lunes, 26 de marzo de 2012

El manuscrito de Avicena - Ezequiel Teodoro (2011)



Bujará (Persia). Año 1004.  
Avicena escribe con firmeza sobre un pedazo de piel. Al acabar, levanta la barbilla y sonríe a las decenas de miles de libros que le rodean en la Gran Biblioteca. Ha terminado su obra más brillante. Y también la más peligrosa.

Madrid (España). Año 2011.
El médico español Simón Salvatierra recibe una terrible noticia: su esposa ha sido secuestrada por Al-Qaeda mientras investigaba un manuscrito milenario.

Una vertiginosa aventura a través de los siglos protagonizada por cruzados, masones, espías y terroristas. Y un codiciado poder que podría redimir o aniquilar a la humanidad.


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Allá por el mes de noviembre, vi un anuncio en el que Ana del blog "Kayena: negro sobre blanco", sorteaba dos ejemplares de esta novela, y me apunté, al tiempo en que ponía en marcha este blog, que principalmente está destinado a llenar de mi gran afición a la música y todo lo que la rodea, pero en el que también he decidido incluir algunos breves comentarios sobre libros que, por alguna razón merezcan un hueco en mi librería.

A principios de este año, Ezequiel puso en marcha: "Club de lectura "El Manuscrito de Avicena"; donde, antes de leer el libro, he podido descubrir las claves de esta obra y, gracias a que en ningún momento han desvelado sus grandes secretos, al adentrarme en su lectura he comprendido de una manera fascinante, alguno de los porqués que nos plantean los personajes y la propia historia.

La historia va creciendo al mismo tiempo que vamos pasando páginas, y cada personaje que conocemos nos atrae de igual manera, todos con un pasado y unas ganas locas de cambiar su futuro, dejándose llevar por los acontecimientos e involucrándose de igual manera, para llevar a Simón al desenlace de la gran busqueda; aunque la busqueda termina por ser de todos, porque para cada uno tiene un significado diferente.

El mundo que rodea a Avicena y las clases de historia, en las que recordamos y aprendemos sobre Jerusalen, el Cid Campeador, la reina María Cristina o el decreto de la desamortización de Mendizabal; son pequeñas aportaciones que al tiempo que nos sitúan, nos transportan y nos hacen desear otras lecturas.

Y viajar, porque cuando cierras el libro, y cierras los ojos, te imaginas en múltiples destinos, como el Museo Hermitage en San Petersburgo, el pueblo de Caleruega en Burgos o el Parque Marítimo del Mediterráneo en Ceuta; lugares que apunto desde hoy a mis próximos destinos, por lo menos los de España, porque las descripciones de Ezequiel animan a ello.

A estas alturas, sobra decir que he disfrutado y que lo recomiendo.
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2 comentarios :

  1. Pues me ha encantado tu reseña, porque coincido con tus impresiones. Para mi, este libro fue todo un descubrimiento y, sobre todo, me mantuvo en vilo durante todas las horas que duró su lectura, que no es poco.

    Un beso.

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  2. Parece interesatne, las dos épcoas, las referencias históricas, y esa sensación de "viajar" que dices que te deja al final, es muy tentadora :D

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prekes sodui