La vie Parisienne (1920)
Armand Vallee
Sinopsis

Nos encontramos en Londres durante la Primera Guerra Mundial. La joven Patricia Brent trabaja como secretaria de un político y se aloja en Galvin House, una casa de huéspedes en la que reside junto a una diversidad de singulares inquilinos con los que comparte cena cada noche. Un buen día la joven escucha una conversación entre dos chismosas de la pensión, en la que «lamentan» que no tenga pretendientes. Sintiéndose humillada, en un momento de ira la joven anuncia que ha recibido una invitación de su prometido para cenar al día siguiente en un restaurante. Nada extraño, si no fuera porque no existe tal prometido, ni espera tenerlo en un futuro cercano.

Desternillante comedia de enredo que incita a la risa desde las primeras páginas con un humor genuinamente british, escrita por el editor de P. G. Wodehouse.

Pensando en la puesta en escena de su mentira, Patricia acude sola a la falsa cita en el restaurante. Sin embargo, se da cuenta de que se ha metido en un buen lío al comprobar que varios de los huéspedes la han seguido con el claro objetivo de espiarla. Así da comienzo Patricia Brent, solterona (1918), una hilarante comedia de enredo que narra las complicaciones derivadas del irreflexivo acto de Patricia.

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Algo tan simple como es la decisión de vivir y disfrutar de la soltería, no se veía con los mismos ojos en el Londres de principios del siglo XX. La sociedad tan arraigada a las costumbres parecía concebir a la mujer para ser desposada cuanto antes y siempre dentro de su escala social, como así lo reflejan las novelas de siglos pasados. Ser mujer soltera era una preocupación no sólo para la familia directa sino para todos aquellos que la rodean, donde todos opinan y confabulan para que ninguna quede exenta de interpretar el papel al que ha sido destinada. En la actualidad todos sabemos como ha cambiado esta situación y tanto en novelas, como en la gran pantalla o en las series de televisión, los protagonistas, hombres o mujeres, se dedican en cuerpo y alma a sus aficiones o extravagancias con las que se alejan del compromiso. 

Pero ya sabemos que las heroínas de la editorial dÉpoca se empeñan en contradecir a la sociedad que les toca vivir, y bien con los silencios de Anne Elliot en "Persuasión", con el aprendizaje de "Evelina" o con la rebeldía soñadora de "Valancy Stirling", demuestran que ellas no quieren dejarse influir por los demás y que en cierto modo aborrecen la frivolidad, el exceso de educación y modales, o el derecho que cree tener todo el mundo para dirigir los pasos de los demás.

La introducción nos da alguna de las claves para situarnos en la escena: el voto femenino o los primeros ataques de la aviación alemana en la primera guerra mundial son una muestra de como Europa estaba cambiando en lo político y en lo social, circunstancias que influyen directamente en los personajes. Acostumbrados a las novelas donde predomina la clase alta separada de la trabajadora, aquí nos encontramos con todos los escalones sociales conviviendo en armonía, aunque siguen siendo respetadas las diferencias con muros que parecen infranqueables.

Aunque todavía quedase mucho camino por recorrer para ver reducidas las distancias, son varias las escenas en las que esa proximidad entre las distintas clases sociales se presenta. Querer aparentar lo que no se es o lucir con desacierto las mejores galas ocultas en un armario, da pie a que todo salga mal, regalándonos una serie de desafortunados momentos que, vistos desde el humor inglés, nos harán reír imaginando el cuadro a modo de un pequeño sainete en medio de una obra teatral.

Desde el momento en que la solterona Patricia Brent decide mentir a sus compañeros de la casa de huéspedes donde reside, da comienzo una comedia de enredo que nos acompañará hasta el final de la novela. Las continuas invenciones de su protagonista, así como de quienes la apoyan en el juego, se irán complicando de tal manera que el lector se hará cómplice de los engaños.

Las distintas situaciones que se van sucediendo agrandan el enredo surgido de la mentira dando paso a toda clase de chismes y preguntas impertinentes de los habitantes de la casa de huéspedes, sus variopintos perfiles parecen sacados de los mejores personajes de otras novelas para darse cita en torno a Patricia y amargarla la existencia.

Y entre buenos momentos de humor llega el amor, pues no nos olvidemos que este relato es una comedia romántica y aunque su finalidad es hacernos reír poniendo en ridículo el comportamiento anticuado de parte de la sociedad inglesa, también lo es el descubrimiento de los sentimientos de Patricia.

Ninguno de los personajes tiene desperdicio pero son los del amable señor Triggs o lady Tanagra los que más aportan a la trama con sus puntos de vista y por conseguir que la protagonista sonría y vea el mundo desde otra perspectiva. El contrapunto lo da su tía Adelaide, "única pariente viva" como así le recuerda cada vez que conversa con ella, su aparición en escena será el desencadenante de que el enredo crezca cuando parecía haberse terminado.

Pero no penséis que Patricia es una solterona por un desamor o por no ser agraciada, ella es soltera porque en su mundo de secretaria de un político encuentra las pequeñas satisfacciones que necesita y no tiene hueco para una relación porque nunca se lo ha planteado. Resulta extraño siendo joven, atractiva e independiente pero es una decisión tan personal y respetable como la de contraer matrimonio o ingresar en un convento.

Si la portada no ha conseguido atraeros, cosa que dudo, lo hará la parte posterior, y si aún así necesitáis un empujoncito fiaros de mi recomendación y añadir una joya más a vuestra biblioteca; antes, disfrutad de la narrativa y aprovechad para sonreír.
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12 comentarios :

  1. Paso de puntillas que lo tengo pendiente
    Besos

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  2. No necesito que me convenzas. Ya sólo por la portada me lo llevo. Me apetece mucho. Un beso ;)

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    1. No me extraña, es demasiado atractiva para resistirse,
      besucus

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  3. Ays, pero por qué tientas tanto?!
    Besotes!!!

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    1. No te quejes que en el fondo te gusta que te provoque,
      besucus

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  4. A mí no me hace falta ni el empujoncito, la tengo esperando en la estantería, pero me alegra saber que es tan bonita por dentro como por fuera.
    Besos

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    1. Para no ser mucho del género me ha parecido delicioso el personaje de Patricia Brent,
      besucus

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  5. no la conocía y puede ser una buena opción de relax. Me la apunto.

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